Mérida, Noviembre Miércoles 19, 2025, 12:44 am
Algunos hábitos que parecen insignificantes podrían afectar aspectos fundamentales de la vida como el estado de ánimo, el sueño y la digestión.
Expertos citados por The Telegraph revelaron cuáles son esas conductas que pueden tener consecuencias negativas en el cuerpo y la salud mental si se vuelven cotidianas.
Algunos de estos hábitos están fuertemente relacionados con la vida moderna, pues involucran el uso de dispositivos electrónicos en momentos de descanso o poca exposición a la luz natural.
A largo plazo, los efectos que estas conductas tienen en la salud incrementan el riesgo de enfermedades cardiovasculares, metabólicas y neurológicas, de acuerdo con los expertos.
7 hábitos que afectan el ánimo, el sueño y la digestión
1. Usar el celular en el baño: este hábito extiende el tiempo sentado en el baño, lo que causa más presión en el recto y el ano. El Dr. Saurabh Sethi, gastroenterólogo del Hospital de San Francisco, dijo a The Telegraph que este esfuerzo puede incrementar las probabilidades de hemorroides, fisuras anales e incluso prolapso rectal.
2. Saltarse el desayuno: diversos estudios han evaluado los efectos que tiene dejar de desayunar y algunos de de ellos hallaron que se asocia con un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiacas, obesidad, diabetes tipo 2, por lo que tomar una decisión como la de hacer ayuno intermitente debe estar avalada y supervisada por un médico de confianza.
Bini Suresh, portavoz de la Asociación Dietética Británica y jefa de dietética en la Clínica Cleveland de Londres, explicó que en algunas personas el ayuno intermitente produce hambre intensa, lo que las motiva a elegir alimentos altamente calóricos fuera del horario del ayuno, lo que perjudica la salud a largo plazo.

3. Comer muy rápido: un estudio difundido en Nutrients concluyó que comer rápido eleva el riesgo de hipertrigliceridemia, es decir, niveles excesivos de grasas en sangre, lo que representa un factor de riesgo cardiovascular.
Suresh agregó que comer bajo estrés también perjudica la digestión, debido a que el cuerpo prioriza la señal de “lucha o huida” en lugar de la función intestinal, provocando inflamación, acidez, reflujo y dolor abdominal. Comer despacio, en cambio, favorece la saciedad y evita la sobrealimentación.
4. No salir al exterior: los expertos coinciden que en general es necesario recibir luz solar para mejorar el estado de ánimo, la energía y el ritmo biológico. No exponerse al sol en la horas de mayor luz natural restringe la producción de vitamina D, crucial para fortalecer el sistema inmunológico.
El profesor Gurprit Lall, neurocientífico en la Universidad de Kent, añadió que la luz exterior ofrece de dos a tres veces más luz azul que la artificial, lo que ayuda al cerebro a mantenerse activo y regulando la producción de cortisol y serotonina.
5. Mantener una mala postura en el sofá: sentarse encorvado o con las caderas más bajas que las rodillas comprime los órganos abdominales, lo que hace más lenta la digestión y favorece el reflujo o la hinchazón.
Ash James, fisioterapeuta y director de la Chartered Society of Physiotherapy, advirtió que lo más perjudicial es permanecer mucho tiempo de la misma postura porque eso es lo que genera el dolor. Aconsejó alternar posiciones, hacer pausas y evitar estar sentado en exceso.
6. Dormir siestas muy largas: la médica especialista en sueño Lindsay Browning, explicó que dormir más de 30 minutos conduce a una fase de sueño profundo, por lo que despertar durante esa etapa provoca aturdimiento.
Este hábito altera los ciclos de sueño y quienes duermen frecuentemente siestas de una hora o más tienen mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, hipertensión y un índice de masa corporal elevado.

7. Ver televisión o usar el teléfono en la cama: un estudio basado en datos del Biobanco del Reino Unido reveló que quienes ven televisión durante 4 horas o más al día presentan un 28 % más de riesgo de demencia y un 35 % superior de depresión.
Helen Wells, psicoterapeuta y directora clínica de The Dawn Rehab and Wellness, señaló que este consumo continuo de contenido frente a pantallas estimula la liberación de dopamina, lo que refuerza la búsqueda de gratificación instantánea, altera los ciclos de sueño y perjudica la concentración.
Con información de El Diario