Mérida, Marzo Viernes 29, 2024, 12:58 am
Durante el tiempo cuaresmal tiene lugar la solemnidad de San José, patrono universal de la Iglesia, coincidiendo este año con el cuarto domingo de cuaresma, por lo que la normativa la traslada al lunes 20 de marzo.
San José es modelo de toda virtud y
paradigma de padre, creyente, amigo de Dios, trabajador y compañero de
camino. Es importante conocer el
Magisterio de los Papas en los últimos años sobre esta figura señera en la
espiritualidad cristiana.
El primero en declararlo oficialmente
como Patrono y Protector de la Iglesia Universal
fue Pío IX (1846-1878), recogiendo así
el legado de piedad y devoción que a lo largo de la historia de la Iglesia se
le ha profesado. El Papa pide “que
el pueblo cristiano se acostumbre a implorar, con gran piedad y profunda
confianza, a San José al mismo tiempo que a la Virgen María”. Además de
dar testimonio de su intercesión frente a las persecuciones sufridas por la
Iglesia en los últimos tiempos.
Le sigue el Papa de la cuestión
social León XIII, quien publicó el
15 de agosto de 1889 la encíclica Quamaquam pluries, en la que abordó el
tema de la crisis que atravesó la Iglesia de esos tiempos:
“Vemos la fe, raíz de todas las
virtudes cristianas, disminuir en muchas almas; vemos la caridad enfriarse; la
joven generación diariamente con costumbres y puntos de vista más depravados;
la Iglesia de Jesucristo atacada por todo flanco abiertamente o con astucia…”
Ante esta cruda realidad introduce su
devoción en las prácticas diarias de piedad, aprueba el Escapulario de San José
en 1893 y dispone que, durante el mes de octubre, se añadiera al rezo del
Rosario una oración al Santo
Carpintero con indulgencia parcial, instando de este modo a los
católicos a rezar al patrono de la Iglesia pues “no hay duda de que, a aquella
altísima dignidad, por la que la Madre de Dios supera con mucho a todas las
criaturas, él se acercó más que ningún otro.”
Benedicto XV lanzó el Motu Proprio
Bonum Sane et Salutare, el 25 de julio de 1920, después de la I Guerra Mundial.
Allí invitó a todos los obispos del mundo a celebrar el cincuentenario del
patronazgo de San José y propone al Santo Patriarca como remedio a los males de
la relajación moral y las ideologías actuales.
También hizo el llamado de renovación
de las familias cristianas, conforme a tantos ejemplos de virtudes que practicaron
la Sagrada Familia, para conformar una nueva sociedad doméstica, “de mayor
calidad de concordia y fidelidad, goce de una mayor firmeza; y que no solo
enmienda las costumbres de los particulares sino también la de la vida común y
del orden civil.”
La Fiesta de San José Obrero fue
instituida en 1955 por Pío XII, ante un grupo de obreros reunidos en la Plaza
de San Pedro en el Vaticano. Se celebra el 1 de mayo, que coincide con el Día
Internacional del Trabajo. El Santo Padre pidió en esa ocasión que “el humilde
obrero de Nazaret, además de encarnar delante de Dios y de la Iglesia la
dignidad del obrero manual, sea también el próvido guardián de nuestras
familias”.
San Juan
XXIII dedicó la Carta Apostólica Le Voci a San José, el 19 de marzo de 1961, antes
de inaugurar el Concilio Vaticano II, para que “tu espíritu interior de paz, de
silencio, de trabajo y oración, al servicio de la Santa Iglesia, nos vivifique
siempre y alegre”. De manera que toda la renovación conciliar fue movida
gracias al padre del Señor.
El gran san Juan Pablo II, el 15 de agosto de 1989, al cumplirse el centenario
de la Encíclica Quamquam pluries de León XIII, le dedicó la exhortación
apostólica “Custodio del Redentor”, considerada por muchos, la carta magna de
la teología de San José. Además, pone a San José y la Virgen en el comienzo de
la Obra Divina de la Redención de la humanidad, con lo que definía a San José,
por primera vez, como el “nuevo Adán”, en el principio de los caminos del
Señor.
En sus muchas audiencias el gran teólogo
Benedicto XVI acentúo la devoción al
Custodio de la Sagrada Familia:
“…veneramos entonces al padre legal de Jesús, porque en él se perfila el
hombre nuevo, que mira con confianza y coraje al futuro, no sigue el propio proyecto, sino que se confía totalmente
a la infinita misericordia de Aquel que anuncian las profecías y abre el tiempo
de salvación”.
Y para terminar el Papa Francisco, el
8 de diciembre de 2020, promulgó la carta apostólica Patris Corde “con corazón de Padre”, con ocasión
del 150 aniversario de la declaración por Pío IX, el 8 de diciembre de 1870, de
San José como Patrono de la Iglesia Universal. El objetivo
inmediato es incrementar la devoción a San José, como vía para lograr dos
fines referidos al santo: fomentar el
recurso a su intercesión por nosotros ante Dios e imitar sus virtudes. Además de declarar un Año de San José.
Terminamos con la oración del Papa Francisco al Justo José:
“Tú que has amado a Jesús con amor de padre, hazte cercano a tantos niños
que no tienen familia y desean un padre y una madre. Sostén a los cónyuges que
no consiguen tener hijos, ayúdalos a descubrir, a través de este sufrimiento,
un proyecto más grande. Haz que a nadie le falte una casa, un vínculo, una
persona que cuide de él o de ella; y sana el egoísmo de quien se cierra a la
vida, para que abra el corazón al amor. Amén.
Mérida, 19 de marzo de 2023