Mérida, Mayo Martes 30, 2023, 10:18 am
@lloaizar
En política no se puede avanzar sin aprender de los errores. Son muy antiguos los registros que nos demuestran la naturaleza dinámica de la política y la versatilidad que deberían tener quienes se dedican a ella.
No obstante, cada vez se hace más evidente todo lo contrario: Políticos obtusos empeñados en rígidos esquemas para hacer política negando la esencia de la política; políticos oportunistas que según su conveniencia, hacen de las elecciones y del voto recursos desechables; políticos miopes que operan sin planes o estrategias de corto, mediano y largo plazo; políticos mezquinos que sólo apoyan la construcción de unidad cuando ésta gira alrededor de sí mismos; políticos sin grandeza que rechazan las formas amplias y unitarias de organización política porque podrían restarle poder; políticos hipócritas que señalan y acusan a otros de hacer aquello en lo que ellos ya son viejos maestros.
Estos políticos, que no aprenden ni quieren aprender, padecen una muy perniciosa patología que los lleva a concentrar toda su atención en sí mismos, en su intimidad, en su propio círculo, desinteresándose del mundo que los rodea. De manera que no se activarán en ninguna campaña electoral si no son candidatos, no aceptarán nunca que otros lleguen a posiciones de liderazgo ni permitirán jamás el desarrollo de organizaciones políticas robustas y estructuradas sobre un liderazgo plural. Estos enfermos serán siempre los primeros y más taimados enemigos de cualquier propósito unitario para alcanzar el cambio.
¿Cómo se puede salir adelante con gente así? Es muy difícil, pero no imposible. La biología siempre terminará imponiéndose y nadie dura para siempre. Lo fundamental es aprender y corregir, formarse, superarse constantemente y entender que los proyectos personalistas se mueren con quien lo encarna, como muy insistentemente se empeña en decirlo la historia.