Mérida, Julio Miércoles 16, 2025, 11:14 pm
Cuando la rápida expansión económica de Corea del Sur la
ubico como la décima economía del mundo también la convirtió en la economía de
mayor emisión de gases de efecto invernadero, siendo séptima en 2015 de CO2 una
huella de carbono de gran importancia. Desde ese momento sus autoridades
gubernamentales enfocaron sus acciones políticas en el crecimiento verde. Para
el gobierno coreano contribuir a la economía al mismo tiempo que no dañar el medio
ambiente es una meta. También para los ciudadanos en Corea del Sur en más del
86% consideran a la crisis climática como una amenaza importante que amerita
acciones inmediatas.
En un todo Corea del Sur siendo un importante emisor de
gases de efecto invernadero durante 2016 y lo que va de 2023, asumió el
compromiso de París junto a el Pacto Verde en la perspectiva de Roosevelt
dirigido por el gobierno y ejecutado por todos los miembros de la sociedad. Así
Corea del Sur utilizando los criterios de economía regenerativa como principal
medio de transición hacia la energía verde, trabajo o empleos verde, inversiones
verde etc., fijó una meta de cero emisiones de carbón para 2050. La meta es
ambiciosa, en la medida que los avances han sorprendido a quienes aseguran que
dicha meta implica inmensos desafíos para Corea y su forma para acumular
riqueza en la actualidad. Uno de ellos es la crisis sanitaria de la pandemia
que no ha permitido estabilizar y canalizar efectivamente los programas
económicos para la sostenibilidad medio ambiental como los impuestos y
financiación cero dirigidos a las actividades del carbón, en contraste de las subvenciones
y financiamiento para las actividades de crecimiento verde. Otros desafíos que
se suman son cómo lograr la transición de la energía fósil a la energía
renovable para la industria y la movilidad, a la que se le une la inminente sustitución
del suministro de energía eléctrica por energía de hidrogeno con fines
doméstico, industrial y de movilidad.
Con todo, el gobierno surcoreano no ha abandonado el
inmenso reto que implica cambiar su matriz energética basada en el carbono e
invirtió más de 144.000 millones de dólares en la creación de empleos. Apoyo
gubernamental cuya base fue la creación de redes de seguridad social que refuerzan
la política de empleo con orientación de neutralidad del carbón. También el
gobierno se ha enfocado en los proyectos de movilidad ecológica y sanidad inteligente,
apoyados en subvenciones para los automóviles ecológicos y eléctricos con base
en el combustible de hidrogeno. De ambos proyectos destacan los grandes
esfuerzos en innovación y economía regional, gravitados en las inversiones de 35%
de origen público y privado en 65%. Muchas críticas se dejan ver al respecto
del avance en las metas establecidas con New
Deal no obstante, es meritorio que frente al nuevo acuerdo se ha logrado lo
que hasta el siglo XXI era un tabú en el tema de la sustentabilidad,
sostenibilidad y cambio climático, y ello es, el reconocimiento y adjudicación
de la responsabilidad en la huella del carbón por parte de todos los sectores
de economía alguna.
Es destacable y ejemplo para la comunidad internacional
el nuevo acuerdo en el que se reconocen las debilidades y posibles metas que
podrán o no ser cumplidas, pero también el alto sentido de responsabilidad de
las chaebol´s o grandes conglomerados
industriales sobre la recuperación y despegue inclusivo como fin. Ello es
evidente cuando el acuerdo está liderado por el sector privado con el respaldo
del gobierno. Dicho liderazgo pone en evidencia que la competitividad como
ventaja excepcional de Corea del Sur se asienta en la ética de la tradición en
la humanidad, justicia, conducta ritual adecuada, sabiduría y confiabilidad. La
tradición confuciana del equilibrio ético del servicio hacia la
descarbonización. La responsabilidad de todos en el mundo que es asumida por uno.
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