Mérida, Noviembre Sábado 08, 2025, 11:31 pm
El régimen
socialista, antidemocrático y desafiante frente a la constitución
vigente, ha perfeccionado el control y dirección férrea de las instituciones. A
propósito de la convocatoria a las elecciones para gobernadores, consejos
legislativos y asamblea nacional, con lo hasta ahora visto con asombro, estamos
en presencia de un adefesio electoral, revestido de improvisaciones,
ilegalidad, manipulación, perversidad, ventajismo , crueldad, con
evidente y descarado abuso excesivo y lacerante del poder a todas luces
tergiversado y transgresor de los derechos ciudadanos.
Apegados a
las informaciones que emiten permanentemente los voceros del cuestionado y
desacreditado ente rector, quienes no han mostrado aún los resultados del
proceso electoral presidencial, ahora puestos en evidencia ante el país y
el mundo de sus fechorías históricas, convocaron un nuevo proceso electoral,
esta vez regional, inicialmente anunciado para el mes de abril para después
postergarlo para el mes mayo.
Se planteó
un cronograma electoral inviable, que según los expertos en materia electoral
es incumplible en cada una de sus partes por lo corto de los lapsos para cada
etapa, además de la incapacidad de esta institución de dar cumplimiento al
mismo por la falta de personal y precariedad de los sistemas, equipos, la
infraestructura entre otros que, disminuyen considerablemente su operatividad
en todos los estados del país, sin excepción alguna.
Ninguna fase
de este proceso electoral viciado se ha cumplido en los lapsos previstos. Se ha
desarrollado atropelladamente en el oscurantismo acostumbrado cuando es un
evento público y se ejecuta a discrecionalidad de las autoridades
electorales. Uno de los más importantes pasos es precisamente el lapso de
postulaciones y sustituciones de candidatos. La ausencia de la página web
oficial del CNE, ha permitido que la convocatoria a cumplir con esta etapa
importante haya sido secuestrada y manipulada. El sector oficialista, los partidos
de la alianza democrática compuesta por los partidos judicializados y otros más
así como los partidos nacionales que nacieron a la sombra de la revolución
tuvieron acceso para postular a través de un link engañoso y fraudulento al
cual los sectores de oposición real al régimen no tuvieron acceso, es
decir solo postulaban quienes previamente ya habían sido seleccionados por los
factores de poder que controlan al CNE.
Si
recordamos el proceso presidencial del 2024 solo 3 partidos. MUD, UNT y MPV
postularon la fórmula de Edmundo González, que acompañó y promovió la
líder María Corina Machado. algunos otros que quisieron participar en
esta alianza para ese momento, fueron execrados del registro de partidos
políticos de manera arbitraria, abusiva e ilegal ,sin embargo el resultado
final de esta inédita contienda presidencial todos la conocemos, al igual que
el deprimente papel que jugaron las instituciones y los poderes públicos.
Cito este
proceso electoral anterior para compararlo con este otro. En primer lugar ambos
están controlados y tutelados por el oficialismo, sin ningunas condiciones
mínimas de participación y menos de ser permitida la observación válida
internacional. En esta oportunidad la oposición real que manifiesta
querer votar solo le queda la opción de inscribirse en UNT de Manuel Rosales,
que dejó de ser confiable luego de sus intentos de hacerse de la candidatura
presidencial de la oposición en el año 2024 ya que la MUD decidió
abstenerse y el MPV fue sacado de la contienda, sin argumento válido alguno.
Los partidos
regionales fueron borrados del espectro político sin ninguna explicación, lo
que pone en evidencia que la inquisición revolucionaria chavista madurista, no
perdona a nadie, llegó para quedarse y cumple el objetivo de
desmantelar todo lo que pudiera estorbarle al régimen autócrata que
construyó en los últimos años una oposición a su medida que atiende al mandato
de permanencia del modelo socialista.
Suprimir con
severidad el sistema de partidos, negar durante años más de 240 solicitudes de
nuevos partidos políticos nacionales y regionales, mostrarle al país un
entramado de organizaciones sin estructuras, llámense oficialistas o de la
oposición complaciente y comprometida con la revolución bolivariana concluye
que cualquiera que participe y gane en este proceso simplemente es parte del
sistema socialista que ante la ingobernabilidad existente y la crisis severa de
la población solo cumple la forma al ir a una elecciones, si así se puede
llamarse, donde todos los que participan forman parte del sistema creado
para controlar aún más la sociedad y lograr anclarse al poder
apartados de la constitución, la cual por cierto pretenden reformar para
ajustarla a su medida.
Concluyo con
todos los argumentos necesarios que todos los partidos políticos que
postularon para este proceso y todos sus candidatos aspirantes a gobernadores y
legisladores regionales y nacionales son oficialistas, normalizadores y
cómplices de esta estrategia antidemocrática que termina confiscando el derecho
de participación, continua violando flagrantemente la ley que rige
los procesos electorales, la constitución y cruelmente postergar innegablemente
la agonía de los venezolanos, que esperanzados esperan un cambio de
modelo y renovación profunda de las autoridades que mal conducen y administran
el país.
El
oficialismo promovió un proceso interno donde sus debilitadas bases
postularon a sus candidatos, proceso que no respeto la opinión de la gente y ha
generado un conflicto que sumado a la situación general del país, no avizora un
buen resultado para los dedócratas revolucionarios.
Se especula
que al no existir una contraparte en el proceso regional las cifras serían como
siempre en estos casos, maquilladas en su número final y distribución de cuotas
acordadas. La verdad no suena descabellado ante los hechos recientes en materia
electoral.
Sin temor a equivocarme con el análisis profundo de la realidad política electoral del país para este proceso electoral no hay ningún partido de oposición participando y todos los que compiten según las encuestas todos juntos como lo son, un mismo equipo con un solo fin, no llegan al 11% de aceptación entre los venezolanos, es decir la abstención y onda anti partidos estaría entre el 80 y 90% y solo una minoría ya concertada que estaría en el orden de entre el 10 y máximo el 20 % se repartiría todos los cargos a elegir en este inobservado proceso que tiene desde ya sus resultados cantados.
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