Mérida, Abril Sábado 20, 2024, 05:21 am
Dentro de 46 días se conmemorara los siete años del cierre de frontera
Venezuela-Colombia, empresarios, autoridades y la sociedad civil en
general se alistan para la reactivación de una zona que, por más de un
lustro, sufrió las consecuencias de tener los pasos binacionales
cerrados para el intercambio comercial. Táchira y Norte de Santander
están a punto de dar un paso histórico.
Ese paso tiene varias
vertientes para rememorar; sobre todo porque el camino hacia la
reapertura ha sido bastante sinuoso y con obstáculos que no han
amilanado el objetivo de la mayoría: regresarle el título que ostentó,
por muchas décadas, una zona considerada como la frontera más viva de
América Latina.
Agosto, por los avances y pronunciamientos que
hay, pareciera ser el mes para el cierre de un episodio, largo y oscuro,
y el inicio de un nuevo capítulo para la frontera. El 19 de agosto se
cumplen siete años de aquel bloqueo de puentes que significó el
desmoronamiento de lo construido y, a la vez, augura el renacer de una
zona que le ha apostado al rescate, pese a las vicisitudes.
Aproximadamente
2.555 días atrás, el estado Táchira y Norte de Santander fueron
testigos de un hecho que marcó la historia de quienes hacen vida en
ambos territorios. El Operativo de Liberación del Pueblo (OLP) tuvo
como día central el 20 de agosto de 2015, cuando del sector La Invasión
(comuna La Guadalupe), cerca de la urbanización Libertadores de América,
en San Antonio del Táchira, protagonizó el desalojó de decenas de
colombianos asentados en el punto descrito.
El operativo de la
OLP se dio en la frontera en contra del paramilitarismo y tuvo como
epicentro un ataque armado contra dos efectivos de la Guardia Nacional
Bolivariana (GNB). La forma y el fondo de la acción policial, dejan
dudas en torno a si hubo respeto o no de los derechos humanos durante el
despliegue de los uniformados.
El quiebre de aquel momento,
junto a los escenarios posteriores, marcó, sin duda, el devenir
fronterizo. Desde entonces, la zona ha estado deprimida en lo económico,
social y cultural. Siete años después, un tweet del presidente electo,
Gustavo Petro, secundado por su homólogo venezolano, Nicolás Maduro,
encendió la luz al final del túnel.
EUD