Mérida, Marzo Sábado 22, 2025, 08:21 am
En el 2017 en Japón se conoció que un consorcio de bancos
japonés junto al Bank of Japan- BoJ (Banco
Central de Japón) unido al regulador financiero o Financial Services Agency, FSA planeaban introducir la moneda
digital J Coin para los Juegos
Olímpicos de 2022. Para el momento la medida respondía a las acciones emprendidas
por Alibaba en China con el servicio de pagos móvil. Así el Mizuho Bank como
líder mundial y de extensa red internacional de centros financieros y
empresariales más Japan Post Bank Co., Ltd., MUFG Bank, Sumitomo Mitsui Banking
Corp., Nippon Telegraph y Telephone junto a otras compañías de sectores
relacionados como ferroviaria East Japan Rilway, Yamanote de Tokio, Mitsubishi
Corp., Kansai Electronic Power y Seven & i Holdings conformaron el
consorcio que se formalizo en el Foro de la Moneda Digital o DCF en 2019.
En el Foro se planteó desarrollar a la moneda digital
como mecanismo para la transferencia de dinero mediante los Smartphone. Se
estimaba que las transacciones comerciales podían realizarse a bajos costos y
en grandes cantidades entre empresas. La razón de convertibilidad de la moneda
digital se basaba en la relación uno a uno en Yen japonés. De esta manera, la
moneda digital japonesa se definía como un Stablescoins,
un tipo de moneda digital con valor colateral en la moneda fiat japonesa. Dicha definición era importante para una moneda
digital japonesa preconcebía como un instrumento de pago cuyo respaldo depende
de los depósitos bancarios como pasivo del banco central. Ello era importante
porque además de diversificar la oferta de dinero usando aplicaciones en los
teléfonos mediante códigos QR, también permite recopilar datos acerca del
patrón de consumo y gasto de los japoneses.
Esto es importante ya que la moneda digital es un
proyecto para mejor proporción de efectivo. En Japón la DCJPY o YPY moneda
digital japonesa proporciona efectivo tokenizado sincronizado con el área de
negocio relacionada con la actividad bancaria. Asimismo, de la misma DCJPY
existen otras monedas separadas y sincronizadas para cada área bancaría. Con
esto el Foro de la Moneda Digital o DCF
o consorcio bancario desarrolló un software llamado Progmat Coin plataforma que gestiona la gobernanza del consorcio en
base a la infraestructura nacional de activos digitales, así como para la
liquidación de valores a nivel regional. Con la plataforma se han cubierto
áreas que por separado actuaban sobre el comercio P2P de energía eléctrica,
tokens de seguridad, liquidaciones industriales, monedas regionales minoristas
y NFT. Lo interesante del esquema japonés de moneda digital es, con el uso de
las Stablescoins las transferencias
de monedas garantizan que los pagos no tocan el sistema bancario de forma
similar a los pagos públicos de blockchain
y además se convierte en una moneda mayorista para uso institucional.
Para Japón la moneda digital usada sobre el criterio de
beneficio común y gestión ESG, también representa infraestructura de activos
digitales. En Japón el mencionado tipo de moneda fue una necesidad que el BoJ identificó luego de registrar el
repunte del uso de tarjetas inteligentes de los viajeros procedentes de Suiza y
Pasmo. Esta situación represento una oportunidad para desarrollar una innovación
en el uso del dinero por parte de ciudadanos turistas, quienes no poseen las
monedas en efectivo del país a las que ingresan. Aunque las monedas digitales en
Japón no pueden convertirse en dinero en efectivo, una vez es cargado a la
tarjeta los fondos en monedas digitales pueden cambiarse libremente. Los
ciudadanos y las empresas mejoran la velocidad y cobro del valor exacto de las
transacciones.
(*) @ajhurtadob