Mérida, Octubre Miércoles 09, 2024, 06:24 am
"Ni un dólar para los golpistas", dijo Hugo
Chávez en febrero de 2003 antes de aprobar un estricto sistema de control
cambiario, una de las principales señas de identidad de la economía de
Venezuela.
Lo que en principio era una medida temporal tras un
largo paro petrolero que dañó la economía venezolana —dependiente casi en
exclusiva del crudo—, se convirtió en un pilar de la política económica durante
los últimos 15 años de gobierno socialista, primero con Chávez y más tarde con
Nicolás Maduro.
Pero la asamblea nacional constituyente (ANC),
compuesta exclusivamente por el oficialismo, aprobó este jueves la propuesta
del gobierno de flexibilizar el control y permitir que las personas privadas
puedan operar con sus dólares a través de casas de cambio.
En concreto, se deroga la Ley de Ilícitos Cambiarios
y se elimina un artículo de la Ley del Banco Central que impedía transar
divisas libremente.
"Es una gran oportunidad, es un nuevo
comienzo", dijo el vicepresidente Tareck El Aissami, vicepresidente del
área económica, ante la ANC.
Pero al tiempo de ser aprobada la medida no estaba
claro cuál será su alcance en medio de la grave crisis económica que vive el
país.
El Estado ha visto caer sus ingresos,
mayoritariamente provenientes del sector petrolero. La actividad económica se
ha reducido drásticamente y Venezuela sufre la mayor inflación del mundo: el
Fondo Monetario Internacional (FMI) calcula que cerrará el año en 1.000.000%.
La devaluación en los últimos años de la moneda, el
bolívar, ha provocado que los venezolanos buscaran protegerse sobre todo con
dólares, cuya oferta oficial está controlada por el Estado.
Eso generó un mercado paralelo, ilegal, pero que en
realidad es el de referencia, el más usado. Y refleja un tipo de cambio muy
superior al oficial y en continuo crecimiento.
Mientras que el cambio oficial, llamado ahora Dicom,
dice que un dólar cuesta 172.800 bolívares, el paralelo, el que mejor refleja
la oferta y demanda de dólares (y en el que los usuarios se guían por varias
páginas web con métodos opacos de cálculo) señala que un dólar cuesta más de
3,5 millones de bolívares.
Hace dos años, un dólar costaba 1.000 bolívares, de
acuerdo a esas páginas.
Su precio ha aumentado al crecer la demanda de
dólares y escasear la oferta. El gobierno, por su parte, acusa a esas webs de
ser especuladores con el fin de dañar la economía del país.
Este complejo esquema hace que quien tenga dólares
prefiera cambiarlos en el mercado paralelo, mucho más lucrativo.
La economista Anabella Abadi considera al sistema
oficial Dicom como "un zombi muerto en vida".
"La cantidad de divisas que se ofertan es baja y
no cubren la demanda", le dice a BBC Mundo.
El sector privado se queja de que ya no tiene acceso
a divisas para la compra de insumos porque el Estado, con las arcas
disminuidas, no tiene para venderlas.
Eso los obliga a acudir a ese mercado paralelo, mucho
más costoso, lo que tiene una incidencia en la constante subida de precios,
afirman.
Hay mucho escepticismo entre los economistas críticos
con la política cambiaria del gobierno, vista como una de las causas de la
crisis.
"Se estaba esperando algún mecanismo de
flexibilización cambiaria, pero no es una apertura íntegra ni estamos seguros
de que sea parcial", dijo a BBC Mundo el economista Luis Vicente León en
un rápido primer análisis de la medida y a la espera de conocer todos sus
detalles.
León quiere ver qué casas de cambio podrán finalmente
realizar estas operaciones.
Abadi, por su parte, cree que mientras no haya
confianza en la política cambiaria del gobierno, difícilmente llegue el oxígeno
a un mercado de divisas altamente controlado.
León considera que es posible que se mantenga un
sistema dual en el que la diferencia entre ambos sea menor que la actual, pero
cree que seguirá el cambio paralelo.
"Nadie en su sano juicio va a vender por debajo
del mercado negro", afirma. El economista apunta, por lo tanto, que podría
ser "más de lo mismo".
Esta medida forma parte de un paquete de reformas
anunciadas recientemente por el presidente Maduro para enfrentar la grave
situación económica que el gobierno atribuye a una "guerra" desde el
exterior de países y sectores de oposición que buscan un cambio de modelo
político.
El 20 de agosto, está prevista la entrada en vigor de una reconversión monetaria con nuevos billetes y la quita de cinco ceros. Y se esperan otras decisiones, como el aumento del precio de la gasolina, actualmente la más barata del mundo.
Venezuela, en plena crisis, espera conocer los detalles concretos y el impacto de reformas como la aprobada este jueves. BBC