Mérida, Diciembre Viernes 13, 2024, 01:22 am
María Fermín / Pasante ULA
La Universidad de Los Andes atraviesa una grave
situación con respecto al servicio de comedor estudiantil, que se ha visto
afectado por diversos aspectos, entre ellos: disputas entre organismos,
retrasos y recortes en los recursos asignados por el Ejecutivo Nacional.
El director de la Dirección de Servicios Generales de
la ULA, Asdrúbal Fernández, explicó que los recursos del comedor generalmente
llegan en pequeñas porciones y después de los meses a los que les corresponden,
lo cual dificulta la planificación y la ejecución del servicio.
"Los recursos que llegaban no alcanzaban ni para
un día de servicio, estimando que nosotros tenemos que darle servicio a los
estudiantes de la Universidad de Los Andes, no solamente al Núcleo Mérida”
informó Fernández, notificando que el presupuesto abarca a todos los núcleos de
la ULA, que son Mérida, El Vigía, Tovar, San Cristóbal, Trujillo y la extensión
de Valera.
Soluciones
alternativas para el comedor de la ULA
Ante esta situación, el ingeniero señaló que el Consejo
Universitario, nombró en octubre, una comisión para que estudiara los recursos
que habían sido asignados para el comedor, con el objetivo de presentar
alternativas para su uso ante la posibilidad de que no se pudieran gastar ese
año.
El director de Servicios Generales agregó que
presentó, ante la comisión creada, dos posibles alternativas: la primera era
dar comida servida a través de un concesionario, es decir, uno o varios
restaurantes y, la segunda, usar los recursos para arreglar la planta física
del centro de producción de los chorros, sin embargo, esta última requería la
autorización del Consejo Universitario y del Ejecutivo Nacional para poder
hacer un cambio de destino de los recursos.
Posteriormente, Fernández indicó que el Consejo
Universitario aprobó, en sesión, dar el servicio de comida a través de bandejas
servidas, “para eso había que llamar a un proceso de licitación para cada uno
de los seis núcleos donde se da el servicio” dijo, no obstante, la resolución
del Consejo llegó a su despacho el 6 de diciembre, cuando ya no había tiempo
suficiente para realizar la licitación antes del receso, "la Comisión de
Contrataciones no daba los laxos para poder hacer la licitación, entrábamos en
receso y no se podía", informó.
Transparencia
del manejo de los recursos
Por otro lado, el ingeniero aclaró que los recursos
que llegaron para el año 2023, en caso de no ser ejecutados, pasan para que sean
resignados para el año 2024 por lo que el dinero se encuentra actualmente en
las cuentas de la Dirección de Tesorería, “cuando esos recursos llegan a la
universidad, generalmente el Ejecutivo le manda a la dirección de Tesorería y
al Rector de la universidad qué cantidad de recursos están llegando y para qué”
dijo.
"De esos recursos, como le informé al Consejo Universitario,
no se ha gastado ni medio. Si la dirección de Servicios Generales no hizo
gastos de esos recursos pues están en las arcas de la Universidad” aseveró el
director Fernández, explicando que no se pueden gastar sin procesar una orden
de pago y, la orden de pago, pasa por la Dirección de Presupuesto, la Dirección
de Administración y, posteriormente, a la operación de Tesorería, con la
finalidad de revisar cada detalle, debido a que, si hay un error rechazan el
pago.
Para complementar, Fernández detalló que la persona
que hace el gasto de los recursos lo rinde al Ejecutivo Nacional, “la
dependencia rinde los gastos ante la universidad, luego se consolidan todas
esas rendiciones de todas las dependencias y se le envía al Ejecutivo, y esas
rendiciones van certificadas, firmadas y selladas, por el rector, el
vicerrector administrativo, el director del Presupuesto y por la directora de
Tesorería” asegurando que todo lo que gastan las dependencias de toda la
universidad pasan por esas cuatro autoridades.
Disminución
de presupuesto e insumos
Asimismo, Fernández señaló que el comedor
universitario depende de Caracas y del Gobierno Nacional y que, en el
presupuesto universitario, figuran los recursos para el comedor los cuales “durante
varios años no habían llegado los recursos correspondientes para el comedor”
expuso el ingeniero.
"Nosotros dependemos de los recursos de OPSU,
antes enviaban por ejemplo insumos, enviaban carne, enviaban todas las cosas
para poder hacer comida a los muchachos, ahora no” declaró el Vicerrector
Administrativo, Manuel Aranguren, exteriorizando que ahora esos insumos ya no
se reciben en la universidad, “estamos expuestos a las decisiones que tome la
OPSU en Caracas, si la universidad tuviera 10 mil estudiantes se le pudiera dar
a unos 100 estudiantes con esas pequeñas cantidades", concluyó.
A su vez, Fernández comentó que dentro del presupuesto
destinado para el comedor, deben hacerse gastos de funcionamiento y
mantenimiento, “para el año 2023 no me llegó recursos para gasto de
funcionamiento, me llegó solamente para alimento” dijo, “para poder ofrecer una
bandeja hay que comprar material de limpieza, mascarillas, tapabocas, guantes,
escobas” explicando que se debe limpiar antes y después de una faena para poder
mantener la higiene y ofrecer un servicio y área adecuado para los estudiantes.
"Los comedores no están prestando el servicio por
las limitaciones presupuestarias, pero el personal va y cumple su jornada en lo
que puede” informó el ingeniero, testificando que el personal colabora con
diferentes recursos que ayudan al mantenimiento del área, como con la gasolina
para la guarañas.
“La situación de la universidad actualmente es
extremadamente difícil, sin embargo hay declaraciones en la calle
malintencionadas de personas que no tienen conocimiento de cómo funciona la
universidad” aseguró el vicerrector Aranguren.
El
comedor universitario representa un servicio esencial para los estudiantes de
esta casa de estudios, quienes se ven afectados por la crisis económica y
social que vive el país, sin embargo, este servicio ha sufrido constantes
retrasos y recortes en los recursos que le asigna el Ejecutivo Nacional, lo que
impide su funcionamiento adecuado, por otro lado, la burocracia y la falta de
coordinación entre las autoridades universitarias y el gobierno dificultan el
uso de los recursos disponibles.