Amigo Tirso, te adelantaste en el tiempo, después de tus últimos días dificultosos de salud, una larga vida de muchos episodios, aventuras y sueños, siempre consecuente honesto con tus ideas y creencias, un amigo, con tanto valores, cargado de sabiduría, humildad, que gran aporte en tu etapa de regreso de la montaña, aposado en la Mérida serrana, para continuar sonando, amigo de la verdad y la justicia, te recuerdo con la curiosidad de tus escritos en una libreta de rayas escrita en lápiz de piedra, como si aun estuviera en la montaña, con una profundidad de la alta política mundial y nacional, en tu viejo y destartalado jeep Toyota cultural, comiendo pastelitos en el boulevard, leyendo los periódicos viejos y nuevos, asesorando grandes políticos y funcionarios a cambio de ningún beneficio particular, apoyando a cuanta persona humilde pudieras, en el área cultural gran promotor, motivador del arte popular, en las letras, la artesanía, la música del violín, del tejedor, del oficio y el arte, con tu bufanda y los grandes y blancos bigotes, tu blue jean, con aquel colesterol hereditario de tu Yaracuy, esa diabetes traicionera que te limitó y racionó tu gustoso paladar criollo, con tantas vivencias en el acontecer político, tus luchas en la Cuba socialista de los 60, Nicaragua, centro América, Vietnam, en el medio Oriente, África , para envejecer con un apostolado por la democracia y la libertad, con tu prudencia senil, en un silencio altamente bulloso, en tus últimos años fuiste un observador, con tristeza del acontecer nacional en lo social , económico y político, avergonzado de tanta gente amiga, verla sus cambios de unos postulados revolucionarios por una vida vilipendiosa, abundante en riqueza mal habida de lujuria cada vez más criminal, todo eso te hizo sufrir mucho, por tus deseos colectivo del bien común.
Hablar de ti es recordar a Juan Félix Sánchez nuestro excelso amigo (como sufrimos juntos por su salud), el flaco Prada, Bayardo Vera, el catire Larralde, el Che Garrido, Alberto Arvelo, Carlos Contramaestre, Douglas Bravo, Bayardo Ramírez, Ramon Galíndez, Luis Cornejo, su excelencia el Cardenal Baltazar Porras, Ali Primera, Soto, Gloria Gutiérrez por supuesto, Corrado Canto Pacheco, los artesanos de Mérida, Edmundo Aray, Bonilla, José Agustín Catalá, el maestro Abreu, Iván Vivas, Sol Primera, Jorge Villet Salas, Leo León, Argenis, entre muchos y abundantes amigos, formador de jóvenes del campo , la aldea y de la lejanía de la montaña, lo que se llama cultura popular, sin ese apoyo de mesías, menos de Gobiernos, solo el voluntariado y pasión, viviendo entre La Culata y la casa de la cultura, donde cambiaste el rifle y la montaña en tus años juveniles, por la serenidad de la serranías con el lápiz y papel, con la mayor paz y contribución en otra revolución de tu pensamiento como fue el apoyo y crecimiento del acontecer cultural Merideño popular, amigo de paz y conciencia, sigue allá construyendo amigos y creando bienes culturales, sigues en esas tertulias, esas largas reuniones de trabajo con Gloria, Jorge , Corrado, Argenis, aquí no has muerto, vivirás siempre en el recuerdo positivo de quienes fuimos afortunado con tu amistad. Agradecido de lo te que escribió Corrado Canto y Ramon Sosa, extraordinario. Gloria, las muchachas nuestras María: Carolina, Isabel y Gabriela, nuestro yerno Nihal estamos triste recordándote, en la casa, en Houston tenemos un pedacito de Mérida, tenemos muchos testimonios de esa amistad, fotos, cuadros de los festivales del violín, cuadros de Yudelsy tu amada compañera. Hasta pronto, en paz, tu carga es liviana, te vas sin pecados, me dijo Gloria que siempre le comentabas que al morir no querías ser cremado, tu bella y amada familia, te complacieron, tu morada estará en tu ultima querencia en la culata, como referencia de una mitología local, con todos los honores dolorosos de un descanse en paz, un abrazo. una oración, muchas lágrimas de Gloria, un silencio en mi hablar con recuerdos entre cortados sentimientos de aprecio y agradecimientos