Después de haberse formado en el programa de pilotos jóvenes de Red Bull, Carlos Sainz debutó en la F1 en 2015, a bordo de un Toro Rosso. Su primer compañero fue el neerlandés Max Verstappen (Red Bull), que hace dos fines de semana certificó matemáticamente su cuarto título seguido. Además, ganó las últimas cuatro carreras disputadas en la pista de la capital de los Emiratos Árabes Unidos en la que en 2021 destronó, en la última vuelta de la última carrera, a Sir Lewis.
Tras una temporada en Renault, Sainz fue dos años compañero del inglés Lando Norris (segundo en este Mundial) en McLaren. Escudería con la que logró su primer podio en la F1, en 2019 -fue tercero en Brasil-; y el segundo, en Monza (Italia): donde acabó segundo un año después.
Las mejores noticias deportivas del arranque del año de la pandemia del covid-19 las protagonizaron él y su progenitor. Carlos Sainz padre lograba la tercera de sus cuatro victorias en el Dakar un par de meses antes de que se anunciara el fichaje de su hijo por el equipo de Maranello.
‘Carlitos’ pasaba a ser ‘Don Carlos’ al fichar por el equipo con más solera de la F1. Con el que, además de los citados éxitos, ha firmado sus seis ‘poles’ y tres de sus cuatro vueltas rápidas en carrera.
Ferrari en el podio
El primero de sus 24 podios con Ferrari lo alcanzó en su quinta carrera y en el escenario más icónico: las calles de Mónaco, donde acabó segundo. En una temporada en la que sumó otros tres ‘cajones’ y logró su mejor puesto final en el Mundial: quinto. El que ocupa este año. Y en el que también concluyó 2022.
Esa temporada festejó su primer triunfo en la categoría reina. Nada menos que en Silverstone (Gran Bretaña), sede de la primera carrera de toda la historia de la F1, en 1950.
El año pasado, Red Bull arrasó. Ganó 19 de las 23 carreras con el insaciable Verstappen y otras dos gracias al mexicano Sergio Pérez. La escudería austriaca se apuntó todas las victorias de la temporada menos una: precisamente la que se anotó, en la noche de Singapur, el hijo del ‘Matador’.
De casta le viene al galgo. A pesar de haber recibido, antes incluso del arranque de la última pretemporada, el anuncio de que no seguiría en el Ferrari la campaña próxima. De haberse perdido la segunda carrera del año, en Arabia Saudí, Carlos Sainz añadió resiliencia y arrojo a su talento para ganar, sólo dos semanas después de su intervención, en Australia.
A la de Melbourne, en marzo añadió otra victoria: la que festejó hace poco más de un mes en Ciudad de México. Con lo que, de forma paradójica, este año ha sido el mejor de los cuatro que lleva pilotando de rojo.
Sainz llega a Williams
Sainz dejará Ferrari para seguir lustrando su currículo en Williams, otra escudería histórica: con nueve títulos de constructores y siete de pilotos. Y, antes de eso, aún puede sacarle brillo con otro podio en Abu Dabi (donde ya fue tercero en 2021). Un Gran Premio que, con su (ya tradicional) carrera que arranca de tarde y acaba con luz artificial, se estrenó en el calendario en 2009.
Emiratos Árabes Unidos se convirtió entonces en el segundo país de Oriente Medio, después de Baréin (2004), en integrar un Mundial.
Desde entonces, Yas Marina, diseñada por el alemán Hermann Tilke fue etapa del Mundial de F1. Siempre en noviembre o en diciembre; y en muchas ocasiones cerrando el campeonato. Algo que, al igual que en esta ocasión, seguirá sucediendo, al menos, hasta 2030.
Aparte del emocionante y polémico certamen de 2021, resuelto a favor de ‘Mad Max’ en la última vuelta, el Mundial se ha decidido otras tres veces en Abu Dabi. La primera de ellas, en 2010, a favor del alemán Sebastian Vettel y en una de las noches más duras para el doble campeón del mundo asturiano Fernando Alonso (Aston Martin), 32 veces triunfal y con 106 podios en la F1; que sigue brillando a los 43 años.
La segunda vez que el título se decidió en la capital de EAU fue en 2014. Con el polémico sistema de puntuación que otorgaba valor doble a esa carrera y que nunca más se empleó, Hamilton ganó su segundo título batiendo al que era su compañero, el alemán Nico Rosberg.
Y antes del que ganara Verstappen, Rosberg se había tomado la revancha, en 2016, de lo sucedido dos años antes, al relegar al segundo puesto de ese certamen a Sir Lewis. Nico emuló esa jornada a su padre, Keke -que ganó para Finlandia el Mundial de 1982-. Exactamente cinco días antes de anunciar su retirada.
EFE