Empresas, política económica y pandemia por Alberto José Hurtado B.

La crisis sanitaria provocada por el covid-19 está desencadenando una crisis económica mundial, debido, entre otras cosas, al aislamiento colectivo ordenado por los gobiernos para contener la propagación del virus y la fragmentación de las cadenas globales de valor. Aspectos que han tomado por sorpresa a muchos gobiernos enfrascados en la discusión acerca de los mejor: ¿la salud o la economía?

En este instante, ambos aspectos deben ser prioridad para los gobiernos y los ciudadanos, por ser ámbitos complementarios del funcionamiento de la sociedad. Por ende, se requiere que los actores tanto públicos como privados comprendan mejor cómo se han entrelazado la economía y la salud dentro de las complejas redes que dan forma a las cadenas globales de valor. El resultado ha sido cadenas eficientes, ajustadas y seguras para los trabajadores que allí participan.

Pero desde una perspectiva solo comercial, estas cadenas globales son redes que no conectan únicamente a las empresas, sino que unen a las naciones. Pero la pandemia está conllevando a que los gobierno prefieran: a) las actividades empresariales concentradas en su territorio sobre aquellas interconectadas con el mundo; b) la autosuficiencia sobre las estrategias corporativas; y c) la salud sobre la economía.

Este panorama implica que el entorno internacional está experimentando cambios fundamentales. La globalización que hace algunos años prosperaba gracias al libre flujo de bienes, servicios, datos y capital, así como al movimiento irrestricto de personas; hoy se detiene ante un mundo paralizado donde los actores públicos y privados de la economía esperan con ansias la vacuna contra el virus que detiene al planeta. Para evitar que la espera sea larga y que los cambios tomen desprevenidos a la mayor parte de la población, es necesario impulsar una cadena global público-privada que permita mejorar la preparación gubernamental y corporativa al intensificar los esfuerzos para sincronizar las actividades públicas y privadas en los países.

Para ello es necesario: 1) Reconocer el papel que tiene la economía y los sistemas de salud para la sociedad, solo así se podrá tener una idea adecuada acerca de la visión del mundo que tiene cada país y la necesidad de un dialogo estratégico a nivel público-privado. 2) Promover la circulación de datos conjuntos, tanto a nivel de gobierno como de empresa, que permitan evaluar la vulnerabilidad de las cadenas de suministro. 3) Diseñar hojas de ruta de tecnología que permita avanzar hacia una mejor comprensión del papel de los cambios tecnológicos en la innovación, la prosperidad y la eficiencia que se logra en la producción de bienes y servicios. 4) Avanzar hacia la transparencia de las cadenas globales de valor, mediante el esfuerzo conjunto público-privado que permita a ambos disfrutar del acceso a fondos y mercancías en condiciones favorables. Y 5) reducir la complejidad del entorno regulatorio de las cadenas globales de valor, con el fin de disminuir los costos de los intercambios comerciales.

En fin, se necesita la colaboración público-privada para comprender cómo los cambios a nivel internacional están afectando a las cadenas globales de valor y cuál debe ser la respuesta de los gobiernos para proteger los intereses de la sociedad a la que representan. La regulación basada en incentivos a través de estímulos fiscales, por ejemplo, es clave para avanzar en las inversiones corporativas. Esto implica invertir más en ciberseguridad, intensificar los esfuerzos de investigación y desarrollo para sustituir materias primas y tecnologías, así como explorar el desarrollo de nuevos mercados.

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