Mérida, Marzo Sábado 15, 2025, 06:59 pm
Giovanni Cegarra
CNP. 2229
En el andar cotidiano “calle arriba y abajo” por Mérida, municipio Libertador del estado Mérida, tropiezo en un sector del centro urbano de la ciudad, con un grupo familiar integrado por la pareja y tres niños de corta edad escalonada que chillaban a rabiar porque no les complacían con la compra de una chuchería, logrando escuchar que el padre le decía a los nenes “pero si acaban de almorzar full, nada de chucherías” a lo que madre replicaba “eso es hambre emocional”.
Como dicen en mi tierra natal “me quedé en el sitio”, pensando “vaina hambre emocional, como así” y meditando lo que escuché me dije que se sepa se siente hambre cuando las tripas del estómago hacen ruido o se siente un vacío y comer se ha dicho, si se puede hacerlo bien, en estos tiempos de crisis socio económica que vivimos y convivimos en el país.
Resulta y acontece, como dicen unos por ahí, el hambre emocional viene dada por el querer comer algo para satisfacer la necesidad emocional, en términos pueblerinos, el ansia que se siente de satisfacer el estómago y en sus efectos, se come un antojo momentáneo, ciertos alimentos reconfortantes, dulces, chucherías, etc., así se tenga “la barriga llena”.
Ante la realidad socio económica que afrontamos y confrontamos en Venezuela entera, de la que no se escapa nuestra ciudad, el estado Mérida en general, muchos merideños venezolanos, para no decir todos, sentirán hambre emocional, al no poder consumir las tres comidas del día, salir a la calle a recorrer abastos, estirar el bolsillo de un ínfimo salario u otro ingreso extra, hasta donde puedan, regatear para poder adquirir algún producto que permita alimentar al cuadro familiar y en la mayoría de los casos, no poder comprarlo, por lo elevado del precio, pues nada, en honor a la verdad, sin pecar de exagerado, alarmista, negativo, el hambre emocional tiene presencia en todo el país, mentiras no son y punto.