Mérida, Octubre Lunes 06, 2025, 06:23 pm
uando se erigió en tiempos de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, en los 50, se proyectaba como una construcción modernista. Concebido originalmente como un centro comercial en espiral, El Helicoide se transformó en un símbolo de la represión en estos tiempos.
Sede principal del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), este edificio nunca concluido del todo en su diseño original es ahora un lugar de reclusión y tortura, podría decirse que el principal, según la exhaustiva documentación de la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos de las Naciones Unidas sobre Venezuela.
Esta misión, establecida por el Consejo de Derechos Humanos en 2019 para investigar violaciones graves desde 2014, ha documentado en sus informes anuales un patrón de torturas, aislamiento y malos tratos que revela no solo fallas institucionales, sino una acción sistemática. Este artículo se basa en lo señalado por los diversos informes de esta misión de la ONU.
El Helicoide estuvo abandonado durante décadas, hasta que en aquellos años en los que Miguel Rodríguez Torres dirigía los organismos de seguridad, se creó el SEBIN (2010) y se le adjudicó este edificio como sede administrativa. Gobernaba Hugo Chávez.
A partir del primer pico de represión masiva en 2014, pasó de ser un depósito de archivos a un centro de detención política, en el que opositores, periodistas, defensores de derechos humanos y manifestantes son recluidos sin debido proceso.
En su reporte de 2022, la misión detalla 51 casos de torturas en El Helicoide desde 2014. Este número, que es un subregistro ya que no se documentó todo lo que ocurrió dentro, dejó al desnudo que no se trata de un accidente o una casualidad, sino de un diseño institucional. Este edificio, con sus rampas helicoidales y sótanos improvisados, facilita el aislamiento y el control total sobre los reclusos.
Dentro de El Helicoide, como documenta la misión de la ONU, los detenidos son confinados en celdas colectivas o individuales de dimensiones mínimas, con frecuencia menos de dos metros cuadrados por persona, sin ventilación adecuada, iluminación natural o acceso a saneamiento básico. La reclusión allí, en sí misma, constituye un maltrato.
El informe de 2023 describe celdas húmedas y fétidas, infestadas de roedores e insectos, donde el agua potable es un lujo racionado y las comidas consisten en porciones insuficientes de arroz y lentejas, contaminadas por la falta de higiene. «Los presos políticos viven en un estado de privación sensorial constante», señala el documento, basado en testimonios de excarcelados que relatan privaciones de sueño inducidas por luces perpetuas o ruidos intencionales.
Detenidos como la defensora de derechos humanos Rocío San Miguel, recluida en febrero de 2024 y ubicada días después en El Helicoide, ilustran cómo el gobierno niega información sobre el paradero de los capturados, violando el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
Durante semanas o meses, los reclusos quedan incomunicados, sin visitas familiares ni acceso a abogados, lo que agrava el deterioro mental. La misión documenta casos de depresión severa, intentos de suicidio y alucinaciones provocadas por el encierro prolongado.
En El Helicoide se han documentado casos de tortura. Un informe de los expertos detalló métodos que rayan en lo medieval: golpizas con puños, botas y objetos contundentes, dejando fracturas, hemorragias internas y cicatrices permanentes. Asimismo, víctimas relatan «picanas» eléctricas aplicadas en genitales y encías, simulacros de ahogamiento con bolsas plásticas o agua, y «el helicóptero», que consiste en la suspensión forzada de extremidades que disloca hombros y rodillas.
Estos actos, según lo registrado por los expertos de la ONU, no sólo buscan confesiones falsas, que los detenidos se auto inculpen, sino humillación y degradación humana.
Psicológicamente, los malos tratos incluyen amenazas a familiares: «Si no hablas, tu hija sufre», así como extorsiones para liberaciones condicionales. La misión en su presentación de hace pocas semanas en Ginebra, destacó cómo el aislamiento en «celdas de reflexión» –espacios diminutos sin ventanas– induce pánico y desorientación, agravado por inyecciones de sustancias desconocidas que provocan parálisis temporal o alucinaciones.
Sin cifras oficiales y a veces sin confirmación para los familiares de quiénes están allí, en El Helicoide podrían estar unos 300 presos políticos, según estima la Misión de Determinación de los Hechos. Esto lo convierte en el centro de reclusión política más grande del hemisferio occidental.
En redes sociales abundaron las críticas a que se haya escogido justamente a este edificio como lugar emblemático para lanzar el adelanto de la Navidad. No pocos lo definieron como una crueldad. El diccionario de la real academia de la lengua española define crueldad a partir de un hecho cruel, que es aquel que busca causar dolor o sufrimiento. Y hablar de una celebración navideña, pero teniendo como telón de fondo una gigantesca estructura dedicada a la represión política lo es.
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