Mérida, Julio Miércoles 16, 2025, 11:51 pm
La piel del rostro merece cuidados especializados por sus características propias. Ella está formada por tres capas funcionales: La más externa es la Epidermis, seguida por la Dermis y más internamente encontramos la Hipodermis. La exfoliación que forma parte de la rutina facial va dirigida a la Epidermis; su grosor en el rostro se sitúa alrededor de los 0,02 milímetros comparado con los 0,1 y 0,2 milímetros de las otras zonas del cuerpo o con el 1 y 5 milímetros que hay en palmas de las manos y planta de los pies. Con frecuencia en la consulta de la piel, la exfoliación es un tema que genera dudas en el paciente, muchos la realizan en casa pero, lamentablemente, de forma errada y perjudicial, por lo que se termina en lesiones en la piel, en lugar de aportar beneficios y belleza a su rostro.
La exfoliación es una práctica cosmética que consiste en la destrucción limitada y controlada de las capas más superficiales de la piel, con el fin de lograr su renovación y regeneración. Quedaron en el pasado los frotamientos exagerados realizados con la ayuda de la piedra pómez o preparados abrasivos que fundamentan su acción, exclusivamente, en un arrastre mecánico. La cosmética actual, de manera innovadora, ha reformulado el uso de estas prácticas con productos especializados.
Es preciso entender que utilizar productos exfoliantes demasiado rugosos, agresivos o formulados a base de partículas irregulares, pueden generar severos daños en la piel. El uso indebido de “exfoliantes caseros” preparados a base de los más peculiares ingredientes que se tienen en la despensa de la cocina y, la mayoría de las veces, recomendados por fuentes poco especializadas, constituyen un verdadero riesgo y un problema para la salud de la piel. Con su aplicación empieza la aparición de hiperpigmentaciones, efélides o las llamadas comúnmente "pecas", piel sin color uniforme y la deshidratación del rostro como peor daño. Todo esto tiene como resultado el inminente envejecimiento prematuro de la piel.
Si se elige un producto especializado en el cuidado de la piel, sin duda alguna obtendremos todos los beneficios de una adecuada exfoliación. Entre ellos cabe mencionar: La eliminación de las impurezas que se acumulan en la superficie de la piel, disminuyendo de este modo la probabilidad de formación de granos o espinillas. Facilita la microcirculación y con ello la oxigenación de las células. Ayuda al desprendimiento y eliminación de las células queratinizadas más superficiales, causantes de engrosamientos de la piel. Mejoran el aspecto general, textura y calidad de la piel y, por último, favorecen la penetración y potencian la acción de cualquier otro procedimiento y tratamiento que se aplique en la zona exfoliada.
Otra duda frecuente en muchos de nosotros: ¿Con qué frecuencia debe realizarse la exfoliación de la piel? La efectividad de un tratamiento exfoliante es dependiente de la regularidad con que se aplique y no como se suele pensar, que es por la fuerza y agresividad que se imprime en la ejecución del mismo. Por razones obvias se recomienda el uso regular y continuado de este tipo de cosméticos, que serán determinados de acuerdo al biotipo de piel a tratar. Como parte de la rutina facial, que debe realizarse en casa, se sugiere que para una piel seca sea de periodicidad quincenal; para una piel normal a mixta debe hacerse de forma semanal; y, para la piel grasa con tendencia acneica, dos veces a la semana.
Para determinar tu biotipo de piel, su sensibilidad y obtener una recomendación precisa de los productos a usar, se aconseja la visita al personal de salud calificado en los cuidados y tratamientos de la piel, además tiene que quedar claro que la exfoliación tipo peeling con principios activos, que busca llegar a capas más internas de la piel NO debe practicarse en casa pues es un procedimiento netamente médico, que debe ser realizado por especialistas calificados.
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