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“Diario El Vigilante: Sus páginas en el día de las Madres” por Padre Edduar Molina

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“Diario El Vigilante: Sus páginas en el día de las Madres” por Padre Edduar Molina


En esta fecha tan propicia para el homenaje sincero del amor filial, más puro y auténtico que se puede testimoniar en este mundo. Hacemos un repaso por algunas páginas de los mayos de “El Decano de la prensa merideña”, y encontrarnos con la profundidad de la pluma poeta, la honda reflexión, el compromiso con los valores más preciados de esa mujer que por puro don de Dios, puede dar vida al mundo.

 

En el año 1953 se abre la página de El Vigilante, con esta bella prosa: Madre querida, madre del alma, ayer, hoy y mañana recuerdo tu linda imagen, tu sonrisa, tu bendición. Y permanecen en mí, tus sabios y buenos consejos que sin discusión son, normas rectoras de la conciencia. Por eso tu sagrada ausencia sin regreso, te recuerdo, como a la Santísima Madre de Cristo Reina de Reinas, Madre de Madres.  Por ello por vosotras, mi admiración y respeto, en el de hoy, de ayer y siempre; porque sois fuerza y formación del mundo. Símbolo abnegado del amor eterno, Por eso, en vuestro día infinito con humildad expresa ¡Dios salve a todas las madres del universo!

 

El domingo 12 de mayo de 1968, la editorial del El Vigilante, comenzaba de esta manera: “Día consagrado por una joven, pero arraigada tradición, para tributar cumplida expresión de reconocimiento al ser a quien todos quisiéramos tener a nuestro lado… Don excepcional de la infinita bondad de Dios es la Madre.  Luego nos presenta una iluminación espiritual sobre la madre, que no tiene desperdicio, cito- “Es el Omnipotente quien modela los corazones maternales para la entrega absoluta, para el sacrificio integral, para la dedicación sin límites. La exaltación de la Madre responde a uno de esos requerimientos que más dignifican al hombre. Culminando con esta aseveración tan necesaria de aplicar en nuestros tiempos de resquiebre moral: Mientras haya ese respeto por una de las realidades más profundamente vinculadas a la vida de la humanidad, habrá firme asidero para las mejores esperanzas. Porque se puede concluir que hay jerarquización de valores humanos y morales”.

 

El domingo, 12 de mayo de 1974, la portada se abre con la editorial “En el día de las Madres” con estas emotivas palabras: EL TESTIMONIO devoto y sincero de EL VIGILANTE no puede faltar en esta fecha que ha consagrado el amor de los hijos. Tributar homenaje a las madres es contribuir a la exaltación de uno de los valores humanos más nobles, más puros, más sagrados, que dignifican y enaltecen la vida del hombre.  Para hacer el elogio cumplido de las madres no hay palabras cabales ni completas. Porque todo lo que de las madres se diga, se queda corto ante la maravillosa realidad de lo que, en verdad, es una madre. Es una realidad para sentirla y una emoción para vivirla. Es la síntesis de tantas y tantas cosas bellas que los labios se quedan mudos para darle paso al corazón.

 

Luego define el amor de las madres con estas palabras: LA MADRE ES UN TESORO que sólo Dios pudo darle al hombre, en su infinita bondad. Modelar el corazón de las madres para la nobilísima tarea de amar sin medida, hasta la plenitud del sacrificio y de la abnegación, sólo Dios pudo hacerlo. Por eso, los corazones de las madres buenas son un trasunto de la bondad de Dios. Por eso, el hombre que sabe agradecer, entender la nobilísima tarea de amar sin medida, hasta la plenitud del sacrificio y de la abnegación, sólo Dios pudo hacerlo. Por eso, los corazones de las madres buenas son un trasunto de la bondad de Dios.

 

Las madres están en la esencia misma de la humanidad. De ellas no se puede hacer abstracción a la hora de sentir el mundo en su maravillosa plenitud. Porque son ellas, las madres insustituibles, las madres únicas, las madres ejemplares, las que le dan fondo y forma a la vida. También la define como PIEDRA ANGULAR de la grandeza de los pueblos son las madres. Porque son ellas las que plasman, en la proyección de sus hijos, el futuro de las naciones. Y nos recuerda esta realidad perenne a todas las generaciones: Allí donde hay madres que saben educar, que saben orientar, que tienen concepto exacto de su responsabilidad trascendente, habrá ciudadanos a la altura de las exigencias con que los enfrente la vida.

 

El domingo 12 de mayo de 1991, nos deja este recuerdo: En la familia ocupa un lugar extraordinario la madre. Madre es una palabra que encierra gran inmensidad, pero a unos queda demasiado grande y a otros muy pequeña por la actuación frente a las pruebas que encontramos en el caminar por el sendero inconcluso de su especial misión: Madre es quien con su sonrisa y ternura orienta los corazones de quienes le rodean, con su cariño y abnegación encendida promueve el brindar bondad a todos sin excepción. Con ella compartimos afanes y desasosiegos, ilusiones y audacias, convencidos de su comprensión, consejo oportuno y estímulo, ellas nos arrullan con su paciencia y amor para que caminemos confiados en la existencia por venir. Y nos deja esta interpeladora pregunta: ¿Será posible que por celebrarse ese día todos nos acordemos de que las madres es el ser más maravilloso que existe?, y los otros días del año, ¿qué significado tiene la maternidad?

 

El domingo 10 de mayo de 1992, la portada va acompañada por este título de Nilsa Gulfo y foto de Leo León, una madre dando un dedo tiernamente a su pequeño hijo: “Madre con sabor a piel… Hoy con sabor a crisis, a intento de golpe, a pitazo y a cacerolazo, las madres recibirán con una sonrisa el día de ellas. Día creado para reconocer la labor, preocupación y cariño por sus hijos. No obstante, las madres que se encuentran ubicadas en aquella clase que lucha por sobrevivir en esta crisis, simplemente sonreirán y pensarán qué le darán de comer mañana a sus hijos, sin embargo, cualquier cosa es válida... un dedo puede ser, como el de la gráfica... Un abrazo color de rosas para todas las madres en su día.

 

Culmino con estos bellos versos, de Ramón Gilberto Quintero M, publicados en su encartado especial para el día de la madre de 1991: Este día debería llamarse Día del Amor, Día del Amor Materno, y si es "Día del Amor", este verbo que podemos conjugar de mil maneras, existe todos los días porque sólo a través de él podemos vivir, entonces todos los días, semanas y meses debería ser Día de la Madre. / Madre querida, madre del alma, ayer, hoy y mañana, recuerdo tu linda imagen, tu sonrisa, tu bendición. Y permanecen en mí, tus sabios y buenos consejos, que sin discusión son, normas rectoras de la conciencia. / Eres vieja querida, la razón del ser del por qué y del existir, fragancia del amor y del placer. Eres madre, el dolor humano que engendra la inteligencia divina. Eres el nacer a la vida, y la alegría del sentir, ver, oír, palpar, reír, eres en fin madre, desde que nacemos, nuestro ángel de la guarda, que nos cuida, ampara, sobre-protege y ama.


Mérida, 12 de mayo de 2024





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