Mérida, Octubre Lunes 06, 2025, 06:26 pm
RAFAEL COMINO DELGADO
www.deltoroalinfinito.blogspot.com
Los animalistas, y muy especialmente los antitaurinos, han llevado al Congreso una Iniciativa Legislativa Popular (ILP), bajo el título, “No es mi Cultura”, para derogar la Ley 18/2013, de 12 de noviembre, que declara la Tauromaquia como Patrimonio Cultural Inmaterial de España, y por tanto su conservación y protección es responsabilidad de los poderes públicos. Si dicha ILP fuese aprobada en el Congreso de los diputados, el próximo día 7 de octubre de 2025, pasaría a las Comunidades Autónomas la capacidad para prohibir o no la Tauromaquia en su territorio, de tal forma que cualquier alcalde o autoridad política de la comunidad podría prohibir el toreo.
Hay que debatir, pues, si la Tauromaquia es Cultura, y si es Patrimonio de España. Ante esta situación recordemos que hay diferentes definiciones de la Cultura, de las cuales expondremos solo tres: “Cultura es el conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan una sociedad o grupo social. Ello engloba, además de las Artes y Letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias” (La dio la UNESCO en 1996).
Otra definición es, “Conjunto de conocimientos, ideas, tradiciones y costumbres que caracterizan a un pueblo, a una clase social, a una época”.
Una tercera definición seria, “La relación existencial entre un Patrimonio (fiestas, espectáculos vivos, ritos), y una comunidad (Aficionados) que se identifican con él, si no se dañan, por supuesto, los principios de la Declaración de los Derechos humanos”.
Es evidente que la Tauromaquia es una actividad que nació en España, que después ha ido evolucionando, y se ha extendió a otros países, especialmente los hispanoamericanos, pero también a Portugal y Francia, por tanto es tradición en España desde hace nueve siglos, y según las distintas definiciones que hemos dado de Cultura en todas encaja como tradición española, y por tanto cultura española. Las tradiciones, gusten más o menos son cultura de un pueblo, de una nación.
La ley que declara a la Tauromaquia como patrimonio Inmaterial de España está totalmente de acuerdo con la realidad, aunque haya españoles a los que no guste la Tauromaquia, pero también hay otras cosas en España que no gustan a muchos españoles.
En el Genesis, primer libro del Antiguo Testamento, queda claro que Dios dijo: Hagamos al hombre a nuestra semejanza, que domine los peces del mar, las aves del cielo, los ganados y los reptiles de la Tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y mujer los creó.
Dios los bendijo y les dijo, ¡sed fecundos y multiplicaos, llenad la Tierra y sometedla; dominad los peces del mar, las aves del Cielo y todos los animales que se mueven sobre la tierra!
Por tanto, los animales irracionales están en el mundo para que el Hombre (especie humana) se sirva de ellos, como mejor convenga en cada momento. Naturalmente eso no significa que abuse de ellos, al contrario, debe respetarles, pero tal como son, irracionales, no semejantes. Sería un error considerarlos exactamente igual a los humanos. Don Fernando Savater, catedrático de Ética en la universidad de Vascongadas, ya jubilado, dijo, en 2011, “La barbarie no consiste en tratar inhumanamente a los animales, sino en no distinguir el trato que se debe a los humanos y el que puede darse a los animales”.
Y según Francis Wolff catedrático de Filosofía en la Universidad de Paris (La Sorbona), dice al respecto: Los hombres (los humanos) tienen tres deberes para con los animales irracionales, cuales son: a) Respetarles como “el otro”, diferente al hombre; no semejante; b) Respetar su naturaleza (brava e indómita en el toro). La bravura es la justificación de la corrida; c) Respetar sus relaciones afectivas con ellos. Yo pienso que el toro no es amigo ni enemigo del hombre; es adversario del hombre, pero adversario colaborador, pues gracias a la bravura del toro, a sus embestidas, el torero puede crear una gran obra de arte, y en la corrida de toros se cumplen totalmente estos tres deberes. Se respeta al toro como diferente al hombre, se respeta su bravura, se le permite que embista al hombre, incluso puede matarle, y si es muy bravo y noble puede salvar su vida, pues se le puede indultar.
Hay que dejar bien claro, porque es así, que el toro de lidia no sirve para otra cosa, (y además muy difícil y costoso manejarle), que no sea para torearle, por tanto, si se prohíbe la Tauromaquia el toro de lidia desaparearía de la Tierra, y con él desaparecerían, solo en España, los 300.000 puestos de trabajo que genera.
Los antitaurinos argumentan que se tortura al toro durante la corrida, pero no llevan razón porque al que se tortura no se le permite defenderse, y el toro puede defenderse, e incluso, como decíamos, matar al torero. Pero es que además el toro de lidia es un animal especialmente diseñado biológicamente para defenderse, para luchar, para atacar, de tal manera que es el animal más valiente sobre la Tierra, hasta el punto que se crece al ser herido, y eso porque su fisiología hace que las heridas le duelan muy poco, pues su cerebro, cuando está luchando, segrega enormes cantidades de endorfinas, que bloquean los receptores del dolor.
Aunque los antitaurinos no saben absolutamente nada de Tauromaquia, pero se oponen radicalmente a ella, y, “El nivel más alto de ignorancia es cuando se rechaza algo de lo que no se sabe nada”(Wayne Dyer. Psicólogo americano)
Teniendo en cuenta cuanto hemos expuesto, me parecería más lógico, más democrático que al que no le gusten los toros no vaya a verlos, y al que le gusten que vaya. O en todo caso que los antitaurinos se limitasen a convencer a sus allegados, para que no fuesen a los toros, pero es que se oponen a la Tauromaquia, muchas veces, de forma violenta. Si realmente la Tauromaquia fuese una actividad, un arte, fuera de época, como pregonan, la gente dejaría de asistir a las plazas, y está ocurriendo todo lo contrario, que cada vez hay más aficionados, especialmente entre los jóvenes, en cambio a los partidos animalistas cada vez se les hace menos caso, y nunca han tenido representación parlamentaria, creo yo, porque el toreo se rige por los siguientes valores: Verdad (en el toreo se muere de verdad, no como en el teatro o cine), ética, dignidad, seriedad y respeto, valores que se están perdiendo en la sociedad actual, y los jóvenes, cansados de tanta mentira como pregonan los políticos, de tanta falsedad, de tanta corrupción, se dan cuenta de que en la Tauromaquia sí que están esos valores que ellos buscan. Pero entiendo que pedir democracia y libertad a los social-comunistas, que son casi todos los animalistas radicales, es pedir peras al olmo, es una pérdida de tiempo.
Cuando se vote en el Parlamento la ILP, si el gobierno (radical antitaurino por convicción o por obedecer al jefe de la banda, es decir, a Pedro Sánchez) y todos sus socios votan a favor saldrá adelante. Pienso que toda la izquierda votará a favor, pues siempre votan en contra de España, igual que los separatistas. El PSOE, que es social-comunista, probablemente votará a favor, argumentando que es para darle más competencias a las Comunidades Autónomas, pero eso es una trampa. Si bien la realidad es que en el PSOE hay muchísimos aficionados a los toros, que siempre lo decían abiertamente e iban a las plazas de toros, pero desde que llegó Pedro Sánchez han dejado de ir a los toros y no dicen públicamente que les gustan, por miedo al capo.
El periodista y escritor turco,
Peyami Safa, dijo: “Si quieres destruir una nación, no hay necesidad de hacerle
la guerra. Basta con hacerle olvidar su historia, perturbar su lenguaje,
alejarlo de su religión y por tanto desintegrar sus valores espirituales y
moralidad”, y en definitiva esta ILP es un intento más de la extrema izquierda
(social-comunismo), y de los separatistas de acabar de destruir España como nación,
algo que vienen intentando desde siempre.