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En el marco de la celebración de la Fiesta Litúrgica
de los Arcángeles, Rafael, Gabriel y Miguel, la Basílica Menor de la Inmaculada
Concepción Catedral de Mérida, se vistió de gala y conmemoró el 103 aniversario
del natalicio del Siervo de Dios Monseñor Miguel Antonio Salas y el primer año
de episcopado de Monseñor Luis Enrique Rojas Ruiz.
La eucaristía, presidida por el prelado auxiliar de
la Arquidiócesis de Mérida, sirvió para el reencuentro con los feligreses luego
de que Monseñor Rojas Ruiz participara en el Curso para Nuevos Obispos que se
realizó en Roma y que coincidió con la visita Ad Liminan que los mitrados
venezolanos realizaren al Santo Padre a principios del mes de Septiembre.
Su excelencia agradeció a Dios por la experiencia de
servicio para la que fue electo por el Santo Padre, “continúo agradecido al
Señor por haber puesto su mirada en mí, sigo con el compromiso de mantenerme
adelante como sucesor de los apóstoles”.
Agradeció el acompañamiento especial del Cardenal
Porras Cardozo, “quien con su ejemplo y sabia corrección me ha enseñado a ser
un pastor con la gente en la humildad del servicio”, puntualizó el obispo.
Camino a los altares
Para la ocasión se reunieron y concelebraron la
eucaristía, los sacerdotes de la zona centro norte de la Arquidiócesis, muchos
de ellos formados por el Siervo de Dios Monseñor Miguel Antonio Salas, quien
les ha representado ejemplo de humildad y santidad en su vida consagrada.
El Presbítero Javier Muñoz, quien lleva la causa para
los altares de Monseñor Salas, anunció que se encuentra en la fase final de la
segunda etapa, la cual busca desde Mérida, demostrar las virtudes heroicas del
quinto arzobispo local de esta Arquidiócesis, expediente que se ha sustanciado
con entrevistas y testimonios de fieles que conocieron al mitrado y que han
dado testimonio de su vida humilde y llena de entrega.
Para la ocasión, el altar fue compartido por el
Corazón de Monseñor Miguel Antonio, que traído desde su natal estado Táchira,
se encuentra dispuesto para su veneración en la capilla del Seminario
Arquidiócesano San Buenaventura de Mérida.
La Bandera de Venezuela