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Cardenal Baltazar Porras Cardozo

A los obispos auxiliares, sacerdotes, religiosos y religiosas, diáconos y a todos los hombres y mujeres comprometidos con la evangelización de la Arquidiócesis de Caracas

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Exhortación Pastoral del Cardenal Baltazar Porras Cardozo


¡SALUD Y PAZ EN EL SEÑOR!

Los arzobispos y obispos de Venezuela, reunidos en la CXVII Asamblea Ordinaria Plenaria, como pastores y compañeros de camino, hicimos llegar a nuestras comunidades un mensaje de amor y esperanza al comienzo de este nuevo año 2022. Hoy me dirijo a ustedes para invitarlos a asumir responsable y sinodalmente las orientaciones de la exhortación pastoral que propusimos en esa ocasión.      

Partimos de la llamada que hemos recibido del Papa Francisco para constituirnos como una Iglesia sinodal, llamada a caminar juntos: siendo una Iglesia de la escucha en la cual cada uno tiene algo que aprender[1]. “Una Iglesia que se centra en la misión, en el compromiso desde la fe para humanizar la vida del pueblo y hacer más visible la presencia de Dios en la historia[2].

La Conferencia Episcopal nos animó en el marco de este llamado a comprometernos en el acompañamiento del  pueblo venezolano: “en el resguardo de su dignidad y en la construcción del bien común, participando en procesos de reflexión sobre la nueva sociedad que queremos construir o refundar con la participación de todos, principalmente del laicado organizado, diseñando procesos de formación desde la dimensión social de la evangelización, la Doctrina Social de la Iglesia y el magisterio social latinoamericano y venezolano integrado en planes de acción pastoral…”[3]

Como bien señalamos los arzobispos y obispos de Venezuela, nos encontramos como país en una grave crisis multidimensional, que se traduce en dolor y sufrimiento para las grandes mayorías. “A nivel económico, asistimos a una gran contradicción: mientras la economía venezolana se encuentra aún sumida en grandes deficiencias que impiden un trabajo digno y un salario justo, cuantiosas inversiones se están dando en el país que solo benefician a pocas personas o grupos de inversionistas en áreas poco accesibles a la mayoría empobrecida de la población.”[4] La pobreza y la desigualdad se han convertido en el signo del pecado estructural de esta sociedad. El Estado de derecho es constantemente vulnerado, impidiendo la participación ciudadana en la libre deliberación pública y en la búsqueda de soluciones. El amedrentamiento por parte de los órganos oficiales siembra miedo y silencio.  Nuestra democracia está muy debilitada.[5]

La iglesia de Caracas cuenta con muchos cristianos comprometidos en tareas de asistencia social, en la catequesis, en la celebración de la Palabra. Muchos religiosos  y religiosas acompañan desde centros educativos, centros de asistencia social y centros de animación pastoral, a nuestras comunidades. Nuestras parroquias y vicarías son espacios para el encuentro, la celebración de la fe y la animación al compromiso. Muchos movimientos laicales, comunidades de base, catequistas, grupos juveniles, viven con entusiasmo y dinamismo su vocación cristiana.

Por ello me siento animado a llamarlos a profundizar su compromiso con la formación en el compromiso social, acompañando a las comunidades a las que sirven para fortalecer sus luchas por reivindicar sus derechos a vivir en democracia, a movilizarse mediante su organización para construir mejores condiciones de vida. Los invito a desarrollar iniciativas de formación en el conocimiento de los problemas del país y a profundizar en el derecho a vivir en democracia como medio para responder a los grandes problemas que amenazan la vida del pueblo venezolano.

Los invito como bautizados  abrazar nuestra vocación a participar  en la acción  Política, entendida como la expresión de más alta caridad y solidaridad, como la búsqueda del bien más universal para nuestros hermanos, tal y como nos los recuerda la doctrina social de la Iglesia.

Necesitamos hacer nuestra la invitación del Papa Francisco en la Encíclica Fratelli Tutti, que recojo textualmente por su claridad y contundencia: “Reconocer a cada ser humano como un hermano o una hermana y buscar una amistad social que integre a todos no son meras utopías. Exigen la decisión y la capacidad para encontrar los caminos eficaces que las hagan realmente posibles. Cualquier empeño en esta línea se convierte en un ejercicio supremo de la caridad. Porque un individuo puede ayudar a una persona necesitada, pero cuando se une a otros para generar procesos sociales de fraternidad y de justicia para todos, entra en «el campo de la más amplia caridad, la caridad política. Se trata de avanzar hacia un orden social y político cuya alma sea la caridad social. Una vez más convoco a rehabilitar la política, que «es una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común.[6]

En los próximos días estaré convocando a las parroquias y vicarías que quieran asumir esta invitación, a los catequistas, a los jóvenes, a los centros educativos que están bajo la responsabilidad de la iglesia, entre otros agentes pastorales, para organizar programas de reflexión, formación y acción en esta dirección, con el apoyo del Centro Mons. Arias Blanco, los obispos auxiliares y mi equipo de apoyo.

Que el Señor Jesús, nos llene de su gracia en este nuevo año para acometer ese gran reto al que nos invitan los obispos y arzobispos de Venezuela: “La refundación de la nación que implica la inclusión de los pobres y necesitados como sujetos de su desarrollo; recuperar la convivencia fraterna a través de la promoción permanente y efectiva del diálogo; realizar negociaciones claras y justas en favor del pueblo; promover la familia y la educación… haciendo uso de los mecanismos previstos en la Constitución Nacional y las leyes para resolver los problemas que humillan y cierran posibilidades de vivir con calidad y en Estado de derecho.”[7]

Con mi bendición apostólica



[1] Discurso del Papa Francisco con motivo del 50 aniversario de la institución del Sínodo de Obispos (17-10-2015)

[2] CXVII ASAMBLEA ORDINARIA PLENARIA EXHORTACIÓN PASTORAL

[3] Idem

[4] Idem

[5] Idem

[6] Carta Encíclica Fratelli Tutti del Santo Padre Francisco sobre la fraternidad y amistad social. 3 de octubre de 2020, No 180.

[7] Idem





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