Mérida, Abril Sábado 20, 2024, 02:45 am
En un escueto comunicado, el Vaticano informó al filo de la medianoche que el Papa «se recuperaba bien de la intervención bajo anestesia general» a
la que había sido sometido por la tarde debido a una inflamación del
colon. Francisco había ingresado en el hospital Policlínico Gemelli de
Roma sobre las 13 horas, después de presidir el rezo del Ángelus para
ser operado de «una estenosis diverticular sintomática del colon». La
cirugía, que estaba programada –según rezaba la nota–, fue realizada
por el profesor Sergio Alfieri con la asistencia de los doctores Luigi
Sofo, Antonio Tortorelli y Roberta Menghi. El equipo de anestesistas
estuvo integrado por Massimo Antonelli, Liliana Sollazzi, Roberto De
Cicco y Maurizio Soave. En el quirófano también estuvieron presentes los
médicos Giovanni Battista Doglietto y Roberto Bernabei, detalló el
Vaticano. En el conciso comunicado sobre la salud del Pontífice, las palabras que ayer más se subrayaban era que la «intervención estaba programada».
Significa que la patología no ha entrado en fase aguda y fue detectada a
tiempo, quizá en la revisión periódica que el Papa se realiza cada seis
meses. Según
los expertos, los divertículos son una patología frecuente del
intestino, sobre todo en las personas mayores. Se trata de pequeñas
dilataciones a lo largo del colon en las que pueden bloquearse las
heces, lo que produce obstrucción total o parcial del intestino. Los
médicos consideran que es una operación sencilla que consiste en la extirpación de la porción inflamada del colon y en la mayoría de los casos se puede hacer por laparoscopia y anestesia general. A
sus 84 años, el Papa tenía ayer buen aspecto por la mañana cuando rezó
el Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico. Durante el discurso
evitó mencionar la operación. Como es tradicional se despidió sonriente
de los numerosos fieles que se habían congregado en la plaza de San
Pedro con un «...y por favor, no os olvidéis de rezar por mí. ¡Gracias!
¡Adiós!». Francisco empezó el sábado sus vacaciones, y no tenía
previsto retomar su agenda de trabajo hasta el 4 de agosto, con
excepción de una misa con ancianos el próximo 25 de julio y el rezo del
Ángelus los domingos. Ya algunos habían notado extraño que no programara una misa con migrantes este jueves 8 de julio con motivo de su viaje a Lampedusa como suele hacer todos los años. En
sus ocho años de Pontificado, es la primera vez que el Vaticano
confirma una intervención quirúrgica a Francisco, que en 2019 se operó
de cataratas con gran discreción. Desde su elección en marzo de 2013, el
Santo Padre ha mostrado una salud de hierro, aunque se ha agravado la
ciática que trajo de Buenos Aires. Ésta le provoca todavía dificultades
para desplazarse y el pasado mes de enero le obligó a cancelar varios
eventos. Para paliar las molestias, sus médicos le recetaron una dieta que le ha hecho perder entre siete u ocho kilos. También
en febrero del año pasado, un fuerte resfriado le obligó a cancelar
algunas audiencias y a seguir sus ejercicios espirituales desde Roma.
Francisco es muy reservado para su salud y prefirió por ejemplo que el
Vaticano no diera la noticia cuando se vacunó contra el Covid-19 el
pasado mes de enero. Por eso, sorprendió la larga entrevista que
concedió sobre estas cuestiones al argentino Nelson Castro en la que
repasó toda su historia médica. Se publicó en el libro 'La salud de los
Papas'. «No le tengo miedo a la muerte», había confiado en esa
publicación al periodista argentino en febrero de 2019. En esa entrevista, el Papa confesó que su grave operación de pulmón
–a la que tuvo que someterse con apenas 21 años– nunca le ha hecho
sentir cansado o limitado en sus actividades. También admitió que sufrió
achaques de vesícula, corazón y hasta una «neurosis ansiosa por querer
hacer todo ya y ahora». Pese a los achaques propios de su edad, Francisco no toma medicación alguna para dormir:
«Me acuesto todas las noches a las nueve. Leo una hora hasta las diez. A
esa hora apago la luz y me quedo rápidamente dormido. Tengo puesto el
despertador pero siempre me despierto tres minutos antes de que suene.
Se ve que el reloj biológico me funciona muy bien». Nacido en
Argentina el 17 de diciembre de 1936, Francisco ha utilizado las mismas
habitaciones del hospital Policlínico Gemelli en las que fue ingresado
Juan Pablo II. El Papa polaco las utilizó a lo largo de siete periodos
de convalecencia durante los casi 27 años de pontificado, y bromeando
los llamaba «el Vaticano III». Benedicto XVI, en cambio, no fue
ingresado allí en ninguna ocasión, ni siquiera cuando fue discretamente
operado para implantarse un marcapasos. AGENCIASBuen aspecto
Las mismas habitaciones