Mérida, Julio Domingo 13, 2025, 07:47 pm

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Formación social y política por Edgar Márquez C.

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Formación social y política por Edgar Márquez C.


Los comentarios y opiniones sobre las elecciones primarias presidenciales del sector no gobierno vienen derivando, sin que ello tenga un asidero jurídico y normativo,  hacia la creación de una comisión nacional organizadora del evento comicial para “escoger un único aspirante” para enfrentar al representante de los sectores detentadores del poder.

Hay quienes sostienen que, de ninguna manera, se puede admitir la presencia del poder electoral para llevar adelante la consulta, mientras que, al mismo tiempo, se habla del voto de los venezolanos en el exterior, legales o ilegales donde estén.

Asunto difícil y que no tiene garantizado el éxito, pues no contamos con una autoridad  que pueda llevar adelante un registro confiable, a los fines de no dejar ciudadanos fuera del padrón y ajenos a una elección  que puede implicar cambios en su estatus y en el de sus familias aquí residentes.

La experiencia reciente nos revela que dos consultas nacionales, adelantadas por opositores, y una elección entre precandidatos contaron con gran participación y fueron llevadas a buen término  sin requerir  una gran inversión económica.  Un éxito, puesto que la política  se ha convertido en un ejercicio costoso en lo material y riesgoso en lo personal.

En los mentideros políticos  se sigue hablando  de muchos candidatos. Sobran los aspirantes,  al menos en las listas publicadas. No obstante, los organizadores de la consulta deben hacerse  a un reglamento o acuerdo básico para ir definiendo la validez y vigencia  de algunas candidaturas, especialmente para no ofrecer al país la imagen de un torneo  de mentalidades inútiles, a los fines de enfrentar con éxito los grandes problemas nacionales.

Es allí donde quiero insistir.  Quienes  aspiren  deben tener una bien probada formación social y política, una trayectoria y una vida precedida  de méritos, buena fama y servicio   a la sociedad.  Esa formación no solo significa un grado universitario, sino prioritariamente un desempeño  de funciones públicas identificadas con el éxito, sin dejar de lado labor docente, libros publicados, conferencias y giras internacionales  de estudio.

Los años recientes han visto disminuir los eventos formativos y de discusión en todos los estados  de la federación venezolana, especialmente adelantados por fuerzas partidistas, a  través  de sus casas de estudio. Ahora prevalecen los cursos  en materias  como crecimiento personal, autoestima, iniciativas laborales y artesanales, idiomas y un largo etcétera. Todos con un enfoque individualista  y no social.

A los candidatos (pre y post)  debemos exigirles mucho, sin contemplación, porque nos estamos jugando la vida y la patria. Aspirar o dejarse mencionar en las listas no es un juego.  Es una gran responsabilidad, hasta con la propia familia. Por ello, es prioritario que el país  los reconozca por sus méritos bien ganados, por sus estudios, por su formación social  y política,  por una bien  definida vocación  de servicio al prójimo,  a los venezolanos de cualquier condición que estamos  esperando una reversión de las tendencias actuales para definir un camino de  paz, orden, respeto humano y prosperidad.              





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