Mérida, Abril Martes 16, 2024, 02:55 am

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Alcabalas y corrupción por Edgar Márquez C.

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Edgar Márquez C.


 Durante los últimos años han surgido quejas sobre el funcionamiento de las alcabalas en el territorio venezolano, especialmente por parte de productores del campo. El gremio de los ganaderos denunció, en Guárico, la incautación de un cargamento de queso, al igual que exigencias en dinero por el transporte de animales. Otros hechos han sido indicados, en diferentes momentos.

Venida de la lengua árabe, la palabra alcabala representó en el pasado un impuesto que pagaba el vendedor, de cualquier especie incluida la inmobiliaria, al estado o administración, mientras que se usó también como ingreso de las ciudades por las ventas que hacían los forasteros.

En este último caso, los residentes en una ciudad no pagaban nada por expender cualquier cosa u objeto, pero si lo hacían los visitantes o forasteros (los de afuera).  Con los años desaparecieron estos cobros legales y la palabra pasó a distinguir sitios de vigilancia y revisión en las afueras de las ciudades y en carreteras.

Las alcabalas están concebidas para revisiones, de permisos, planillas de impuestos locales o nacionales, aprobaciones sanitarias y condiciones de los vehículos, especialmente de transporte, pero, igualmente, se crearon para dar seguridad en las carreteras y auxilio vial, tanto en accidentes con daños en automotores como en las personas.

Aún se conservan lugares alcabaleros donde hay grúas, ambulancias y equipos de primeros auxilios. No en todos. Especialmente las dotaciones apropiadas han estado en vías dadas como concesiones, como es el caso de autopistas.

Con esto quiero decir que una alcabala debe ser un punto de acogida, de apoyo, de orientación y de auxilio, y no un punto donde las personas pueden ser objeto de confiscaciones no previstas legalmente.

En lo personal, tengo la experiencia de que no se puede generalizar sosteniendo que cada puesto viene a ser un lugar donde se quitan productos o especies por la fuerza, donde se extorsiona por ilícitos cobrando la impunidad. No. Pueden ocurrir hechos lesivos a la propiedad, pero como un todo o programa destinado a recaudar dineros sin justificación.

Días atrás el Fiscal General informó la detención de funcionarios por “matracas” en las alcabalas y el propio mandatario Nicolás Maduro invitó a denunciar los hechos, por parte de las víctimas.

Entonces, estamos ante una situación interesante. Se debe denunciar cada atropello, se debe difundir la prueba o evidencia, no se debe dejar pasar ningún ilícito de la autoridad, pero también los ciudadanos deben actuar ajustados a la ley, tanto en los ingresos de mercancías por las fronteras como en el cumplimiento de las normas de conducción, legalidad de la propiedad y manejo de los vehículos.  Es decir, todos debemos salir a las vías con los documentos y licencias vigentes, legales y auténticos.  Bien es sabido que por las carreteras circulan miles de vehículos y que la capacidad de control o revisión no resulta a plenitud.

En definitiva, la sociedad debe contar con una vigilancia de alcabalas eficaz y eficiente, en la materia impositiva legal, desterrando los abusos, pero también la ciudadanía no debe propiciar hechos anormales mediante sobornos, comisiones, colaboraciones o aportes. Vamos a enseriarnos para poder aspirar a tener un mejor país.

  





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