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Conversaciones con Orlando Oberto Urbina

Nilson Guerra: "El país debe volver al sendero democrático pleno"

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Nilson Guerra: "El país debe volver al sendero democrático pleno"


Nilson Guerra Zambrano es periodista e historiador, con veintisiete libros publicados y treinta y cinco mil ejemplares vendidos. Ha recorrido tres continentes, es un personaje de diálogo fácil, observador y conocedor de la política venezolana y latinoamericana. Hoy es nuestro entrevistado. Conoció el periodismo desde pequeño gracias a su progenitor Daniel Guerra Parra y al padre de Domingo Alberto Rangel Bourgoin, el Doctor José Ramón Rangel Molina, en esa pequeña Atenas del Valle del Mocotíes: Tovar. Parlamentario nacional. Observador electoral en misiones de la Organización de Estados Americanos (OEA). Miembro de la Academia de Historia del Estado Táchira. Hoy es el vicepresidente de la Fundación Alberto Adriani.

Nilson Guerra nació en Tovar, sector El Puente, capital del municipio merideño del mismo nombre, en la zona del Mocotíes. Periodista e historiador, desde muy joven participó del el oficio y colaboró en el semanario “El Lancero de Tovar” con una columna denominada “La voz del Colegio”, que informaba sobre las actividades del instituto “San Vicente de Paúl” donde realizó sus estudios de bachillerato.

Se estrenó como redactor de noticias y narrador deportivo de Radio Occidente, Ondas Panamericanas y Ondas del Escalante, fue redactor del semanario “Esfuerzo”, reportero de “El Eco de la Región” de El Vigía, y corresponsal de “La Nación” de San Cristóbal y “Panorama” de Maracaibo. Nilson Guerra es egresado de la escuela de periodismo de La Universidad del Zulia (LUZ). Reside en Caracas desde 1982, y ha ejercido en diferentes medios como “El diario de Caracas”, dirigió la revista católica “Trípode”, fue productor independiente en Radio Continente, y corresponsal de la revista “Vistazo” de Quito.

Se ha desempeñado como secretario de prensa de la presidencia de la Comisión de Defensa del Senado de la República entre 1989 y 1993. Fue diputado al Congreso de la República por la Democracia Cristiana del estado Mérida, y presidió las subcomisiones de Juventud, Recreación y Deportes.

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Ha sido reconocido con diferentes condecoraciones: “Francisco de Miranda”, “Andrés Bello”, “Al Mérito en el Trabajo”, “Centenario del Diario La Religión”, “Tulio Febres Cordero”, “Ciudad de Tovar”, “Francisco Antonio Zea”, “Escudo del Municipio Alberto Adriani”, “Luis María Rivas Dávila”, “Ciudad de Mérida”, y “Orden Municipal de Guaraque Capitán José de Jesús Sánchez Carrero”. Realizó estudios sobre sistema federal y reforma electoral. Visitó Washington, Little Rock, Hot Springs, San Antonio, Denver y Boulder. Ofreció una conferencia en la Cátedra “Nuevo Mundo” de la Universidad de Texas, en Austin, sobre democracia en América Latina.

Nilson Guerra Zambrano ha publicado 27 libros con diferentes temáticas: la fiesta del béisbol, el deterioro de la institución, entre otros.

OOU: ¿Por qué es importante el periodismo para Nilson Guerra Zambrano?

NG: Bajo una temprana influencia familiar, tuve una inclinación desde que estaba en la educación primaria por el periodismo impreso, que era lo que se conocía en mi casa natal. Teníamos una hemeroteca de alta calificación, ya que mi padre fue un gran lector. No fue un escritor, como cosa curiosa. Era hombre aventajado en el conocimiento de la historia latinoamericana, debido a ser suscriptor del viejo diario El Tiempo de Colombia, pero también de los viejos diarios del estado Táchira como “Vanguardia”, “El Centinela”, y otros medios de los años 30,40 y 50 que le permitieron estar en consonancia con todo el movimiento político, económico y social de América Latina. Debemos recordar que en esas tres décadas, la prensa publicaba más información internacional, ya habían agencias cablegráficas que hacían llegar en los primeros momentos noticias al telégrafo, y más adelante los teletipos. Esa presencia que podría ser atosigante, porque se cubría dos salas de la casa; y en los años de mi bachillerato ingresaban a mi casa “El Universal” y “El Nacional”, los cuales tenían cada uno cuatro cuerpos con un centenar de páginas.

OOU: ¿Cree usted que Venezuela debe estar más alineada a unos sistemas mejor vinculados a la cultura política de Occidente?

NG: Venezuela debe estar alineada a la cultura política democrática, que, por supuesto, presenta numerosas debilidades. No terminó por sostenerse en los últimos años. Vale decir, el gobierno del difunto presidente Chávez y la continuación del señor Maduro Moros han estado en la perspectiva de un régimen comunista, alineado y dirigido con la isla de Cuba, nación vendedora de franquicias para el ejercicio de prácticas que conllevan a un totalitarismo antidemocrático, lo cual ha desdibujado la sociedad. El intento que se está experimentando todavía, no ha terminado de convencer a las mayorías nacionales. Estas tienen una imaginación distinta, una idea contraria a la intención de quienes dirigen el actual gobierno. Esto ha obligado al régimen a permitir prácticas capitalistas por parte de adherentes en procura de suavizar las limitaciones, restricciones y prohibiciones propias del comunismo, al mismo tiempo que se han dejado correr numerosas corruptelas.

OOU: ¿Lo concreto y preciso?

NG: Es que el país vuelva al sendero democrático pleno, superando por supuesto esas diferencias de orden social. Venezuela fue acumulando un déficit social, y ahora se ha incrementado la pobreza por encima de los niveles que hubo en la etapa democrática que comenzó en 1958. Debemos alinearnos con el sistema político de la democracia, afirmar el estado democrático previsto en la Constitución de la República, la defensa de los derechos humanos la implantación de la Ciudadanía. Es decir, todo un tema cultural y político. La reafirmación de la constitución, la cual ha pasado a ser inoperante, con fallas de redacción, pero no se puede negar que es la primera, entre veintisiete, que crea directamente las garantías de los derechos y no apela a la ley, como antes. En la pasada constitución se decía: “Los venezolanos tienen derecho a la salud”, y de acuerdo a la ley. Había que aprobar una ley para el sistema de la salud. Todos tienen derecho a la salud, cualquier persona y el Estado tiene el deber de garantizarlo, [a través de] la constitución. Allí está el camino. Hay unos amigos que están promoviendo una asamblea constituyente. Estamos en una perspectiva democrática, por tanto vale la pena que se discuta, en el entendido de que una carta magna es un proyecto cultural – político por desarrollar y nunca es acabado. No podemos abusar con nuevos textos constitucionales, sin que el anterior aa sido desplegado en beneficio de toda la sociedad.

El presidente difunto llegó a decir que era la mejor constitución del mundo. Creo que él tampoco la había terminado de leer, tal vez lo hacía por exagerar. No estaba mal que lo dijera, porque es una buena constitución, no hace falta modificaciones, excepto proponer cambios en el periodo constitucional de volver a los cinco años, que el congreso sea bicameral y no exista esa hegemonía de un movimiento político e ideológico en torno a los cinco poderes, además de eliminar la reelección presidencial. El parlamento es el gran escenario para el ejercicio del debate político nacional, estadal y municipal. Si el parlamento no controla al Poder Ejecutivo, no tiene razón ni sentido, porque es adherente y surgen las cosas, como las que se nos están presentando. Una ley no surge del parlamento, ninguna ley ha surgido de este parlamento, y lleva unos cuantos años de haber sido electo, porque la ley debe ser emanada de la voluntad popular que es el concepto del poder originario. Las leyes deben salir de las comunidades, de los estados y municipios, con una visión nacional, en asociación con las instituciones. Claro, es indispensable elegir muy buenos parlamentarios. La ley debe ir a fondo de las situaciones, y nunca por afán de un partido o un bufete, pero es obligatorio elegir buenos asambleístas. En el pasado no se creyó en esto y en el presente tampoco.

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OOU ¿La Asamblea o Congreso bicameral es fundamental? ¿Le aportaría a las regiones bases para su desarrollo?

NG: Hay que elevar la cultura política del ciudadano para que no elijamos a los mismos diputados que hemos tenido. Amigos que fueron al parlamento se jubilaron y nunca hablaron en sesión, y en los Estados se consideraban grandes figuras. No hablo de Mérida, sino de todo el país. Entonces hace falta un parlamento distinto para que funcione y la bicameralidad operativa y funcional, le dará impulso a los estados y regiones. En los periodos de la cámara alta, senado, era muy baja la producción legislativa y de control, dominaba la cámara de diputados que tampoco era mucho, porque imperaban los bufetes a quienes le contrataban los trabajos. En una democracia la ley no es obra exclusiva de comisiones, es de parlamento pleno y de los ciudadanos. En la democracia el poder debe emerger del pueblo, y debemos tener conciencia de ello, de los hechos del país y de la operatividad real de la Constitución.

OOU: ¿Cree usted en la existencia de varios sistemas democráticos, o existe uno solo?

NG: El sistema democrático genuino es el que planteaba Abraham Lincoln: “La democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo” y el sistema democrático es aquel donde pueden participar todos los actores involucrados, es decir, esa comunidad organizada y formada para que tenga conciencia de su papel histórico – social. Hay que innovar esos conceptos, y que la gente esté consciente. No podemos seguir teniendo legisladores nacionales, regionales y municipales malos. Vamos a continuar con el mismo mal. La plenitud democrática está prevista en la carta magna. Allí se habla de protagonismo de los habitantes y no de los políticos, y se da vigencia a la corresponsabilidad.  La primera ley constitucional, hace veinticuatro años, tenía que ser la que enseñara a los venezolanos que es ese principio de la responsabilidad de todos.

OOU: ¿A qué se debe esa “ignorancia del legislador”?

NG: Se debe a la falta de formación política, ética y moral, a la ausencia de convicciones personales y a la inexistencia del compromiso impuesto por la corresponsabilidad. Desde las comunidades deben surgir elementos de formación permanente. Por ejemplo, las universidades los gremios deben ser los equipos de trabajo naturales de los legisladores, en sus tres niveles territoriales, los medios de comunicación social son corresponsables del fomento de la cultura socio – política, para crear mayor conciencia social. No podemos seguir teniendo a unos comunicadores en la radio, que lo que hacen es poner música, dar una perorata de vanidades y pegar gritos, o dar chistes de mal gusto, sin tener una valoración social con unas radios atrasadas que lo único novedoso que tienen son las cuñas publicitarias. Hay que someterse a las pautas de la ley de  de responsabilidad social en radio, televisión y medios electrónicos.  Los medios de comunicación social deben ser los ejes de promoción, integración y coherencia de la sociedad, con vista a una mejor cultura y mejor nivel de comprensión del hecho político social democrático. Eso nos llevaría a una mejor comprensión de todo el proceso que vivimos.

Gobernar un país debe ser algo sencillo y no tan complicado como lo tenemos en Venezuela y América Latina. De allí la necesidad de que universidades, academias, gremios, centro de estudios, sindicatos y sociedad civil están llamados a una estructuración organizativa capaz de evaluar, diagnosticar, discutir y proponer soluciones a los muchos problemas que confrontamos, asumiendo como interés supremo el país y su gente, y no únicamente las particularidades grupales.

OOU: ¿Por qué importar modelos obsoletos y fracasados a un país como Venezuela?

NG: Ese modelo cubano, si es que cabe el uso de la palabra, no se puede importar a Venezuela. Cuba debe atender su pobreza y los grandes males que sufre esa población. Es peligroso psíquica y mentalmente, que la gente parezca acostumbrarse a vivir en estas precariedades, dadas por el sojuzgamiento que hace este sistema de gobierno. Ahora el sistema democrático tiene que tener en los gremios participación vital como ejes del desarrollo. Por ejemplo, el Colegio de Médicos está obligado, en cumplimiento de la corresponsabilidad constitucional, a ofrecer clases y enseñanzas en todos los sectores populares sobre la higiene, la salud, las enfermedades producto de los parásitos, los focos de contaminación y otros temas. Así como la Facultad de Ciencias Forestales y el Instituto de Hidráulica de la ULA deben ser ejes de emprendimiento en esas materias, por solo nombrar algunos entes. Sus profesores e investigadores deben tener algunas dotaciones para poder ocuparse de esos temas, porque la universidad no puede seguir en la situación caótica en la que se encuentra, con casi 18 años sin elegir autoridades y que intentó. llevarlas a cabo. Estamos viviendo un sistema que no es democrático. Los equipos rectorales deben ser elegidos por cuatro años.

Porque ese es el modelo de cogobierno de la sociedad universitaria. Pero eso no existe como tal. Estamos viviendo una situación terrible los merideños, porque ni el parlamento funciona, que debería ser un correaje junto con la sociedad para controlar el gobierno regional. En cada lugar deben existir contralorías; los concejos municipales deben controlar las alcaldías. Eso no está ocurriendo porque hay una dejación y desconocimiento. Eso que dibujo como un todo es lo que debe ser la sociedad democrática que, precisamente, no es lo que tenemos.

OOU: ¿Si llegaras a ser gobernador de Mérida, qué le agregarías o que le quitarías al Plan de Gobierno para devolverles a los merideños la calidad de vida que se perdió hace rato?

NG: No está planteado. No aspiro ser gobernador, porque no tengo ninguna fuerza política que me haga candidato, sin someterme a fuerzas irregulares, y que pueda desplegar una exitosa campaña. Sin embargo, lo primero que propondría es quitarnos de encima el centralismo perverso, ir a una nueva etapa de descentralización de gobernaciones y alcaldías, e impulsaría las juntas parroquiales para que haya una mejor gobernanza en cada uno de los municipios. Universidades, academias y gremios serían parte del Consejo Estadal de Gobierno. Con la Universidad de Los Andes podemos formar abogados especialistas en docencia constitucional – legal, ciudadanía y derechos humanos para los planteles de educación primaria y media, al mismo tiempo que podemos especializar a periodistas en difusión de estas materias. Hay que crear cátedras de formación ciudadana en todos los planteles educativos, elegir desde los preescolares pequeños gobiernos. No hay que tenerle miedo a las bases del pueblo, hay que formarlo y comenzar a enseñarle esas prácticas. En materia educativa haría una gran alianza con la institución Fe y Alegría para crear nuevas escuelas, en todos los municipios, procurando el apoyo de la Unión Europea y el imperio japonés. Son muchas ideas las que he estado revisando. No debo dejar de lado el auspicio de un evento estadal político académico de las veintitrés municipalidades, bajo la dirección de la ULA.

(Foto y Redacción: CNP. 9207)





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