Una nueva campaña electoral nacional se está desarrollando. Numerosos candidatos andan tras los votos de un electorado que, aunque disminuido por las ausencias fuera del territorio nacional, comienzan, lentamente, a tomar interés por la prédica u oferta, en circunstancias bien conocidas de crisis y problemática humanitaria.
Los candidatos ya visibles con los del sector no gubernamental u oposición, porque del lado del gobierno lo apreciable es que el aspirante sea el mismo mandatario actual. Claro, ante nuevas situaciones, como una mayor baja en la valoración de la obra social y una profundización de los problemas, podría haber un aspirante o representante socialista distinto.
En la opinión pública nacional no hay una inclinación fuerte que favorezca, hoy, la celebración de las elecciones nacionales (que hasta podrían ser generales, es decir, con todos los poderes, parlamentario, estadal y municipal), porque los problemas sociales, la decadencia de la economía y el desconcierto es lo que domina la mente mayoritaria. Cada quien está imbuido en su problema, personal o familiar.
Los venezolanos tienen más inquietud con el trabajo y la alimentación, sin dejar de lado la salud, que por el tema político y de no ser por los medios televisivos, especialmente, no se estarían enterando de que los competidores por la presidencia (o precandidatos) ya andan por las calles.
Quiero destacar que se impone la necesidad de asistir a una campaña electoral con un elevado signo de cultura, civismo, respeto y moderación, en todo momento. Sería lastimoso que los aspirantes se dediquen a una estrategia de insultos, descalificaciones, acusaciones de baja ralea, infundios y señalamientos sin soporte, para enervar los odios y amarguras, de los que ya tenemos un largo historial en estas dos décadas.
El mundo entero estará pendiente para saber si los venezolanos seremos capaces de salir de este atolladero sin que la sangre llegue al río, es decir, sin la violencia de las armas. Pero igualmente lo estarán para apreciar si ofrendaremos nuestra sensatez, cordura y fraternidad en procura de que cualquiera sea el ganador, todos los competidores se sumen al inmenso reto de recuperar la patria como el hogar de todos los venezolanos.
Ese respeto debe ser exigido por los candidatos a sus propios partidarios. Por ello, es imprescindible que los discursos no sean la misma receta del pasado, sino expresiones de altura, por supuesto con lenguaje entendible, facilitando, a su vez, elevar la cultura cívica y política de quienes son sus partidarios.
Una campaña prestigiada por candidatos educados, sensatos y comprometidos con las mejores causas nacionales será un signo para mostrar con orgullo ante todas las naciones. Por supuesto, todos deben ser personas de honestidad a toda prueba, con sentido de la responsabilidad que asumen al ofrecer sus nombres a la consideración de todos. De otro modo, asistiremos a un proceso que, en medio de la peor abstención, de nada servirá para salir del actual estado de generalizado deterioro de la vida nacional.
En sintonía con la unidad
Este servidor extendió su mano para coadyuvar en la reconstrucción de la figura de alternativa democrática y en que todos los factores políticos, encontremos puntos de encuentros, en los que podamos trabajar, para derrotar al chavismo/madurismo, por la vía pacífica, electoral y política. En ese sentido, quiero informar, que estamos dando los pasos necesarios. He participado en diversas reuniones de trabajo, en que una variada dirigencia, está ya enfocada. Agradezco que tanto desde la Plataforma Unitaria, en Mérida, como en otros sectores, se comiencen a dar pasos, propios de la madurez política. Cuenten con este servidor, que estaré haciendo los aportes necesarios, para que podamos alcanzar importantes y necesarios acuerdos.
Pero también quiero dejar claro, que deploro la actitud de quienes fueron gobernador y secretario de gobierno, anteriores, los cuales están muy molestos, porque, hay sectores políticos, que han abierto un compás, para que podamos lograr una integración. Se demuestra que aquella excusa, de que no dejaban al ex gobernador de Mérida medirse en elecciones primarias, es cuestionable. Además, que es lamentable esa actitud egoísta y mezquina, que para nada ayuda a los venezolanos, encontrar en la dirigencia política, responsabilidad para trabajar en unión, por una salida a la situación crítica que todos vivimos hoy.