Mérida, Abril Viernes 19, 2024, 02:13 am
La canciller de Alemania, Angela Merkel,
sorprendió este lunes a la clase política de su país y de Europa al anunciar,
tras los malos resultados de su partido en el estado de Hesse, que ya no optará
a su reelección como líder de la conservadora CDU ni será candidata a la
Cancillería en 2021.
"Siempre quise llevar con dignidad mis
cargos y dejarlos con dignidad", dijo la líder de la Unión
Cristianodemócrata (CDU) y jefa del Gobierno alemán, tras calificar de
"inaceptable" la imagen que da su alianza de gobierno y de "amargos"
los resultados obtenidos en las elecciones regionales celebradas ayer, en el
"Land" (estado federado) de Hesse, reseñó Efe.
Tras 18 años al frente de la CDU y "casi
13", precisó Merkel, en la Cancillería, la líder alemana no presentará
otra candidatura a presidir el partido en su próximo congreso, del 6 al 8 de
diciembre, no buscará su reelección para una quinta legislatura ni ejercerá
otro cargo, siquiera como diputada del Bundestag (cámara baja).
La retirada gradual de la vida política de
Merkel es fruto de "largas reflexiones", como lo fueron las que la
llevaron, en 2016, a la decisión de presentarse de nuevo como candidata del
bloque conservador a la Cancillería, en las elecciones generales de 2017.
Los resultados de esos comicios reflejaron ya
un fuerte desgaste de su bloque conservador, a lo que siguió un "trabajoso
proceso negociador" hasta lograr cerrar un pacto de coalición con el
Partido Socialdemócrata (SPD) y finalmente un escenario de "persistentes
tensiones" dentro de ese Gobierno.
Los resultados obtenidos en Hesse (en que la
CDU defendió su posición de primera fuerza pero cayó más de once puntos) son
"amargos" y no pueden atribuirse "ni al elector" ni al
"buen trabajo de nuestros amigos" en ese "Land", sino a la
"inaceptable" imagen ofrecida por su alianza de gobierno, admitió.
A lo largo de todo este tiempo al frente del
partido y del Gobierno "asumí mi responsabilidad sobre lo que salió bien y
lo que salió mal", añadió Merkel, para confesar que su decisión de iniciar
la retirada la adoptó el pasado verano.
La comunicó este lunes, tras los golpes
electorales sufridos en la próspera Baviera, el 14 de octubre, donde su
hermanada Unión Socialcristiana (CSU) quedó apeada de su tradicional mayoría
absoluta, y los malos resultados también en Hesse, el "Land" de la
capital banquera y financiera, Fráncfort.
Su retirada significa, a efectos
estadísticos, que no romperá el récord de permanencia de quien fue su padrino
político (Helmut Kohl, con 16 años en el poder), pero tal vez calme las aguas y
le permita completar la actual legislatura.
La canciller dijo hace unos días que no
pretendería designar a su sucesor, ya que estos intentos desde el poder suelen
"terminar muy mal", pero su decisión precipita la lucha interna entre
los aspirantes a presidir la CDU.
Merkel asumió en 2000 las riendas de la CDU,
entonces sacudida por un escándalo de financiación irregular durante la
"era Kohl", que derivó en la renuncia a la presidencia de quien haber
sido el delfín del patriarca, Wolfgang Schäuble, salpicado por ese asunto.
Como potenciales sucesores al frente de la
CDU se han postulado ya la secretaria general del partido, Annegret
Kramp-Karrenbauer, leal a la línea de Merkel, y el ministro de Sanidad y
representante del ala más derechista de la CDU, Jens Spahn.
Asimismo se perfila una candidatura del
exjefe del grupo parlamentario conservador Friedrich Merz, uno de los grandes
enemigos internos de la canciller.
La elección del próximo líder de la CDU
tendrá lugar en el congreso del partido que se celebrará en Hamburgo, la ciudad
en que nació Merkel en 1954 y que ésta abandonó poco después con su familia, al
ser asignado su padre, un pastor protestante, a la parroquia de la Alemania
comunista donde ella pasó su infancia y juventud.
En 2005 Merkel hizo historia por partida
doble, al convertirse en la primera mujer y primera persona crecida en
territorio comunista que accedió a la Cancillería de la Alemania reunificada,
imponiéndose en las urnas al socialdemócrata Gerhard Schröder.
EFE