Mérida, Noviembre Miércoles 19, 2025, 12:52 am
Donald Trump refunda el pensamiento militar norteamericano al rescatar las tesis de Alfred Teller Mahan (1840-1914). Un oficial de la Armada de Estados Unidos el cual llevó los conceptos del pensamiento geopolítico naval a la geopolítica militar de los mares, y desde entonces ejercer toda su influencia en la imposición del inicio en la política exterior del Norte por el petróleo de la región; México, Brasil y Venezuela..
Mahan planteó el comercio marítimo como fundamental para la prosperidad económica de Norteamérica. Para el mar había que construir con la fuerza naval una geopolítica de captura del petróleo de la región y la más estratégica desde entonces es Venezuela. Esta debía estar encajonada como base del poder nacional norteamericano. Toda la supremacía marítima lograría tras una flota de acorazados interceptar el comercio de quienes consideran sus enemigos.
Es decir, todo el Caribe ya era considerado hostil y Venezuela más por formar parte importante de tamaña plataforma marítima. La concentración de fuerzas debe ser el principio fundamental para una guerra naval, y la movilidad de aquella armada debía ser tan importante como la anexión de sus posiciones estratégicas.
Estas bases teóricas e ideológicas llegaron a conformar el conocido Destino Manifiesto el cual no fue otra cosa que la doctrina militar sobre la cual EE. UU., ha cimentado su política expansionista desde el siglo XIX. Considerarse una nación «elegida», destinada a expandirse desde las costas del Atlántico hasta el Pacífico.
A partir del año 2025 en EE. UU. reabre el poder Republicano, refundando su política de principios. Con esto Trump arremete -entre otros frentes- para obtener un control absoluto sobre el Canal de Panamá, principal ruta marítima del tipo petrolera, y exige que las actuales condiciones sean otras pues las mismas han disminuido la presencia de los barcos militares y comerciales de Norteamérica.
Trump señaló que el Canal se los ha quitado Panamá, peor aún, que Jimmy Carter se los dio por apenas un dólar, y esto no podía seguir sucediendo, menos aceptar que los cobros a la armada norteamericana siguieran sucediendo, todo debía cambiar.
Inmediatamente la presión dio resultados. Su Secretario de Estado Marco Rubio fue a Panamá el 2 de febrero del 2025 y todo terminó cuando la agencia Bloomberg informó que los buques de la armada Norteamericana pasarían sin cancelar un dólar, es decir su tránsito comenzaba a ser gratis, igualmente, Panamá no renovará ni un acuerdo más de entendimiento con China.
Trump comienza a ser complacido tras su reclamo. Dice que cuando Panamá necesita dinero para reparar el Canal, vienen a Estados Unidos a solicitarlo. Con esto las mayorías republicanas en el Congreso consideran tener el derecho de recortar impuestos e imponer nuevas regulaciones.
Los pasos dados han allanado la vía para que el presidente Norteamericano impone un Estados Unidos falsamente fuerte. Pero la mentira siguió y así comprar a los habitantes del país al prometerles salarios e ingresos que el mundo nunca antes había visto. Señaló haber tenido durante los primeros tres años de su primera Administración la mayor economía tras haber recortado la excesiva cantidad de regulaciones en la historia del país con una participación cuatro veces más que cualquier otro presidente, y esta vez lo lograría de nuevo con la imposición de aranceles y su control más violento sobre Venezuela por su petróleo.
En paralelo apuntaba a su vecino, Canadá, señalándole que de no haber un buen trato entonces un primer subsidio mantenido por una suma alrededor de doscientos mil millones de dólares desaparecería. Finalmente en sus acostumbradas ruedas de prensa señalaba que al final los canadienses tienen un ejército muy pequeño, y que son dependientes militarmente de EE. UU.
Convocó a su gran amigo canadiense el ultraderechista Wayne Gretzky, casi ordenándole que debía postularse para primer ministro, y que ganaría en dos segundos. Pero las cosas apenas comenzaban con sus vecinos, para México afirmó que EE. UU. les mantiene sus déficits y a ellos son a quienes más ayudan. Trump afirmó; la realidad es un país esencialmente manejado por los cárteles del narcotráfico y esto no puede seguir sucediendo.
Para EE. UU. México representa muchos problemas. Catalogados de ser un lugar muy peligroso, anunciaría la fecha para implementar en todos sus límites fronterizos las redadas que Joe Biden evitó.
Inmediatamente el nuevo Secretario de defensa afirmó que con México todas las posibilidades estaban sobre la mesa incluyendo bombardeos militares. Básicamente Trump ordenó deshacerse de unos sesenta billones de dólares en comercio mantenido con México y cambiar el nombre del Golfo de México al Golfo de América, aduciendo que el mismo tiene un hermoso anillo que cubre su territorio. Cosa que hasta ahora ha quedado en nada.
Afirmó que el Golfo de América es un hermoso nombre, apropiado, y que México debe impedir que millones de inmigrantes ingresan desde sus fronteras hacia Estados Unidos. Si no pueden detenerlos se impondrán grandes aranceles, serios, tanto que México como Canadá son el conducto de drogas las cuales han llegado a un registro de cifras récords. Y con esta justificación se impusieron aranceles a México y Canadá. Allí no nombran a Venezuela ni el inicio de la militarización sobre el Caribe.
Trump señaló que imponiendo aranceles es la forma de llevarse bien con todo el mundo, y aseguró saber hacerlo. Con estos delirios creen anunciar los albores de una edad de oro para América, su supuesta época dorada, asegurando tener cosas que nadie más tiene. Ser el número uno en recursos naturales e imponiéndose en el Caribe para socavar la fuerza petrolera y gasífera de la nación venezolana.
Hasta más pronto…