Mérida, Octubre Miércoles 09, 2024, 06:15 am
Teresa de Jesús Omaña Martínez
@teresaomana
Sábado
8 de junio 2024
Si bien es cierto que en la actualidad los
avances de la tecnología y de la comunicación digital, han traído como consecuencia la
democratización de la información creando nuevas posiciones en la periferia
mundial que transciende las relaciones geopolíticas y entre los usuarios, también lo
es el hecho que ello ha desencadenado un fenómeno denominado desinformación,
para hacer referencia, en términos generales, al sobre volumen de información
distorsionada que es colocada en las redes sociales, amparada con el anonimato
y la libertad de expresión
Es por tales razones que se planteó esta investigación,
cuyo propósito se centró en discernir los alcances y efectos nocivos de la
desinformación política y cuáles podrían ser, potencialmente, las estrategias
de acción para minimizar sus efectos negativos y distorsiones que ponen en
riesgo la integridad de los sistemas democráticos, las instituciones que la
conforman y hasta la vida misma de las personas.
El problema es de tal magnitud porque allí no
solo intervienen las grandes corporaciones, sino también políticos, grupos de
poder y gobiernos para satisfacer sus propios intereses, mediante la
manipulación de la opinión de los ciudadanos, creando en los mismos
incertidumbre, duda, insatisfacción, confusión e induciéndolos, sin que ellos
lo detecten, a que sean el foco
principal de la difusión en las redes sociales.
Este trabajo se estructuró en capítulos con el
objeto de plasmar y de condensar ciertos elementos que coadyuve a esclarecer en
forma coherente el asunto central del estudio, así como el método que se
utilizó para el desarrollo de la investigación.
Inherente
a la situación objeto de estudio, se describe como el exceso de la
desinformación, su circulación, así como el gran consumo de información que
demandan los usuarios termina por desvincularlos de la realidad, repercutiendo
negativamente en el uso que le dan y en su forma de proceder.
Un relato
cómo la desinformación ha evolucionado a través de la historia, evidenciando
que siempre ha existido, particularmente manejada desde lo político por su alto
poder de difusión y ejercida por los gobernantes con el objeto de manipular e,
incluso, engañar a los ciudadanos, ahora maximizada por el internet,
plataformas y medios digitales, se hace presente en el estudio.
Se justificó el porqué del estudio y el
beneficio que trae la búsqueda de acciones y mecanismos que ayuden a frenar el
auge de este flagelo, en particular la relativa al contexto político.
Las interrogantes, inherentes a la
problemática planteada, guiaron el estudio en referencia, los objetivos
propuestos, la identificación tanto de la unidad, como de la categoría y de las
subcategorías de análisis que fueron establecidas como puntos de partida para
el estudio en cuestión. El método aplicado fue de corte cualitativo,
interpretativo, argumentativo de contraste entre los fundamentos teóricos y la
opinión emitida por los representantes del contexto político y social, que en
su condición de informantes claves formaron parte de la investigación llevada a
efecto.
Las bases teóricas que la autora trabajó,
producto del análisis y con profunda reflexión, se basó en la revisión de la investigación
documental, y con una visión prospectiva estimó como las más convenientes para
el análisis de la problemática en referencia, igualmente se reflejan.
Las teorías que diversos estudiosos e
investigadores, destacaron desde sus perspectivas, se formularon con la
intencionalidad de explicar por qué, para qué y cómo la desinformación, en
especial la del corte político, que ha escalado posiciones en la era digital
para posicionarse de las voluntades de un colectivo, en pro de sus
intereses.
En la metodología, se tipificó lo relativo al
soporte epistemológico de la investigación realizada, se especificó el tipo de
investigación aplicada, el procedimiento para la selección de la muestra y
fuentes de información, los métodos y técnicas usadas para procesamiento de la
información y su ulterior análisis. Se esclareció qué se entiende en la actualidad
por desinformación, con énfasis en el tipo político, sus efectos y cómo se distorsiona la
información para desinformar con sus consecuentes derivaciones.
El papel protagónico que desempeñan los
gigantes tecnológicos con sus constantes y vertiginosas innovaciones en la
tecnología de la información y la comunicación y, por consiguiente, en los
procesos de desinformación que se han arraigado con fuerza en la era digital
jugando un papel protagónico en el estudio.
La desinformación
política en la red y el manejo de la
tecnología como herramienta en el ámbito político para finalmente crear
desórdenes informativos en los participantes de las redes sociales también se
trabajaron en la investigación. Así como la relevancia sobre el uso de la
inteligencia artificial en la desinformación política.
Importante resaltar que la política y
desinformación, se trataron puntualmente porque resalta los mecanismos de que se
vale la política para desinformar y sacar el máximo provecho que le ofrece en
la actualidad, la tecnología de la información y comunicación.
Los resultados se relacionaron con sus respectivos
análisis, se condensaron las opiniones emitidas durante la entrevista realizada
a los informantes claves como políticos y del ámbito social, que participaron
en la presente investigación.
Asimismo, el análisis y la interpretación de
los resultados, están fundamentados en las bases teóricas que al respecto se
plasmaron durante el desarrollo para la presentación del trabajo, lo que
implica que es aquí, en consecuencia, donde se vislumbra cuáles son las
estrategias más efectivas a que hubiere lugar para la lucha contra la
desinformación política con miras a mitigar sus nocivos efectos.
La Situación
Problemática
La abundancia de
información que se encuentra en las redes sociales de manera sostenida más que
sumar contenido con criterio en los usuarios, trae dificultades en cuanto a la
distinción entre la verdad y la mentira, a la vez que produce confusión, estrés
y desinformación. Tal situación, entre otros aspectos, genera en los usuarios
que la consumen un contenido muchas veces no apegado a la realidad; una matriz
de opinión falsa; invade la vida política, económica y social de los
ciudadanos, así como su lenguaje cotidiano.
Algunos estudios
realizados por investigadores sobre la desinformación en las redes sociales,
afirman que el exceso de su producción, de su circulación, así como el gran
consumo de información que demandan los usuarios es parte de la tarea a
estudiar con detenimiento, con énfasis en su acción, los efectos que producen y
el uso que le dan los ciudadanos, particularmente en el contexto político,
temática abordada en el presente estudio.
En este orden de
ideas, es notorio que en la actualidad la desinformación política juega un rol
relevante en la difusión y propagación de información distorsionada, denominada
también mentira, mal intencionada, cuyo fin gira en torno a la manipulación de
una audiencia y a intereses particulares de los partidos políticos, tal como lo
reseña De Fresno, M. (2018).
La desinformación
abarca múltiples facetas, entran en juego los denominados bulos que se
propagan, los contenidos engañosos, los malintencionados, las noticias falsas,
la posverdad, la mentira, la verdad, entre otros. Por tanto, ello implicó
identificar los antecedentes de este fenómeno a objeto de indicar los diversos
aspectos referidos en adelantos investigativos sobre el tema y aquellos que
surgieron en el estudio para darlos a conocer.
El interés de
trabajar en este tópico se sustentó en el hecho que en la actualidad circula
una serie de mensajes catalogados como desinformación que en la cotidianidad
aparecen en las diferentes redes sociales, aunado a que es muy poco lo que se
ha hecho en cuanto a su control y propagación. Tal vez como consecuencia a la
carencia o al manejo de recursos eficaces que eviten difundir los textos, los
audios o los videos antes que éstos se viralicen.
El fenómeno de la
desinformación, tal como lo expresa Castells, M. (1996), implica analizar los
textos de estudio en materia de Tecnología de la Información para así
comprender su inherencia en los grandes procesos sociales y políticos
que han transformado el mundo en el último decenio, relacionado con la
existencia de un nuevo capitalismo dinámico y excluyente, el auge del crimen global, la unificación
europea, la irrupción del pacífico asiático como región decisiva de crecimiento y crisis en la economía mundial, en la que se
observa el nacimiento del estado red.
Así mismo, estudios
histográficos que tratan la desinformación reflejan posturas relacionadas con
la manipulación como resultado o efecto. Ritter, M. (2007), explica que se
emplean trucos específicos que pueden llegar a ser semánticos, técnicos,
psicológicos, de comportamiento, con la intencionalidad de engañar, mal
informar, influir, persuadir o controlar un objeto, un individuo, una comunidad
o, en su defecto, un abstracto como el pensamiento, una opinión o una
percepción, con el objetivo de obtener beneficios propios o ajenos.
Pareciera que existe
el interés de aniquilar la capacidad de análisis e interpretación por parte de
los usuarios sobre lo que está ocurriendo en el mundo. No ir a los recovecos
del poder, no recoger testimonios y documentos que develen abuso y corrupción,
permite que los ciudadanos se conviertan en vulnerables a los intereses de
quienes mienten por la propia manipulación de los corruptos, la desconfianza
crece al mismo ritmo de los miedos en cada uno de ellos.
Sin
embargo, se consideró que ello, bajo ningún concepto, representaba un obstáculo
para plantear una serie de acciones estratégicas tendentes a minimizar la
desinformación, principalmente las de índole político, ante los prejuicios y
perjuicios que está causando a la humanidad en general y, en particular, a la
sociedad venezolana.
En este
orden de ideas surgen las siguientes interrogantes: 1. ¿Hasta qué punto la información que se divulga en las redes
sociales puede ser considerada como desinformación política y su incidencia en
lo socioeconómico? 2. ¿Cómo se usa y
se maneja la tecnología a favor de la desinformación, especialmente en el
ámbito político? 3. ¿Cuáles serían las estrategias de acción más efectivas para contrarrestar
la desinformación, con énfasis en el contexto político?
Para esta investigación se plantearon los objetivos a alcanzar,
en el General se buscó formular
estrategias de acción para el desmontaje de la desinformación política en las
redes sociales, mientras que en los Específicos
se trabajó en 1. Precisar el uso de la información como elemento de
desinformación política y su incidencia socioeconómica. 2. Especificar cómo es el proceso que implica el montaje de la desinformación
política en las redes sociales. 3. Determinar
las alternativas viables para el desmontaje de la desinformación política en
las redes sociales.
Entre los Hallazgos significativos encontrados en atención a las interrogantes formuladas, a los objetivos propuestos y a los resultados de la información emanada por quienes intervinieron como informantes claves de la situación objeto de estudio, se desprende una serie de aspectos descritos a continuación.
Relación con las Interrogantes Formuladas
1. ¿Hasta qué
punto la información que se divulga en las redes sociales puede ser considerada
como desinformación política y su incidencia en lo socioeconómico?
Como punto de partida hay que considerar que
quienes intervinieron en la presente investigación, en su condición de
informantes claves, son personas capacitadas e idóneas, puesto que la muestra
intencionada se conformó por profesionales con título universitario que en la actualidad se desempeñan en los
respectivos campos de acción, estipulados para los fines de la investigación
realizada.
Del análisis e interpretación de los
resultados de la información aportada por los entrevistados y en consideración
a la pregunta formulada, se puede afirmar que los fundamentos teóricos resultan
congruentes con las opiniones emitidas por los encuestados al indicar que,
mucha de la información supuestamente política que circula en la redes sociales
son el resultado de un montaje de noticias falsas, engañosas, sesgadas, que de una u otra forma mantienen a la
ciudadanía desinformada, desvinculada de su entorno, de la realidad, sumergida
en la ignorancia.
Los informantes políticos destacan que mediante cortinas de
humo se desvía la atención de los ciudadanos y se solapan realidades de hechos
trascendentales que inciden en las mejoras de las condiciones sociales de una
sociedad, por tanto, anula la capacidad del pensamiento crítico y analítico
para vislumbrar los verdaderos intereses de los gobiernos y de quienes tienen
la responsabilidad de dirigir el destino de un país.
Los actores sociales, señalan que hay mucha
desinformación política que transita frecuentemente no solo en las redes
sociales, sino también en los medios tradicionales de comunicación, que, de
acuerdo a su identificación ideológica, ya sean del sector oficial o del
opositor, emiten información sesgada relacionada con diversos temas, eventos y
hechos de interés colectivo, sin revelar la totalidad, cercenando así en la
gente la oportunidad para contrastar, debatir y opinar con criterio sobre las
políticas de gobierno implementadas o por ejecutar.
Como afirma uno de ellos “un político
con una información puede enaltecer y elevar un gobierno, pero también puede
hundir a una sociedad” al ponderar las gestiones de sus dirigentes, de su
modelo de gobierno o, en su defecto, desacreditando las instituciones
oficiales, públicas, creando un ambiente de desconfianza entre las personas,
hacia los voceros del gobierno, del bando contrario, en las instituciones, en
los medios de comunicación que desestabilizan la democracia.
Se detecta que pese a la gran información
disponible en las redes sociales con la desinformación en términos generales y,
específicamente, la de índole política, busca mantener a diferentes grupos
sociales sumergidos en la ignorancia, tal como lo afirma Proctor, citado por Kenyon,
G. (2016). Las
consecuencias pueden ser de gran envergadura, tal como lo señala la Comisión
Europea (2020), al afirmar que la desinformación genera daños públicos, se
constituyen en una amenaza para la elaboración de políticas y para los procesos
democráticos de toma de decisiones e incluso pone en riesgo la protección de la
salud, la seguridad y el entorno de los ciudadanos.
2. ¿Cómo se usa y se
maneja la tecnología a favor de la desinformación, especialmente en el ámbito
político?
En
lo referente a esta interrogante, pese a que es apreciable la constante
innovación, el avance vertiginoso y acelerado de la tecnología a favor de los
campos del conocimiento, incluyendo la relativa a la comunicación e
información, que ha democratizado la información y le permite a la ciudadanía
acceder a internet, tener comunicación sin límite alguno y mantenerse conectada
con el mundo, salvo en aquellos casos que se ven inhibidos por restricciones de
otra índole, inherentes al alto costo
tanto de los teléfonos inteligentes así como al del servicio de internet y a la
suscripción de la televisión privada y satelital, se detecta que se ha
constituido a su vez en tierra fértil, que de manera permanente es abonada para
producir masivamente la desinformación, en este caso en particular se hace
mención a la del tipo político.
Desde esta
perspectiva, los políticos que actuaron como informantes destacan que las
plataformas existentes son usadas por los gobiernos ante las ventajas que
ofrecen para la creación de cuentas anónimas pagadas, proliferación de blogspot
sin rostro, alteración de videos, montaje de fotografías, falsificación de logos y colores para reemplazar fuentes
legítimas, contratación de personas para producir y actualizar contenidos
falsos, la conjugación de verdades y mentiras para la elaboración de contenidos
ajenos a la realidad, manejo de cuentas
para descontextualizar contenidos, entre muchas otras formas producto de los
adelantos y la constante innovación de
la tecnología, aunado al ingenio
de un talento humano preparado para tales fines .
Comparten la opinión
que en la actualidad muchos gobiernos usan la tecnología y las redes sociales
como herramientas en campañas electorales para ganar elecciones, mantenerse en
el poder, y entre otros exaltar su imagen internacional. En sí, en pro de sus
propios intereses las manejan a su antojo, ya sea para imponerse en posiciones
mundiales, consolidar un modelo, mantener el liderazgo, una marca o la
hegemonía en pautas políticas, económicas y sociales en un mundo cada vez más
globalizado.
Señalan que existe
una robotización de la información que se ha posicionado de las diferentes
esferas que configuran la vida misma, en todas y en cada una de las latitudes
que conforman el globo terráqueo, ya sea por alianzas, conformación de bloques,
acuerdos entre los gobiernos, asociados a los gigantes corporativos de la
comunicación, dado que solo algunos países tienen la tecnología y los medios
requeridos para alcanzar sus fines, mientras que otros carecen de la
infraestructura, maquinaria y recursos necesarios.
Su alcance es de tal
magnitud que, según lo expresado por los informantes, en la actualidad, existen
empresas industriales generadoras de desinformación, ubicadas en otras
latitudes que vienen convertidas en trolls, bots, bulos y hasta usuarios falsos
incluidos que ofertan sus servicios a cualquier país que lo demande a costos muy
elevados.
Entre estas empresas,
las denominadas agencias Black de Relaciones Públicas ,se ocupan de saturar
y envolver a las redes sociales con tal cúmulo de información falsa que
son contratadas para desinformar en las redes sociales, son verdaderas máquinas
para fabricar e inventar historias, relatos, eventos, hechos, presentados de
forma creíble, verosímil, alejados de la realidad, con la intencionalidad de dar respuesta a intereses de tipo
político, ideológico y económico del contratante, en perjuicio, por lo general,
de la sociedad del gobierno que sufraga sus servicios.
Sobre los
gigantes corporativos, es oportuno reseñar a Torrealva, J. (2019) quien afirma
que estas corporaciones juegan con las emociones, la polarización y la
confrontación entre las diversas naciones del mundo para llevarlas a un estado
de vulnerabilidad estratégica que atenta contra la cohesión social y la
estabilidad. Son los expertos, según la perspectiva de Salmón, Ch. (2016), en
formatear las mentes, en domesticar a la opinión pública y adueñarse de las
prácticas sociales, de los saberes y la memoria del individuo debido a que hay
un desdoblamiento de la realidad a través de la construcción y saturación de
relatos prefabricados, artificiales, para responder a unos fines que casi nunca
redundan en beneficio de la mayoría.
Con la tecnología que implica la inteligencia
artificial, se ha dado paso a la proliferación de laboratorios de
desinformación que se sustentan en ella o usan diferentes elementos para estos
fines. Onofri, R. (2020), los clasifica en bots, programas informáticos para
realizar acciones repetitivas, sock puppets o cuentas falsas que suplantan una
identidad, símbolos, imágenes que imitan a los verídicos, trol que son usuarios
dedicados a esparcir rumores o falsedades, videos falsos que se desarrollan con
el apoyo de la inteligencia artificial denominados deepfake o los chesp fakes o
mentiras baratas tales como video alterados, descontextualizados de contenidos.
Por lo tanto, el marco conceptual y las
teorías preexistentes que versan al respecto son coherentes con la información
recopilada, específicamente llama la atención el criterio generalizado de
considerar que los mecanismos utilizados por la política para desinformar es un
proceso que se fundamenta en los avances tecnológicos, involucra un talento
humano altamente especializado, expertos en las diferentes ciencias del saber,
que se asocian y mancomunan fuerzas, esfuerzos y poder, para formular las
estrategias, los modos y maneras más efectivas y eficaces para alcanzar su
acometido, que considera en primera instancia, a los usuarios a quienes va
dirigido para que éstos con su actuación virilicen la desinformación al
compartirla y divulgarla, valiéndose del alcance de las redes sociales, pues son los que se configuran en los verdaderos
difusores de la misma.
Como
consecuencia, de las ideas hasta ahora anunciadas, se deduce la necesidad de
centrar la atención en los usuarios de las redes sociales para que reciban una
formación, una educación, que los torne competentes para identificar las
informaciones falsas, falseadas, adulteradas, cuya intencionalidad sea la de
crear el caos, la incertidumbre y sembrar la desconfianza, sin descuidar
aquellas personas cuyas fuentes de información están representados por los
medios tradicionales, la radio y la televisión nacional, pues ellos por lo
general reciben información sesgada, sin una visión total del panorama, de la
realidad existente.
Además
propiciar una formación ciudadana de los consumidores de información por los
medios digitales, para que en forma crítica y analítica reflexionen sobre el
monto de información que reciben, antes de proceder a compartirla sin pensar
razonadamente, dejando a un lado el impulso, las emociones y los estímulos
superfluos que los insta a actuar precipitadamente, sin detenerse a pensar de
sus perversos efectos y la desmedida
velocidad como una desinforma desinformación se propaga y se potencia su
masificación, así como el tiempo acelerado de su viralización sin freno
alguno.
3. ¿Cuáles serían las estrategias de
acción más efectivas para contrarrestar la desinformación, con énfasis en el
contexto político?
En términos generales, entre los informantes
claves existe plena concordancia al exponer que el desmontar la desinformación
política por la vía tecnológica es imposible, es una batalla perdida, sería una
quimera, un sueño, porque es controlada por las grandes transnacionales de la
comunicación. No obstante, entre los representantes políticos, prevalece el
criterio que, ante los grandes intereses creados y el poder imperante, es
necesario conformar alianzas entre los países para confrontarla, unificando
criterios, coadyuvado por una legislación que se identifique y propenda,
específicamente, a contrarrestar este fenómeno que tanto estrago está causando
a la humanidad y a los sistemas democráticos, sin atentar con el derecho
universal de la libre expresión.
Los entrevistados expresan que es imperativo
una ley que regule el uso de las redes sociales, que aun respetando la libre expresión, considere que
su derecho se extingue cuando invade las ideas emitidas por sus semejantes, en
la que se estipule sanciones por la difusión de información mal intencionada
con el fin de desinformar, en perjuicio de un individuo, de un colectivo, de una
empresa, ya sea en lo moral, lo social y
en lo económico.
En la política se ha de abrir un proceso que
penalice severamente a quienes desde la posición que ostentan, en su condición
de políticos generan desinformación, deben ser vetados, inhabilitados para
ocupar cargos públicos, inclusive sancionarlos o privarlos de libertad cuando
sus comunicados y declaraciones atenten contra la vida y la integridad de la
comunidad que han de proteger y resguardar.
Los actores sociales, aunque también
comparten la opinión de una legislación al respecto, le conceden mayor
privilegio a la educación desde tempranas edades, en campañas de
concienciación, en la actuación sinérgica que concede la cooperación y el apoyo
de organismos gubernamentales, no gubernamentales, de los líderes de las
comunidades, de la iglesia.
Al
respecto,
es apreciable que el desmontar la desinformación política es un desafío de alta
envergadura, no es tarea fácil, pero tampoco es imposible si se cimienta en la
educación, en la formación ciudadana, a objeto que los usuarios de las redes
sociales se tornen debidamente competentes para identificar las noticias
reales, fidedignas, confiables, de las que circulan con fines distorsionados,
tergiversados para desinformar.
Desde esta perspectiva, se precisa alianzas para el
desarrollo de estrategias, de acciones y actuaciones claves en pro de la meta
propuesta, tanto por parte de los usuarios, como de todas aquellas
organizaciones existentes que combaten este flagelo que se ha posicionado en
las redes sociales y de los diferentes medios informativos,
En este contexto, es inevitable una redefinición del
papel actual que desempeñan los usuarios de las redes sociales, de las diversas
organizaciones defensoras de los derechos humanos, de la libertad de expresión,
para que identificados con una meta común se asocien, trabajen en forma
cooperativa, conjuguen esfuerzos que coadyuven a contrarrestar los efectos
devastadores de la desinformación, de manera muy especial la política, ante el
poder que les embiste. Particularmente, se considera que una de las estrategias
más viable está representada por las campañas de concienciación.
Las campañas de concienciación son entendidas con el
propósito
de propiciar la reflexión conjunta sobre uno de los objetivos más importantes
que implica enseñar a convivir y ser persona, desarrollando una competencia tan
básica del individuo como es la social y ciudadana.
En atención a lo expuesto, a continuación, se
establecen algunos lineamientos, que puedan ser considerados para diseñar
campañas de concienciación y alfabetización digital dirigida a la ciudadanía en
general para mitigar la desinformación, con especial énfasis en la
política.
Consideraciones de Cierre
La desinformación
política es una aberración de la información que trae consigo grandes
consecuencias negativas para el desarrollo y bienestar de la humanidad.
La aberración de la
información está amparada por el vertiginoso avance de la tecnología y la
proliferación de las redes sociales que se han posesionado de los medios
informativos para mantener a los ciudadanos subyugados y sumergidos en la
ignorancia.
Los usuarios de las
redes sociales, con su actuación, constituyen la fuente principal de la
difusión, masificación y virilización de la desinformación política.
El gran auge que, en
la actualidad, ha adquirido la desinformación política, subyace en la falta de
conciencia, de ética y poca comprensión por parte de los usuarios de las redes
sociales sobre la magnitud de los problemas asociados con la desinformación,
especialmente la de tipo político.
El desmontaje de la
desinformación política se constituye en un desafío permanente que ha de
centrar su atención en la debida educación y alfabetización digital de los
usuarios.
La formación ciudadana, la instrucción y el
fomentar el cambio de mentalidad de la audiencia, tanto de quienes circulan
permanentemente por las redes sociales, así como de aquellos que obtienen la
información por otros medios tradicionales, representan la piedra angular y el
arma más potente para contrarrestar los efectos nocivos de la desinformación
política.
La educación que se requiere ha de dirigirse, con
especial énfasis, hacia los niños, niñas, adolescentes y jóvenes con objetivos
claros, precisos, que propenda a un cambio de mentalidad, a una interrelación
bajo otros esquemas de actuación, en virtud que son ellos el grupo más
significativo de la humanidad para erigir un mundo con mayor probabilidad de
bienestar colectivo. (Síntesis de la
investigación)
Algunas
referencias
Del Fresno, Miguel, y Manfredi, S, Juan L. (2018).
Politics, hackers and partisannetworking. Misinformation, national utility and
free election in the Catalan independence movement. El profesional de la
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Castells,
Manuel. (1996). La Era de la Información.
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Kenyon,
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la difusión de la ignorancia. https://blognooficial.wordpress.com/2016/12/31/el-hombre-que-estudia-la-difusion-de-la-ignorancia/
Ritter,
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Onofri,
R. (2020). Observatorio de Datos de la Vicerrectoría de Tecnologías de la
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