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Análisis de coyuntura. Trece observaciones sobre la transición y las primarias por Luis Loaiza Rincón

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Análisis de coyuntura. Trece observaciones sobre la transición y las primarias por Luis Loaiza Rincón


1). La complejidad de la situación venezolana tiene mucho que ver con la incapacidad del liderazgo político para entender que la llamada “transición democrática” es un proceso paralelo a la construcción social de ciudadanía.

2). Hasta el día de hoy los procesos de encuentro y negociación entre el gobierno y algunos grupos opositores, además de cupular, no aborda la solución de los grandes problemas nacionales. Peor aún, todo indica que prefieren centrarse en lo del reparto del poder y en los términos de su particular “modus vivendi”.

3). Estas y otras razones explican el evidente abismo que separa a la población de sus dirigentes. En la práctica se trata de mundos paralelos entre los que reina la desconfianza y la indiferencia por el desengaño que produjo la entrega ilimitada de confianza a unos líderes muy ocupados de sí mismos y de sus peleas de sombra.

4). Para algunos sigue siendo prioritario llegar a unas “elecciones libres” para después ocuparse de todo lo demás. No obstante, sin una ciudadanía comprometida con el cambio, consciente de sus responsabilidades políticas, será mayor la posibilidad de que cualquiera de las muy severas crisis que enfrentamos, terminen desnaturalizando o torciendo el proceso.

5). La acumulación de carencias, necesidades y marginación socio económica, exige una democracia capaz de satisfacer esas complejas demandas para lo cual resulta imprescindible unidad nacional, programas esclarecidos, liderazgos responsables y mucho apoyo internacional. Sin estas capacidades, la frustración podría resultar explosiva.

6). No hay fórmulas universales para encarar nuestra situación. De allí la importancia de conocer en detalle las condiciones empíricas de la sociedad y del actual sistema político. Avanzar con ceguera no hace sino reforzar las fórmulas mágicas de los aventureros.

7). Sin ciudadanos no existe posibilidad alguna de alcanzar la democracia plena. El papel que en esta materia tienen los partidos políticos, desde sus capacidades pedagógicas, es fundamental. Hoy, sin embargo, en lugar de producirse una repolitización desde la mayoritaria oposición social que existe, se aprecia la atomización del ciudadano y un desencanto político sin parangón que es preciso revertir con urgencia.

8), Cuando sea posible alcanzar algún acuerdo entre las partes, en lugar de concentrarse en el reparto de privilegios, hay que esforzarse en asegurar condiciones de bienestar, seguridad y participación social que impidan una recaída autoritaria. Por eso la urgencia de trascender el corto plazo y disponer de un proyecto unitario que gire mucho más en los términos de un programa mínimo común que en los de una receta para la emergencia.

9). La integración como iguales de los miembros de la comunidad nacional, implica que tales miembros gocen plena y efectivamente de sus derechos civiles, políticos, sociales y culturales. Que no únicamente se les permita votar, sino que haya tribunales que los pongan a resguardo de cualquier violación de la ley; que cuenten con un trabajo decente; que puedan educarse y cultivarse; que no queden desvalidos por razones de enfermedad o vejez; que no sean discriminados por su color, género o religión; etc. En otras palabras, que ciudadanos y derechos humanos constituyan los soportes esenciales de la nueva institucionalidad política de la democracia.

10). Todo lo anterior implica acabar con la manipulación en virtud de la cual el reconocimiento de los derechos civiles, políticos y sociales de los ciudadanos se hace selectivamente desde la exclusión. O sea, que la gente debe acceder a los recursos del Estado como un derecho y no como contraprestación por formar parte de instancias corporativas o redes clientelares ante las que terminan sometidos.

11). No encajar las primarias en un horizonte de transición, no solo no ayuda, sino que complica la situación porque podría terminar desarticulando las organizaciones que todavía aspiran que un cambio efectivo se produzca en Venezuela.

12). Avanzar por la ruta de las primarias apostando más a las maquinarias, que a la sociedad civil, resultará contraproducente a corto, mediano y largo plazo.

13). No construir unidad desde los programas, visiones compartidas y horizontes de gobernabilidad también será traumático. Mantener como hilo unitario únicamente lo electoral es insuficiente para avanzar en el camino de la transición.




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