Mérida, Marzo Viernes 29, 2024, 05:17 am
Transcurría 1808 en la Caracas del atraso colonial. Pero, de
inquietudes revolucionarias latentes en el pensamiento de una pléyade de
individuos de la talla de Yanes, los
Montilla, Roscio, Blanco, Ribas, Salias, Trimiño y Mujica, algunos de ellos
fugados de prisión durante 6/1797, previo a la Consporación de Gual y España por La Guaira y culmina en 7/1797, luego de su
delación. La independencia de EEUU en 1776. Y, quizá inducidos por los logros
de la Revolución francesa (1789-1799), pues a consecuencia del motín de
Aranjuez (18/03/1808) se produjo la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando
VII, novedad que llega el 15/7 de aquel
año al puerto de La Guaira a través del bergantín de guerra francés Le Serpent con los documentos (Estatuto) de
Bayona y el anuncio de la situación política vigente para el momento, cuando se
prohibía la entrada en Indias de la historia de América por W. Robertson
(1721-1793), que es el recuento de la revolución americana.
“Carlos IV
abdicaba a favor de su hijo Fernando VII y, de nuevo, a su vez, en Napoleón y
este a favor de su hermano José Bonaparte (a) “pepe botella”y/ o “pepe
plazuela” por sus hábitos alcohólicos, con lo cual se esfuma el vértice piramidal
y desaparece en medio de todo este
movimiento de cambio trascendente dentro
del imperio, y le plantea a los hispanoamericanos la motivaciónn perentoria de
tomar decisiones puntuales, lo que ocurre súbitamente al reconocer a José
Bonaparte como rey de España o declararse sometidos a unas juntas inexistentes
que se habían formado en la península.
La actitud
de las clases sociales no era tan uniforme, pues para los terratenientes criollos,
y los llamados mantuanos era un momento digno de reflexión porque les ofrecía
la posibilidad de realizar al fin aquel sueño de dirigir las riendas del poder;
de ejercer su propia autoridad sin más funcionarios peninsulares y que los
cabildos y funcionarios elegidos por estos fuesen los gobernadores locales, los
presidentes o los que ejercieran la autoridad. Pero, sin riesgos. Paradójicamente,
para la juventud frsncófila, de jóvenes que se habían ido formando al calor de
las ideas novedosas, esta era la gran oportunidad para hacer la República, de
realizarla, como EEUU en 1776 y Francia en 1789, de idealizarse. Y, es lo que
ocurre ciertamente, la mañana de aquel Jueves Santo 19/4/1810, cuando hubo que
dar ese paso en presencia de todas estas clases omdecisas, de todas estas
vacilaciones de grupos y tomar una medida ineludible. Están al umbral del siglo
XIX, cuando hace crisis visible y notoria el orden público. Los hombres que aparecen
en el escenario del palco de los cabildos, van a tener un influjo de
trascendencia suprema en la vida republicana de Venezuela.