Mérida, Marzo Miércoles 26, 2025, 09:45 am
En
la actualidad se establece un debate entre cuál medio puede ser el más acertado
para vehicular algún determinado mensaje, a esto cabe agregar, que no solo es
el medio, sino incluso, cuál momento es el más propicio para la intención
establecida para que el “emisor” alcance su objetivo.
Sin profundizar teóricamente en el tema, vale referir solamente los aportes de Marshall McLuhan sobre su teoría de “el medio es el mensaje”, y a esto se ha de sumar lo que aporta en la actualidad lo derivado de la neurociencia y las tesis de la “hipertextualidad”.
Vale recordar también que, quienes fuimos formados en una universidad, tuvimos que estudiar cátedras como: sociología de la comunicación y psicología de la comunicación. Estás referencias nos llevan a confrontar también elementos antropológicos, culturales, sociales y morales.
Todo lo anterior nos lleva a una estrategia multifactorial que garantice el objetivo más claro de un mensaje: persuadir. Esto implica que toda acción que vaya más allá de la individualidad, debe corresponder con un “plan” de comunicación que valore todos los medios posibles.
Hablando más en criollo, se trata de entender que ningún medio “por sí mismo” es lo suficientemente completo para conducir una acción masiva, o una respuesta determinada a un mensaje, que en todo caso se podría entender en la concreción de una “opinión pública”.
Siguiendo en la intención “simplificadora”, cuando propongo “por todos los medios”, simplemente analizo los recursos disponibles en el entorno de una sociedad; los sitios de concentración masiva de personas, las posibilidades de introyectar mensajes vinculados a otros contenidos, de manera sencilla y simple, pero que no sea vulnerable “mecánicamente” a su desplazamiento por parte del receptor.
Las empresas de publicidad, han concentrado sus esfuerzos en el diseño de nuevas formas y maneras de presentar mensajes con efectos de alta definición y buscando una mayor interactividad o “relevancia emocional” con sus públicos objetivos.
Pero si se tratara de cosas que no implique una gran cantidad de recursos económicos, se pueden establecer estrategias y acciones sencillas, donde el mensaje pueda llegar e ir construyendo afectos a un elemento discursivo con una determina intencionalidad.
Para
esta última propuesta, propongo el uso de los sistemas de audio de los medios
masivos de transporte, pantallas de video en buses y estaciones de espera,
sistemas audio y video en salas de espera de centros asistenciales, vallas móviles,
entre otras posibilidades, pero para esto también hace falta concebir
contenidos adecuados a ciertas actitudes de un público determinado.
A todo esto se suma, en el caso particular de Venezuela, el refuerzo de valores y conductas que se conocen de acuerdo a la idiosincrasia de cada región, transversalizado por mensajes con intenciones bien diseñadas y que no sean tan “panfletarias” o “propagandísticas”, como algunas propuestas que ya se han presentado, especialmente desde el factor político.
Lcdo.
Giovanni Barboza / CNP 6640 / giovannibar@gmail.com