Mérida, Abril Sábado 20, 2024, 05:04 am
Con esto del ya martirio penuria de intentar surtir de gasolina al vehículo, sea particular, transporte público y pesado, oficiales, de los Cuerpos de Seguridad del Estado, etc., el cotidiano devenir de nuestra ciudad pasó de bullicioso a soledad, Mérida es hoy día, por muy drástico que suene decirlo y escribirlo, es toda una ciudad muerta.
En calles y avenidas, centros y locales comerciales, plazas y parques, casco central urbano hasta en las iglesias, se siente la soledad que implica que medio mundo se encuentra haciendo cola por varios días y noches, para lograr abastecer de gasolina a su vehículo, sin dejar pasar por alto que algunos en su desesperación por hacerse del codiciado combustible, caen en manos de los bachaqueros que hacen de las suyas a costa de la necesidad, ante la mirada de todos y de los propios efectivos de seguridad, cuya actuación en el sitio cae en tela de juicio.
Mérida es toda una ciudad muerta, todo prácticamente paralizado porque todos están en una cola por gasolina, invadiendo espacios públicos y privados, entorpeciendo el libre tránsito vehicular peatonal, haciendo sus necesidades fisiológicas en cualquier lado, contaminando el ambiente local y el frente de las viviendas, a donde les toca pasarse el día y la noche, a la espera de poder acceder a la Estación de Servicio, en la que aspira “pegar la lotería” y hacerse del combustible.
Así estamos en esta urbe andina, una
ciudad muerta, que no se escapa de la crisis circunstancial compleja que venimos
afrontando y confrontando en el país, con las secuelas super conocidas y a dos
meses de las festividades de fin de año, que por los vientos que soplan,
estarán, queramos o no, más atípicas de las ya vividas a lo largo del año, mentiras
no son.