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El asalto del siglo / El robo millonario en Coro por Orlando Oberto Urbina

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El asalto del siglo / El robo millonario en Coro por Orlando Oberto Urbina


bajarigua@gmail.com

 

La ciudad tranquila tal vez por dentro lleva su espíritu de emancipación. Su historia es maravillosa. Solo que, a finales del siglo pasado y a inicios de éste, ha quedado totalmente desposeída. Ayer contó con notables defensores, mientras que hoy es maltratada y vejada por indignos que no merecen gobernarla, ni gobernadores ni alcaldes, pues no tienen el nivel ni la estatura moral para administrar una ciudad como Coro ni un estado como Falcón, que no merece estar como hasta ahora: arruinado, a pesar de tener playas, montañas, y una gloria llena de historia y leyendas.

 Sobre Coro se ha escrito como ciudad inicial de la formación de Venezuela. La ciudad marina ha suscitado interés por sus escenarios apropiados para la cálida aventura de colonizadores y viajeros, con su puerta al mar Caribe. En sus largos días de albores históricos, fue la primera Capital de Venezuela, donde se dio la primera misa en tierra firme; donde El Gran Miranda colocó su bandera tricolor, donde José Leonardo Chirino dio el grito de libertad de los esclavos en la Sierra de Coro, donde se declaró la Guerra Federal, y donde se levantó el movimiento guerrillero.

 

El sol quemaba porque el reloj marcaba la 1:15 minutos de la tarde, a pocos meses de comenzar el mundial de fútbol España 82. Era un día jueves 29 de marzo cuando cinco hombres armados con capuchas se dirigieron a la Urbanización los Orumos en el Sector de San Bosco de la ciudad de Coro. El punto de partida de ese grupo sería la casa del cajero de la bóveda del Banco de Fomento Regional Coro, el sr. Zotico Castro, quien a esa hora acostumbraba llegar a almorzar con su familia. Le amenazaron con secuestrar su familia si se oponía a llevarlos al banco, y al final cedió al ir a la sede del banco en su vehículo seguido por otro carro, ubicada en la avenida Manaure.

 Los asaltantes cargaron con la cantidad de 10 millones 400 mil 365 bolívares del botín del asalto, que en esa época era un dineral, y además era la suma  más alta robada a un banco en ese entonces en Venezuela. Luego de cometer el robo, los asaltantes huyeron de inmediato con destino desconocido; de inmediato, se dispararon las alarmas y las radio emisoras daban la noticias del robo millonario que había tenido el Banco de Fomento Regional Coro. Los cuerpos policiales se abocaron a la búsqueda por todos los rincones de la entidad falconiana. En ese entonces, el país no vivía del todo una política de “pacificación”, existían en ciertas zonas montañosas de Venezuela algunos focos subversivos y Falcón no era la excepción. Los cuerpos policiales apuntaban hacia esa dirección, por el modus operandi como se ejecutó la operación comando.

 Los diarios de todo el país publicaron la noticia, y en diversas informaciones se hablaba de que el asalto había sido dirigido por un comando guerrillero -al cual vinculaban con este caso-, el Banco de los Trabajadores de Venezuela (BTV), y el legendario guerrillero Emigildo Sibada , alias “Magolla”, quien para ese momento en1982 se mantenía en la clandestinidad.

Desde Caracas llegó a Coro una comisión de la Policía Técnica Judicial (PTJ) dirigida por el Comisario Lazo Ricardi, quien dirigía personalmente las investigaciones, y quien informaba a los periodistas que la PTJ trabajaba a tiempo completo para esclarecer el caso mientras afirmaba que era el robo más cuantioso realizado que se daba en el país. El jefe de la Policía Técnica Judicial en la región, subcomisario Diego Aguilar Yépez, manifestaba que ya han sido detenidos dos implicados en el robo millonario, identificados como Víctor Manuel García, natural de Caracas, y Alfredo Ramón Chirinos de la urbanización Cruz Verde, donde fueron capturados. Ambos se encontraban detenidos en la sede policial a la orden de la PTJ y en las próximas horas serían pasados a los tribunales.

El jefe de la Policía Técnica Judicial manifestaba que habían sido capturados dos ciudadanos ligados a la guerrilla, quienes quedaban identificados como Rogelio Castillo Gamarra y Andrés Avelino Colina, pero se habían fugado extrañamente, y eran buscados activamente para su recaptura. También se insinuaba que había sido detenido en un allanamiento en la ciudad de Caracas el lugarteniente del Comandante guerrillero Douglas Bravo: el Comandante Emigildo Sibada, alias “Magolla”, quien era natural de Cumarebo. Precisamente esa zona se peinaba con más de cien efectivos militares y policiales en busca de los evadidos y del botín robado. La recaptura indicaba “vivos o muertos”, así lo señalaba el jefe de la policía Técnica Judicial en la región occidental Vicente Silva Palomo, al ser abordado por los periodistas. Según afirmó, ya había sido recuperado parte del botín.

 Ahora, a la opinión pública falconiana ya no le preocupaba el millonario robo, sino la extraña desaparición de  los dos implicados, y las múltiples denuncias de torturas y de ajusticiamiento por parte de los cuerpos de seguridad del Estado, aparte de la violación a los derechos humanos, lo que hizo movilizar desde Caracas a las hermanas de Rogelio Castillo Gamarra, uno de los detenidos e implicados en el robo al banco que, según la PTJ, se había fugado “extrañamente” ;información que había sido portada por el comisario nacional Lazo Ricardi. Además, señalaba la Sra. Gladys Castillo Gamarra que se enteraron de la detención de su hermano el día domingo por medio de la “DISIP” (hoy SEBIN), en los Chaguaramos, e inmediatamente viajaron a Coro y al llegar y entrevistarse con el jefe policial, el comisario Lazo Ricard les dijo  tajantemente: se “FUGÓ”. Los familiares no consideraron lógico lo dicho por el jefe policial, y testigos vieron a su hermano con señales de tortura. Además, a un hombre le es imposible escaparse esposado, y con ocho funcionarios custodiándole fuertemente armados. Era una cosa de película.

 Los familiares no se comieron ese cuento, y estando acompañadas y asistidas legalmente por el abogado Cesar Ferrer Mora, ellos señalaban su preocupación, pues nunca les permitieron hablar con los detenidos, y les negaron el derecho a verlos.

 Mientras tanto, en la ciudad de Caracas, el ex comandante guerrillero fundador y Secretario General del Partido Revolucionario Venezolano (PRV), Douglas Bravo, confirmó a través de un comunicado que su compañero de luchas Emigildo Sibada alias “Magolla” se encontraba detenido a través de un allanamiento practicado por funcionarios de la DISIP en un fundo del estado Yaracuy, donde se ocupaba de las labores del campo. Douglas Bravo responsabilizó al presidente Luís Herrera Campíns de la integridad física de Emigildo Sibada alias Magolla, y la de Alfredo Chirinos, este último recluido en una celda de la policía regional.

 En Caracas, el comisario Fermín Mármol León, jefe encargado de la DISIP, desmintió categóricamente el comunicado de Douglas Bravo negando la detención de Magolla por funcionarios de ese organismo. El caso se hizo tan sonado que el diputado de la Nueva Alternativa Rómulo Henríquez reclamó una investigación por la desaparición forzosa y ajusticiamiento de Rogelio Castillo Gamarra y Andrés Avelino Colina. El parlamentario reveló al periodista del diario La Mañana de Falcón esta presunción venida de uno de los apresados de nombre Víctor Manuel García, quien se encontraba a la orden de los tribunales por el robo al Banco de Fomento Regional Coro.

El periodista y diputado José Vicente Rangel en aquel entonces, se unió también a la defensa e investigación a través de una comisión del Congreso Nacional y pidió junto con Rómulo Henriquez una medida de protección para los testigos que habían sido amenazados de muerte como Víctor Manuel García, que vieron el ajusticiamiento de Castillo Gamarra y Colina. Por otra parte, desde Caracas algunos funcionarios de la PTJ en solidaridad con sus compañeros circularon una versión de que tanto Rogelio Castillo Gamarra como Andrés Avelino Colina se habían adentrado en las montañas de Cumarebo, y luego de haberse reunido con una célula guerrillera del grupo Bandera Roja (BR), los mismos fueron fusilados por los propios compañeros de armas. Y que igual destino había recibido el Comandante Magolla.

 Señalaban que la pena de muerte les fue aplicada por el fracaso de la operación del asalto al banco que en tiempo récord había sido resuelto por la Policía Técnica Judicial (PTJ) y la Dirección de Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP), al comprobarse la vinculación de organizaciones subversivas en el asalto millonario al banco. Los detenidos serían pasados a los tribunales militares. Los cuerpos policiales e inteligencia hicieron crecer una expectativa de realizar un nuevo cuadro de investigación para determinar la participación de miembros del grupo guerrillero como el M19, Montoneros o Bandera Roja. La madre de Castillo Gamarra solicitó a la Fiscalía General de la República que ordenara una investigación sobre lo que consideró una extraña “fuga” en declaraciones al diario El Nacional.

 El diputado Rómulo Henríquez denunció en el Congreso Nacional la utilización de métodos ilegales y de torturas en el caso de Rogelio Castillo Gamarra y Andrés Avelino Colina por el asalto al Banco, quien además exponía que tanto Castillo Gamarra como Colina fueron detenidos el día 29 de abril de 1982 en las cercanías de Churuguara por la policía uniformada, y el fiscal Simón Primera conversó con los detenidos, y les habían confesado que fueron torturados. Dicho fiscal permitió esto y no dijo nada. Algunos funcionarios fueron destituidos por la muerte de estos dos ciudadanos, quienes fueron ajusticiados y enterrados en una playa de Médano Blanco, donde un pescador avistó los cuerpos enterrados en esa zona.

 Por otra parte, el diputado Rómulo Henríquez se abocó a este caso que fue bien sonado a nivel nacional e internacional en ese entonces, e igualmente se pidió una medida de protección para uno de los detenidos y testigo Víctor Manuel García, y para el abogado de la familia Castillo Gamarra, quienes habían sido amenazados de muerte si decían la verdad.

 Las investigaciones determinaron la participación de los ex guerrilleros en el asalto millonario al Banco de Fomento Regional Coro, y señalaban que fue dirigido por los Comandantes Emigildo Sibada alias Magolla y el Chino Daza, en una entrevista exclusiva del equipo reporteril del diario La Mañana a Alfredo Chirinos. Uno de los detenidos por el caso del robo millonario al banco, en la cárcel de Coro, afirmaba que tanto Andrés Avelino Colina como Rogelio Castillo Gamarra estaban muertos. Alfredo Chirinos en esa entrevista desde la cárcel señaló que era militante disciplinado del PRV, y que fue detenido con Andrés Avelino Colina en la Cruz Verde, y luego fueron torturados. A los dos desaparecidos los cuerpos les habían golpeado hasta causar la muerte.

 Rogelio Castillo Gamarra era ingeniero eléctrico, y Andrés Avelino Colina era un obrero que tenía algunas cicatrices de quemaduras cuando explotó una dinamita mientras ejecutaba trabajos de obrero en la construcción de la represa las dos bocas en la Sierra de Coro. En este caso es importante señalar que hasta el abogado José Vicente Beaujon recibió amenazas de muerte. Aun siendo hermano del Senador Arístides Beaujon, alto dirigente de COPEI, fue asesinado en una avenida de la ciudad de Coro. Este valiente abogado como muy pocos señaló que dichos funcionaron (PTJ) se robaron parte del botín, y además desaparecieron los cuerpos de estos dirigentes acusados del robo millonario del Banco de Fomento Regional Coro, para ese entonces, el monto más alto de un robo a un banco en Venezuela.





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