Mérida, Abril Jueves 18, 2024, 01:19 am
Las
imágenes de los ciudadanos de Mariúpol depositando cadáveres en fosas
comunes se han convertido en el testimonio gráfico más escalofriante de
la guerra entre Rusia y Ucrania. Envueltos en plásticos o en mantas, los
cuerpos se arrojan a una zanja situada a las afueras de la ciudad ante la imposibilidad de otro tipo de enterramiento.
La ciudad portuaria situada junto al estratégico mar de Azov, en el
óblast de Donetsk, al sureste del país, es -cuando se cumplen dos
semanas del inicio de la invasión- el símbolo del horror. Su conquista
es clave para las aspiraciones de Rusia de unir la península de Crimea
con los territorios rebeldes del Donbass. Los planes de evacuación de
civiles han avanzado a cuentagotas, entre acusaciones cruzadas. Según cifras facilitadas por las autoridades municipales, más de 1.200 personas han muerto en Mariúpol desde que comenzó el asedio ruso,
un dato imposible de verificar por ahora. El ataque al hospital materno
infantil de la localidad -negado por Moscú- ha provocado enérgicas
protestas en la comunidad internacional. Al
menos tres personas han fallecido, entre ellas un niño, y otras 17 han
resultado heridas como consecuencia del bombardeo sobre el citado
hospital, según un balance de víctimas divulgado hoy por las autoridades
ucranianas. El Ayuntamiento ha acusado a las fuerzas rusas de destruir de forma deliberada infraestructuras civiles en Mariúpol,
según informa la agencia UNIAN. El presidente de Ucrania, Volodímir
Zelenski, calificó de «atrocidad» el ataque, y ha insistido en pedir una
zona de exclusión aérea. El asedio se habría traducido en escasez
extrema en la zona, hasta el punto de que Zelenski denunció esta misma
semana que un niño había muerto deshidratado. La organización
humanitaria Médicos sin Fronteras ha denunciado en un comunicado el
ataque y ha subrayado que lo considera una «violación de las leyes de la
guerra en una ciudad en la que el sistema sanitario está al borde del
colapso». Trabajadores de MSF desplazados a la zona han indicado que
«viviendas y hospitales han sido dañados durante los combates de los últimos días
con fuego de mortero, tiroteos y bombardeos aéreos. El acceso a la
atención médica se ha vuelto cada vez más difícil, especialmente para
las mujeres embarazadas y los ancianos que tienen limitados sus
movimientos», ha denunciado la responsable de emergencias de Médicos Sin
Fronteras, Kate White. El ministro de Exteriores ucraniano,
Dimitro Kuleba, ha instado a la comunidad internacional a intervenir
ante el asedio a la ciudad, donde unas 400.000 personas son rehenes de las tropas rusas. Mariúpol, puerto de relevancia, es además un centro clave de la metalurgia y la construcción de maquinaria. agencias / abc