Pendiente constantemente estamos de las informaciones manifestadas por los expertos
petroleros, en este caso específico, lo expresado
muy bien por el Dr. Rafael Quiroz, quien señaló en los medios de
comunicación, lo siguiente: la escasez de gasolina podría agravarse si
PDVSA no logra adquirir alrededor
de 40 mil componentes que hacen falta para producir el combustible
necesario en el país. Advierte, con conocimiento de la industria, que la
situación se debe a que en nuestras refinerías ha decaído notablemente
la producción petrolera. Su declaración y la
de otros expertos petroleros, no es política, sino
técnica, seria y responsable. Agrega el economista, profesor
universitario, que Venezuela importaba 43 mil barriles diarios de
gasolina desde EEUU; en componentes cerca
de 40 mil barriles diarios y 55 mil de petróleo. Además, 17 mil
barriles en diluyentes. A su juicio, Venezuela tiene una capacidad de
refinación de un millón 300 mil barriles en 6 refinerías que están
distribuidas en el país: dos en Falcón, una en el Zulia,
una en Carabobo, una en Anzoátegui y una en Monagas. De acuerdo al
profesor Quiroz, ´estas seis refinerías están trabajando a una capacidad
de
10%, eso quiere decir que estamos refinando solo 120 mil barriles diarios, por una demanda de 240 mil. Y a su entender,
son los estados del interior del país los que pagan el déficit.
Este es el único país petrolero del mundo, agrega el Doctor Rafael
Quiroz, que además de regalar la gasolina, no auto abastece su parque
automotor. En cuanto al contrabando de combustible,
señaló que este ha disminuido, pero aún existe. Por supuesto, pienso,
hay menos gasolina y menos camiones.
Indica el Dr. Quiroz. Que en conversación con otros amigos
economistas, coinciden en la misma apreciación. Además, necesario es
crear un nuevo proyecto de la industria para rescatar el nivel de
producción y productividad.
Pero en realidad, se trata de cambiar las cosas
para mejorar la situación, y
también de un manejo eficiente y racional para obtener
consecuencias positivas en lo económico y social. En la misma dirección,
se entiende perfectamente que el régimen desde hace mucho tiempo perdió
la batalla de la confianza de su propia gente. Se
acabó la inversión en la industria petrolera porque el proyecto
comunista destruyó todo. No hay confianza, porque no hay seguridad,
además pretenden que todos dependamos de las dadivas del régimen. Solo
hay planificación para la imposición de un modelo fracasado.
No se especificó en estos tiempos de penurias, una política petrolera
restablecedora de la seguridad y la estabilidad, al contrario remataron
la industria. Esta es la realidad del socialismo, un panorama
desalentador y de derroche. Es lo que tenemos que cambiar,
para rescatar la industria petrolera.
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