Bien temprano en la mañana frente a las puertas de un
banco, sin saber la cantidad de dinero en efectivo que se podrá retirar; de
camino al mercado, sin tener idea de los precios a cancelar por los bienes y
servicios que se logren conseguir; o revisando más de 400 proyectos para
obtener un nuevo financiamiento en moneda extranjera que respalde las medidas
de política económica previamente implementadas. Todas las decisiones de los
agentes económicos vienen acompañadas por altos niveles de incertidumbre.
La mayor o menor disponibilidad de información
condiciona desde la estructura de costos que enfrenta una empresa cuando debe
escoger entre comprar materias primas en el país o importarla, hasta los
niveles de producto a distribuir para atender su mercado; afecta la decisión de
un consumidor que no está dispuesto a pagar un elevado precio por los bienes de
primera necesidad escasos; cambia la posibilidad de obtener mayores
rendimientos por inversiones en activos de renta fija; modificada la
preferencia y el uso que se le da al efectivo; y limita la efectividad de una
política económica anunciada durante el período de vacaciones. De esta manera,
en economía las decisiones del presente son afectadas por el nivel de
información disponible y por la incertidumbre acerca de los resultados y
acontecimiento por suceder.
Una economía con elevado nivel de incertidumbre es
propensa a la aparición de agentes económicos con incentivos para transferir
bienes a través del espacio y del tiempo con el propósito de obtener una mayor
rentabilidad por sus actividades económicas. Así, la especulación es la
actividad donde se compran y se venden activos o bienes con la intención de
obtener beneficios de las fluctuaciones futuras de los precios. En este marco,
el especulador es el sujeto que no tiene interés en utilizar el producto de que
dispone o en hacer algo con él, ya que su intención es maximizar beneficios con
el incremento futuro de los precios. Su rol en la economía es reducir las
diferencias regionales o temporales entre los precios de las mercancías,
comprando cuando los productos son abundantes y los precios bajos, para vender
luego cuando son escasos y sus precios altos. Para desarrollar este papel debe
enfrentar el riesgo de no conocer hoy el precio futuro de su mercancía.
La versión más sencilla de la actividad especulativa
se da cuando el especulador es capaz de seguir patrones geográficos de precios
para maximizar sus beneficios, es decir, gana desplazándose de un mercado a
otro. En este caso, ocurre la compra de un bien o de un activo en un mercado
para volver a venderlo inmediatamente en otro mercado con el propósito de
lograr ganancias debido al diferencial presente de precios. Esta conducta que
recibe el nombre de arbitraje permite igualar los precios de los bienes idénticos
en los diferentes mercados. Mientras más regulaciones, limitaciones y
restricciones existan en la economía para la definición del precio de las
mercancías, se practiquen acciones destinadas a controlar el valor de los
productos en los mercados o se den incentivos para acumular poder de mercado,
mayores serán los diferenciales de precios y más alicientes tendrán las
personas para participar del arbitraje.
Tanto la especulación como el arbitraje fuerzan a la
economía a desarrollar un patrón particular de precios a lo largo del tiempo,
que no es perfecto y está condicionado por la incertidumbre del futuro. Para
minimizar la especulación y el arbitraje es necesario permitir el libre flujo
de información, restringir el uso de controles de precio, impedir la creación
de monopolios e impulsar el trabajo productivo.
@ajhurtadob