Desde el Mocotíes
Santo José Gregorio por Néstor Abad Sánchez
(Hoy cuando la iglesia celebra su nacimiento y entronización en los altares)
Dedicado al Pbro. Gerardo Ramírez Rojas, quien también está de cumpleaños.
“Hoy te canto por los míos, por mi Patria y por tu suelo. Ayúdanos en el cielo con tu casta Santidad, a realizar nuestro anhelo de vivir por siempre en paz”
Es el título y los últimos versos del bolero plegaria grabado por la Sonora Caracas con la voz inconfundible del legendario cantante puertorriqueño _Daniel Santos_ que irrumpió en el ambiente dictatorial de 1957, por supuesto que de inmediato fue censurado por la dictadura y por la iglesia venezolana que impidió que fuese escuchado por la radio de la época… la canción marcaba de manera anticipada lo que hoy estamos viviendo.
A pesar de la prohibición el bolero *Santo José Gregorio* se convirtió en el himno clandestino del pueblo que no importaba el protocolo eclesiástico y menos el decreto oficial de Santidad, sus milagros se hicieron posible desde su misma muerte en 1919, cuando centenares de personas lo acompañaron a su última morada, después de entronizarlo en el claustro universitario y llevarlo a hombros sin estar permitido. Es que el _“Inquieto Anacobero”_ supo interpretar el sentimiento colectivo del pueblo que siempre lo sintió como Santo, por eso el bolero nuevamente es la plegaria que a viva voz debemos entonar para recordar que primero fue Santo a los ojos del pueblo y muy posterior por la iglesia, que a partir de ahora lo hace suyo.
Hoy en todas las iglesias su figura resalta, es visible y cautiva ante los ojos de los creyentes, pero es esto suficiente para apropiarnos de su legado y de su ejemplo... No. A *San José Gregorio* debemos celebrarlo todos los días, más que por ser el primer Santo venezolano, por ser un dechado de virtudes. Debemos verlo de carne y hueso, caminando largas travesías para llevar su mano sanadora y su fé a los enfermos, su sabiduría a sus alumnos y sus visitas diarias al templo para orar y predicar con su ejemplo. Debemos conocer y resaltar sus intentos de ingresar a la vida religiosa sin importar sus achaques y enfermedades. Fue el primero en alistarse cuando el país se vio amenazado, pero no como el soldado ramplón que ahora nos quieren vender, sino como el patriota comprometido con la causa y libertad de su país, que es muy diferente.
A *San José Gregorio* debemos verlo como el sabio que una vez venido a Los Andes (junio 1888 - abril 1889), se percató de la difícil situación de abandono que se vivía en la provincia y supo aprovechar una beca del gobierno de la época para viajar a Europa y formarse, pero regresar a compartir ese conocimiento, trayendo un microscopio y ser pionero en la medicina práctica que tanta falta nos hacía, fundando la primera cátedra de Bacteriología en América. Ese es uno de sus mayores legados como científico.
Debemos verlo como un lector consumado que devoraba en varios idiomas los avances científicos del momento y los contrastaba con la realidad venezolana. Como un amante de la cultura que tocaba el piano, pintó algunos cuadros y escribió sobre arte en El Cojo Ilustrado y en su libro Elementos de Filosofía.
Debemos recordarlo en su humanismo real, en su afán de aliviar el sufrimiento de sus semejantes, cuidar vidas a consta de la suya, no cobraba sino daba lo poco o lo mucho que tenía a su alcance sin la necesidad de hacer votos de pobreza. Antepuso al humano por encima del poder y desde su muerte se le reconoce como el Médico de los pobres... bien pudo ser el de los ricos y bien pagado para vivir a cuerpo de rey.
A *San José Gregorio* debemos sentirlo entre y con los valores que práctico de servicio, solidaridad, honestidad, bondad, austeridad, responsabilidad, dedicación, constancia en el trabajo y entrega hasta el día de su muerte, con la que se topó de visita a un pobre en su lecho de convalecencia. Por eso más allá de verlo en los altares, debemos reencarnarlo en la urgencia de practicar el bien que predicó. Ha llegado el momento de hacer presente en nuestras vidas su ejemplo de santidad, oremos pero también pongamos en servicio su ejemplaridad.
Más importante que su imagen o su estampita es estudiar su obra, conocer su vida y difundir su pensamiento humanístico en un mundo cada día más deshumanizado cuando el dios dinero está por encima del Dios verdadero.
*_¿Cuántos de los presentes en el Santuario de Candelaria saben que muy de mañana el 4 de enero de 1889 el novel médico llamado José Gregorio Hernández pasó de incógnito por tierra bailadorense camino a La Grita?_* o *_¿Qué a finales de enero, quizás de tarde y a lo mejor hasta pernoctó pasó de nuevo de regreso hacia su Isnotu natal?_* Es probable que visitará el templo y conversara con algunos de nuestros antepasados... eso también debemos recordarlo para sentirnos más comprometidos.
Escribo está crónica mientras escucho la misa y a la gente cantar a viva voz *_"José Gregorio Hernández, danos paz y consuelo, " salud al enfermo"_* es la reafirmación de su acto de fé y de compromiso -para nosotros- de cara al futuro.
Muy emotiva y sentida la misa, ojalá y al salir del Santuario todos seamos *José Gregorio* para predicar y compartir con su ejemplo, que no sea la alegría de un momento, sino el llamado verdadero de nuestro primer Santo que clama por menos incienso y velas, más oraciones y compromiso cristiano, seamos ciudadanos por y para los más necesitados... ese sería nuestro mayor regalo con ocasión de su Santidad que fue un camino tortuoso y ahora se muestra espléndido en compañía de Santa Carmen Rendiles.
Y al padre Gerardo Ramírez Rojas felicitaciones en su cumpleaños, que la santidad de San José Gregorio sea su ejemplo a seguir, gracias por convertirse en motor fundamental de la acción comunitaria en Bailadores, allí está la respuesta del pueblo que plena el Santuario Ntra Sra de la Candelaria
Néstor Abad Sánchez
Santuario de Candelaria, octubre 26, 2025