Mérida, Julio Domingo 13, 2025, 06:56 pm
Nos dimos cita en la Plaza Bolívar. Exactamente en los bancos que están casi al lado del frondoso Araguaney, que sembrara allí el Papa Juan Pablo II en su privilegiada visita a Mérida. Frente a nosotros, dormitando, un señor de anchos anteojos, de gastado uso, grueso bigote y aspecto de campesinos que bajó del páramo a la capital para algún trámite en oficinas de gobierno, descansa.. Tiene bajo sus pies un desvencijado morral y un saco, de los de guardar harina, de la que se producía en el molino que los italianos instalaron en Mucurubá, entre los años veinte y treinta del pasado siglo XX. Poca gente esta mañana asiste a la misa de la Catedral, pero son muchos los transeúntes circulando por el cuadrilátero histórico, en cuyo centro, desde 1930 y para siempre, destaca el hermoso bronce que representa en magnífico trabajo logrado en forma ecuestre al Padre de la Patria, a quien el artista le esculpió el rostro con gesto serio, pensativo y decidido. La espada en alto, marcando el rumbo hacia la gloria de Carabobo. Hay palomas. Una de ellas posa en la cabeza del héroe inmortal. Otra, en la punta del largo sable. Buena imagen, pienso: el intelecto, brillante del Genio americano y la paz en el arma con la cual liberó a cinco naciones.
Mientras llega, medito las preguntas que le haré a mi entrevistada. La suya es una historia, si se quiere, de muchos sacrificios, de entrega permanente, de éxitos y de fracasos. También trágica. Como trágica en gran modo ha sido la del país que, en medio del tumulto, y a partir del año 45 del siglo XX, -cuando por primera vez llega al poder integrando la Junta de Gobierno, que se juramentó luego del derrocamiento del general Isaías Medina Angarita, y tras procesos electorales que le dieron la victoria a Rómulo Gallegos, a Rómulo Betancourt, a Raúl Leoni, a Carlos Andrés Pérez y por último a Jaime Lusinchi, se fue creciendo, modernizando, gracias al desarrollo y al progreso que Acción Democrática llevó a cabo en sus gestiones al frente de los tantos asuntos del Estado, que incluía generarles calidad de vida a los venezolanos. Un vasto plan de trabajo, de decisiones que se fueron cumpliendo, no sin obstáculos, y dejaron una huella que a estos tiempos aún perdura, 83 años después de su nacimiento, con el reconocimiento de cientos de miles de ciudadanos que le agradecen, no siendo simpatizantes ni menos militantes de su doctrina. Porque la tarea gobernante de AD favoreció a todo el mundo concretando y convirtiendo en realidad su consigna de hacer del país una Venezuela libre y de los venezolanos.
Veo a sus líderes fundadores que proyectaron al futuro a un gran partido político, que desde sus comienzos atrajo multitudes. .Su base militante la formaron, en cada aldea, pueblo y ciudad de la Venezuela de entonces, hombres y mujeres comprometidos todos en el esfuerzo de hacer patria, establecer una mejor república, en una unidad de clases que fue ejemplo en América Latina, en la cual Acción Democrática, al igual que el APRA peruano, uno de los dos partidos fundamentales de toda Latinoamérica. Campesinos, pescadores, maestros de escuela y de liceos; trabajadores, profesionales, empresarios, industriales, intelectuales, artistas, con destacada participación de las mujeres como Doris Parra de Orellana, Ana Luisa Llovera y Menca de Leoni por citar solamente tres de una inmensa legión que le dieron lustre al también llamado el partido blanco en sus respectivas trincheras de lucha.: la militante, la líder y gobernadora; la periodista y combatiente de la Resistencia y la gran primera dama de la república, a quienes hasta ahora ninguna otra han podido superar.
La historia contemporánea de Venezuela registra la gigantesca tarea que AD desempeñó en su trayectoria, que incluyó la sangre derramada de muchos mártires como Leonardo Ruiz Pineda, Alberto Carnevali y Antonio Pinto Salinas; y a los sobrevivientes de la heroica lucha contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Un cuadro notable de venezolanos que se empeñaron en convertir en hechos los sueños de estos fundadores de uno de los partidos más numerosos en militancia, millonario en ideas de gran aliento, y liderando desde su aparición, en el histórico mitin de El Nuevo Circo de Caracas, el 13 de septiembre de 1941, la conversión de la Venezuela rural que entonces el país fuese en una Venezuela que se disparaba hacia la modernidad.
Llega puntual. Viste modesta. Su hablar ya es lento, también sus gestos. Tiene la tristeza reflejada en su rostro, un tanto quemado por el sol de las altas montañas. Las manos lucen débiles en el movimiento. Acepta el beso en su mejilla y nos abraza con gesto asimismo cariñoso. Nos pregunta por la familia, por los tres hijos que el periodista tiene fuera y se condolece por los dos que descansan en el camposanto. “Yo”, me dice, “me siento cansada, pero todavía con muchas ganas de seguir activa porque el país de estos tiempos nos demanda mucha acción para que la libertad de verdad llegue. A pesar de todo, a mis 83 años sigo siendo una sólida esperanza para Venezuela”
“Si el régimen endurece
mucho más su posición,
vendrán nuevas tempestades”
.-Comencemos preguntándole, ¿qué se siente, a la altura de su cumpleaños, tan disminuida; en situación de abierta minusvalía, atacada desde distintos flancos, y si se quiere asediada a preguntas sin respuestas acertadas de gran parte de su militancia queriendo conocer la verdad de lo acontecido?
-Principalmente, preocupada. Es muy crítico lo que ocurre en la Venezuela de hoy en día. La nación está asediada. Si bien es cierto, lo cual todavía aplaudimos entusiasta, y responsablemente como uno de los mayores éxitos que en lo que va de siglo los venezolanos alcanzamos en el campo político, sin embargo nada aún del todo está claro, y como en los Andes, las altas montañas no nos dejan ver el horizonte. Esas montañas son la multiplicidad de situaciones que cada vez resulta inalcanzable su resolución y, debo decirlo, a riesgo de que se me intente desmentir, porque es una verdad tan grande como la catedral que tenemos al frente, el régimen se endurece y se cierra a entender y mucho menos a aceptar sus enormes equivocaciones y a enmendar su errada tarea de gobernante.
-Explíquenos de dónde viene, cómo nace, en que se transformó, su éxito alcanzado y la entrega para haber logrado construir “una Venezuela libre y de los venezolanos”.
-Ya en el exilio, concretamente en Barranquilla, donde recalaron los líderes fundamentales de la corriente socialdemócrata que sería el ARDI, que se convierte luego en ORVE, después en el PDN y, finalmente, en el Gran Partido del Pueblo, AD. Ya convertida en Acción Democrática, fuí bautizada en El Nuevo Circo de Caracas, el 13 de septiembre de 1941, con los discursos fundacionales de Rómulo Betancourt, de Rómulo Gallegos y de Andrés Eloy Blanco. Correspondió al político, explicar la urgencia que el país requería de establecer las líneas maestras de la transformación, que denominó revolución, que le urgía a Venezuela, en el campo ideológico, señalando a la democracia como el mejor de los sistemas por donde había de conducirse al país. Por su parte, el gran escritor y maestro, delineó la historia vivida por la república y ahondó en presagiar un buen futuro, pero alertando que el camino no sería fácil. Y el poeta, en su maravillosa prosa, le cantó a Venezuela con un discurso que, todavía, resuena en el corazón venezolano y puede resumirse en su vibrante consigna ¡!Adelante, a luchar milicianos a la voz de la revolución…!”, que es la estrofa mundialmente conocida del himno del partido. La mía, reitero, es la historia misma de la Venezuela que, de ser un país netamente rural, hasta la mitad del siglo XX, inició su camino a la modernidad. Una tarea que le correspondió liderar a un grupo de venezolanos de su tiempo, que venía de enfrentar la dictadura de Juan Vicente Gómez, Nadie puede ignorar que al grito de “¡!Sacalapatalajá!” los estudiantes, bajo el liderazgo de Rómulo Betancourt, Raúl Leoni y Jóvito Villalba, principalmente, estremecieron las hasta entonces silenciosas calles de una Caracas que en, en febrero del año 1928, protestaron al tirano y, con la excusa de coronar a Beatriz I, su reina, la ruta hacia la libertad.
-¿Fue la Semana del Estudiante el intento de revolución del año 28?
-Esta Semana del Estudiante fue el inicio de la revolución democrática, no hay duda; el comienzo propiamente dicho del cambio que la ciudadanía toda esperaba. Surgió en grande la resistencia. Los que, con sus discursos, razonados, a las puertas del Panteón Nacional, y en la vieja Universidad Central, frente al Congreso de la República, demostraron tener coraje y pidieron libertad, fueron presos por “La Sagrada” y, engrillados, enviados a las mazmorras de Puerto Cabello y a echar pico y pala construyendo carreteras.. Habrían de marchar finalmente al destierro. Betancourt, Leoni y Ricardo Montilla, entre otros, llegan a la costa colombiana y desde allí organizan la lucha. En El Plan de Barranquilla, se aprecian por primera vez, los lineamientos de ARDI como movimiento, como organización y como partido político, que después terminaría siendo AD, ya lo dijimos. Pero también allí se contiene lo medular de sus ideales y fijan la conducta a seguir. El documento fue ferozmente atacado por parte de algunos sectores desde su promulgación. Pero, hay que reconocerlo, recibió la aprobación de la inmensa mayoría nacional de aquellos años. Reconocimiento que persiste en el análisis que hoy en día mantienen los historiadores, que lo califican de piedra angular donde se sustentó, en la era moderna nacional comenzando a descansar el entendimiento político y la transformación que hasta entonces se anhelaba. Al Plan de Barranquilla, le sustituye, años después, EL Pacto de Punto Fijo, otro documento capital que marcó huella en el devenir del futuro político, económico y social venezolano. Que, por cierto, ya son pocos los empeñados en restarle su importancia histórica y muchos que con propiedad le califican de principal figura entre los documentos más resaltantes para la formación de la nueva república y la nueva política, la que se vendría a iniciar después del 23 de enero de 1958.
-Y en cuanto al éxito suyo en la política y en el gobierno?
-Debo ser sincera, y aunque algunos pretendan silenciarme méritos, los venezolanos han podido comprobar que han sido muchos y en todos los órdenes. Mi tarea la cumplí con creces. Desde 1958 a 1998 estuve en cinco oportunidades dirigiendo los asuntos del Estado venezolano. La presidencia ejercida por Betancourt, Leoni, Pérez y Lusinchi, fue positiva. El país creció, se modernizó. La economía no sufrió los duros y peligrosos embates de estos últimos tiempos. La república tuvo paz, vencida la guerrilla el país vivió en calma. Se construyó la mejor red vial de autopistas de toda América Latina. Se multiplicaron las fábricas, con las Empresas Básicas de Guayana a pleno funcionamiento, rindiendo ingentes beneficios al tesoro nacional que los invertía en beneficios cada vez crecientes en lo social para el pueblo, convertidos en viviendas, en acueductos, en represas, en plantas eléctricas, en hospitales, ambulatorios, escuelas, universidades. En suma, un desarrollo y un progreso que nos convirtió en tacita de plata, porque en democracia y con AD se vivía mejor. Y eso no es cuento, sino realidad palpable, comprobable y por años muy aplaudida. El que lo niegue es por un afán embustero o por simple envidioso. Negarlo, por Dios, es colocarse de espaldas a la historia. Sin falsa modestia, porque lo que afirmo es cierto, –eso sí, con todo sacrificio y esfuerzo, junto al pueblo- pude ayudar a construir una Venezuela libre y de los venezolanos
-¿Cree usted que, finalmente, el gobierno atenderá el llamado de la comunidad democrática, la mayoría de naciones, a reconocer que la oposición ganó las elecciones del 28-J?
-No me precio de ser adivina, por eso me limito, como intérprete que he sido de la realidad nacional, a decir que el gobierno, encontrándose como actualmente se encuentra en una situación muy debilitada ante tanta acusación que se le imputa, a pesar de sus arrebatos, su duro mensaje y sus peligrosas advertencias, está seriamente pensando en que no ha venido actuando correctamente. Tengo la impresión de que su mayor enemigo lo constituye una gran parte del liderazgo y de la militancia roja que, vista la situación desfavorable en todo sentido, presionará tanto, con mucha firmeza, a favor de que es mejor salvar la revolución retirándose a buena hora, para que pueda regresar pasado mañana como partido, fortalecido. Sí continúa en su incómoda postura, la de ser y no ser, pero queriendo seguir siendo, su destino estaría cantado de antemano, sencillamente porque ya no será partido ni menos revolución.
-Esa es su opinión.
-Sí, pero también la de mucha gente, dentro y fuera del PSUV.
-Y los que dirigen las dos alas en que se dividió usted….
-…Yo no me dividí. Me dividieron.
-Bueno, la AD de Henry Ramos Allup y la de Bernabé Gutiérrez, para ser más preciso. ¿Piensa que estarían de acuerdo con el planteamiento que usted arriba formula?
-Ellos no me pidieron permiso alguno para tomar la decisión de dividirse. En todo caso, compañero, nadie podrá tildar de ofensa, de aventurera, peregrina ni traída por los pelos mi afirmación.
-Por cierto, ¿qué consideración tiene usted acerca de la fracturación suya en dos pedazos, en dos corrientes que, por lo que cada una de las dos viene realizando, trazas de entendimiento no hay a la vista?
-Confieso mi total rechazo a la actitud tomada por esos dos dirigentes que, a la fecha, no han sabido dar las explicaciones ciertas, reales, de fondo, sobre el porqué de la división que, debo decirlo, ha sido la más terrible que he sufrido como partido a través de mis 83 años de historia. La del MIR, que se llevó gran parte del liderazgo juvenil; la de ARS, a trabajadores; la del MEP, a intelectuales y a maestros, fueron superadas, en todo su contexto, por esta última, asunto verdaderamente intolerable.
¿Por qué es intolerable?
-Muy sencilla la respuesta. No lo fue, así lo siente la mayoría adeca, y la que no lo es por motivos ideológicos. Y, sobre el tema, quisiera ser lo más respetuosa posible, al dejar claramente expresada mi posición: Yo soy una sola Acción Democrática, que la desunieron en tres momentos de su historia como partido político, pero ello ocurrió cuando en el país existía democracia. En el presente, no hay democracia. Los que promovieron la división han debido, era su deber, haber llamado a toda la militancia y hablarle claro. Decirle porque y para qué querían seguir siendo los dueños del partido. Con seguridad, la respuesta hubiese sido una sola: la salida de los que promovieron la división, pero no con las siglas, el himno ni los ideales del partido, sino con sus ambiciones personales a otra parte muy distinta. Y no como ocurrió, una que dice ser la verdadera AD y otra que afirma igualmente serlo. En el medio, estoy yo, que soy la original, la única, la histórica, la que regó su sangre buscando la libertad del pueblo y la que trabajó, como nunca había trabajado partido ni gobierno alguno para hacer crecer a Venezuela, y en saber defender los reales intereses del pueblo. Me hicieron, sí, un daño terrible, no lo niego.
-¿’Hay esperanzas de volver a unirse, de manera definitiva?
-La esperanza nunca se pierde. Y en política menos. En política dos y dos nunca son tres ni cinco. Siempre se encontrará un camino. Bien sabemos que detrás del árbol se abre el bosque y que hay luz al final del túnel. Yo sí creo y aspiro que esa unión se presente. Mire, en el rincón más pequeño del mapa, existe una adeca, un adeco, que tienen todavía encendida la antorcha de nuestro escudo. Se emocionan y lloran recordando las glorias del viejo partido. Quieren unirse, regresar, abrazarse nuevamente y seguir luchando todos por una Venezuela de los venezolanos.
-¿Usted lo cree, realmente?
-Mire, cuando la democracia regrese, los partidos, todos, absolutamente todos, tendrán que presentar cuentas claras a los venezolanos y, los venezolanos sabrán quiénes podrán seguir siendo partidos. Les examinarán sus planteamientos, sus ideas, su accionar a lo largo de la historia. Tendrán que adaptarse a los nuevos tiempos tanto estructural como ideológicamente. Dejar de lado, y para siempre, cualquier acción parecida a populismo, la demagogia y sus nuevos líderes entender que los caudillos no volverán más nunca, que nadie los quiere, todos los desprecian tan igual que a los tiranos. Eso, amigo mío, téngalo por seguro, que así sucederá.
-¿Usted será la primera en adaptarse al nuevo tiempo, el de la nueva democracia?
-Transcribo literalmente lo que sobre mí está escrito en la Revista Nueva Sociedad, en su edición de febrero de 1979. Ahí queda bien definido quién de verdad soy: "Doctrinariamente, Acción Democrática se definió desde su nacimiento como un partido poli-clasista, nacionalista-revolucionario, anti feudal y anti-imperialista. Acción Democrática no nació como el partido de una sola clase social, sino como el vehículo de liberación de las clases oprimidas y explotadas. La historia le ha concedido la razón hasta el punto que no solamente ha sido Acción Democrática el partido político que más éxito ha tenido en la América Latina sino que también algunos partidos europeos de ortodoxia marxista-leninista, se han convencido a última hora que la vía por ellos escogida ha fracasado y han tenido que rectificar en un esfuerzo por ganarse la confianza de los electores, dándole así la razón a la tesis esgrimida por Betancourt en su lucha desde 1937 contra los comunistas venezolanos, en el sentido de que la solución para los problemas de Venezuela no podía ser nunca 'La de un partido de restrictiva composición obrera y de ortodoxa filiación marxista' sino por el contrario, un partido que aglutina tanto a los obreros y los campesinos como también a los estudiantes, a los profesionales, a los comerciantes, a los pequeños y medianos productores, en fin a todas las fuerzas explotadas y progresistas del país". Y para mayor precisión, agreguemos lo que es una verdad como tal reconocida por los historiadores: “Acción Democrática es un partido político venezolano también conocido como el Partido Blanco o el Partido del Pueblo, es un partido político miembro de la Internacional Socialista. Desde 1958 hasta 1998, AD mantuvo el poder político sobre Venezuela de manera bipartidista con COPEI, con las presidencias de Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Carlos Andrés Pérez (en dos oportunidades) y Jaime Lusinchi. En sus orígenes fue un partido de izquierda socialista que, desde los años ochenta, ha adoptado una ideología socialdemócrata de centro a centro-izquierda
-Y en cuanto al éxito suyo en la política y en el gobierno?
-Debo ser sincera, y aunque algunos pretendan silenciarme méritos, los venezolanos han podido comprobar que han sido muchos y en todos los órdenes. Mi tarea la cumplí con creces. Desde 1958 a 1998 estuve en cinco oportunidades dirigiendo los asuntos del Estado venezolano. La presidencia ejercida por Betancourt, Leoni, Pérez y Lusinchi, fue positiva. El país creció, se modernizó. La economía no sufrió los duros y peligrosos embates de estos últimos tiempos. La república tuvo paz, vencida la guerrilla el país vivió en calma. Se construyó la mejor red vial de autopistas de toda América Latina. Se multiplicaron las fábricas, con las Empresas Básicas de Guayana a pleno funcionamiento, rindiendo ingentes beneficios al tesoro nacional que los invertía en beneficios cada vez crecientes en lo social para el pueblo, convertidos en viviendas, en acueductos, en represas, en plantas eléctricas, en hospitales, ambulatorios, escuelas, universidades. En suma, un desarrollo y un progreso que nos convirtió en tacita de plata, porque en democracia y con AD se vivía mejor. Y eso no es cuento, sino realidad palpable, comprobable y por años muy aplaudida. El que lo niegue es por ser embustero o por envidioso. Negarlo, por Dios, es colocarse de espaldas a la historia. Sin falsa modestia, porque lo que afirmo es cierto, –eso sí, con todo sacrificio y esfuerzo, junto al pueblo- pudimos construir una Venezuela libre y de los venezolanos, con pan, tierra y trabajo..
-Lleguemos a estos días, que son de sumo interés para Venezuela, el continente y el mundo democrático. ¿Qué opina usted de lo que le ocurre a Venezuela?
-El régimen no quiere dar su brazo a torcer. Las pruebas testimonian crudamente que fue derrotado en los comicios del 28-J. Se encontraron con un problema al cual todavía no le encuentran solución, sencillamente porque no la tiene. Sus técnicos electorales, igual que los de la oposición, están contestes en que los cómputos favorecieron al candidato opositor y no al que buscó la reelección. Al verse imposibilitados de mostrar las actas, las que arrojaron las máquinas, cuyas copias fieles recibieron la tarde-noche del 28 de julio, los testigos del oficialismo y de la oposición (que ésta última sí las publicó) apresuradamente decidieron declararse vencedores. Por supuesto, el reclamo y el rechazo generaron la protesta pública nacional e internacional.
-¿Qué se presagia?
-Si el régimen endurece mucho más su posición, vendrán tiempos de tempestades. Es lo que se atisba. El gobierno tiene la pelota, los guantes y el bate, pero ya no es el pitcher; los jugadores se le han ido. Además, si se empecina, a pesar de todo se empecina, nadie le irá al estadio que, de paso, ya dejó de ser suyo.,
-¿Tampoco es novio de la madrina?
-Menos. La muchacha se fue con toda la ciudadanía detrás. Iba por la calle del medio gritando vivas a la democracia..
-Y, ¿cómo quedó usted?
-Abrazada a Venezuela, como siempre he estado. Y de ella no me separa nadie. Lo Juro.