Mérida, Julio Domingo 13, 2025, 08:06 pm
Al terminar un año de tantas encrucijadas que nos ha quitado tanto tiempo, espacios y personas, es bueno recordar las palabras de el Evangelio “…y nuestra alegría nadie nos la podrá quitar. “Aquel día no me preguntarán nada” (Jn 16,23).
En tiempos de crisis, de desesperanza y pandemia, donde pareciera que hay mayores motivos para la tristeza y la desilusión nos conforta el don que nos regala Cristo: “La alegría”. Esa fuente que brota como agua viva sobre nuestras tierras áridas, óigase bien “que brota de dentro” de la experiencia de ese encuentro con Jesucristo - nuestra vida, camino y verdad.
De allí que el Evangelio nos coloque el ejemplo de la parturiente, que sufre los dolores del parto, pero que al tener en sus brazos su creatura se siente la persona más feliz del mundo. Así en el plano de la fe, esa alegría debemos “parirla”, es decir, requiere esforzarnos, demanda entrega y sufrimiento, requiere morir para poder vivir. “Como el grano de trigo que muere para dar vida” (Jn 12,24).
Alimentemos nuestra alegría con la vida de oración y encuentro personal con Jesucristo, con sus sacramentos y el contacto diario con su Palabra, para darla al mundo de tristeza que nos rodea, a nuestras propias y adversas circunstancias, al mundo del oscuro egoísmo y maldad, la alegría que cada día vamos esculpiendo a través de la entrega a los demás, en el servicio al hermano.
Recordemos que “hay más felicidad en dar que en recibir” esta es la verdadera alegría de nuestro corazón. Y también la garantía definitiva del cumplimiento de las palabras de Jesús: "se alegrará nuestro corazón y nadie nos quitará la alegría" (Hech 20,35).
Con la santa “alegría” demos comienzo a este nuevo año confiados en el Dios – con - nosotros que nos trae “Vida en abundancia” (Jn 10,10). Mantengamos viva la esperanza que sirva de ventana a esa “Iglesia en camino” que todos queremos construir, con esa profunda motivación de “ir a las periferias” para encontrarnos con el hermano que se siente solo, sin rumbo ni destino y poderle mostrar a Cristo “Camino, Verdad y Vida” (Jn 14,6).
No olvidemos la enseñanza de San Pablo: “Ustedes no han pasado por ninguna tentación que otros no hayan tenido. Y pueden confiar en Dios, pues él no va a permitir que sufran más tentaciones de las que pueden soportar. Además, cuando vengan las tentaciones, Dios mismo les mostrará cómo vencerlas, y así podrán resistir” (1 Cor 10,13). Dios es tan misericordioso que junto al problema siempre nos mostrará la salida, sólo tenemos que estar atentos a sus direcciones y mantenernos fieles. "Y aunque no seamos fieles, Cristo permanece fiel porque él jamás rompe su promesa". Así que "podemos estar seguros de lo que hemos creído. Así que Dios no permitirá que tu pie resbale. Y jamás duerme el que te cuida. Jamás duerme ni se adormece el que cuida de Israel” (Salm. 121, 3-4) Dios te eligió a ti para que compartas todo con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor, y él siempre cumple Su promesa.
Que en este nuevo 2021 estemos abiertos a la acción del Espíritu de Dios que nos llama a pasar por caminos inciertos, a perder nuestras seguridades para dejarnos llevar por los brazos de un Padre Dios que da todo por nosotros sus hijos.
Para todos un feliz y venturoso año nuevo 2021 lleno de lo mejor: salud y esperanza para todos.
Mérida 01 de enero de 2021