Mérida, Marzo Sábado 22, 2025, 07:26 am
Al anunciarse el recién nombramiento de nuestro afectuoso obispo auxiliar el padre Kike, manifestaciones y expresiones de reconocimiento se sintieron en los cuatro vientos de nuestra emeritense ciudad.
Merideño por los cuatro costados, realizó los estudios de primaria y secundaria en instituciones educativas de la ciudad, para luego ingresar al Seminario San Buenaventura de Mérida, concluyendo sus estudios en filosofía y teología y ordenarse de sacerdote el 11 de septiembre de 1999 en la Basílica Menor Inmaculada Concepción de Mérida. Enviado a la Pontificia Universidad Lateranense de la ciudad de las 7 colinas, obtiene la licenciatura en Teología Pastoral, mención Teología de la Comunicación Social y una maestría de Psicología de Consulta en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum de Roma.
Por voluntad del Sumo Pontífice asume el obispado titular de Unizibira y auxiliar de Mérida, recibiendo la mitra episcopal el 29 de septiembre de 2017 en la Santas Iglesia Catedral de Mérida, donde era párroco.
Su no corto recorrido como párroco y vicario parroquial en Tovar, Lagunillas, Pueblo Nuevo del Sur, Santo Domingo, Las Piedras y la ciudad de Mérida, ha quedado la huella perenne de la labor evangelizadora en esas comunidades de gran apego al mensaje cristiano.
No había cumplido el medio cupón del ciclo vital cuando asumió la responsabilidad de acompañar la gestión del excelentísimo monseñor Baltazar Enrique Porras Cardozo. Debió el joven obispo levantar la mirada en alto para agradecer al Dios del universo por la pesada responsabilidad que asumía. Porque la arquidiócesis de Mérida no es una más de las existentes en la tierra patria, se trata de la segunda Diócesis después de la Diócesis de Caracas, que nació junto con Nuestra Ilustre Universidad de Los Andes en aquella Escuelita de Educación para niños pobres del obispo visionario Frai Juan Ramos de Lora en 1785.
Cuando nos correspondió como autoridad universitaria recibir el cuadro original de Ramos de Lora, llegado desde lejana tierra mexicana, donde permaneció por casi dos siglos en la trastería del Museo de Bellas Artes, pensamos que retornaba a su ciudad quien había dado pasos primogénitos de la institución más trascendental en estas tierras de montañas y de valles, la Universidad de Los Andes, que junto con la Diócesis se entrelazaron para constituir el binomio indisoluble de dos siglos.
De manera padre Kike, que usted ha sido testimonio de ese legado que para la historia nos ofreció Ramos de Lora. Usted, junto al excelentísimo arzobispo Helisandro Terán en estos meses de conjunta responsabilidad, han llevado esa inmensa tarea en la tierra de los tatuyes, nuestros pasados aborígenes que habitaron estas gélidas tierras cuando los conquistadores la ocuparon.
El padre Kike asumió el solio episcopal con prístina conciencia de lo que la dignidad reclama y representa. Kike acompañó durante más de un lustro la obra de nuestro Cardenal Baltazar, amigos ambos de la Universidad de Los Andes.
Mérida, asiento del Seminario Arquidiocesano, que en un momento de tribulación por decreto presidencial en el siglo antepasado tuvo que migrar a una de las islas holandesas para retornar a Mérida tras un corto periodo, es el asiento formador de decenas de noveles sacerdotes que han poblado la geografía regional y nacional. Kike es uno de ellos.
Ahora al marchar al nuevo destino, la diócesis de Punto Fijo, seguirá llevando con el pecho henchido y la frente en alto los símbolos y colores de nuestra arquidiócesis y de nuestra universidad, ambas bicentenarias. Allá llevará lo aprendido en nuestra idílica ciudad para hacer también de aquella hermosa región que mira al mar Caribe, otra capital cultural que irradie el mensaje apostólico con conocimientos y sabiduría.
Usted querido Kike deja Mérida, pero su corazón generoso y solidario quedará en nuestros corazones. Su imagen sonriente y afectuosa estará en el común que lo acompañó como guía espiritual de estas mágicas tierras.
Allá llevará el mensaje evangelizador que el santo papa le ha encomendado, pero también llevará lo grande de vuestra experiencia de la ciudad.
Los Boy Scouts cuando deben despedirse pero no quieren despedirse, cantan, -no es más que un hasta luego no es más que un simple adiós, muy pronto junto al fuego no reuniremos otra vez-.
Mérida, 8 de agosto de 2023