Mérida, Noviembre Martes 18, 2025, 10:49 pm
Con motivo de la conmemoración de los 316 años de la aparición de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá, la iglesia local celebró una eucaristía solemne, en la que miles de fieles se reunieron para rendir homenaje a la "Reina morena del estado Zulia".
En la misa, presidida por monseñor José Luis Azuaje Ayala, arzobispo de Maracaibo, se evocaron los milagros y la gracia de Dios, reflejados en la figura de la Virgen, quien "no es solo una imagen religiosa, sino un símbolo del amor y la fidelidad divina hacia su pueblo".

En su homilía, monseñor Azuaje destacó que "en la Virgen, vemos un amor fiel, fecundo y bello. No es solo una figura en una tablita, sino un recordatorio de que la alianza de Dios con su pueblo está marcada de amor y fidelidad".
Este mensaje resuena especialmente en tiempos de desafíos y dificultades, recordando que la verdadera fe se basa en un amor inquebrantable y en la confianza plena en Dios.
Además, Azuaje se refirió a la imagen de la Virgen como: "Fuente sellada de dónde brotó el amor, que es Cristo".
Esta imagen simbólica invita a los creyentes a reflexionar sobre el papel fundamental de María en la salvación de la humanidad, y cómo su vida fue un ejemplo de humildad y servicio.

Para Monseñor, la Virgen no solo es una madre espiritual, sino un modelo a seguir en la entrega y dedicación hacia los demás.
Otro momento importante de la homilía fue cuando el arzobispo Azuaje enfatizó la necesidad de vivir la santidad y de cultivar la caridad y la paz en la vida diaria.
Cada uno de nosotros debe ser un canal y no un estante cerrado. Hay que vivir y cultivar la caridad y la paz, a vivir la santidad que sólo viene de Dios", indicó. Un mensaje claro que invita a cada fiel a abrir su corazón y ser portador de paz y amor en la sociedad.
Asimismo, hizo referencia a dos figuras clave en la historia de la iglesia venezolana: San José Gregorio Hernández y la madre Carmen Rendiles.
De San José Gregorio Hernández, Monseñor destacó que "su consultorio era un espacio de caridad radical. Su trabajo se convirtió en caridad y honestidad". La dedicación de Hernández al servicio de los más necesitados es un ejemplo de cómo la fe se traduce en acción social.
En cuanto a la madre Carmen Rendiles, monseñor Azuaje subrayó su entrega a la educación y el servicio a los más necesitados.
Carmen Rendiles consagró su vida al servicio educativo, su vida fue de entrega, su obra se centró en la educación y el servicio a los más necesitados", señaló. La madre Carmen es un símbolo del amor al prójimo y de la importancia de la educación como motor de cambio social.

La celebración también contó con una significativa mención a los Niños Cantores del Zulia, quienes celebran 50 años de trayectoria, esparciendo alegría y espiritualidad a través de la música. Su presencia en la misa fue un recordatorio del poder de la música como medio para conectar con lo divino y fortalecer la comunidad.
Para monseñor Azuaje, el amor es el motor que impulsa todos los esfuerzos humanos hacia la plenitud. "Nos falta más amor, amar lo que hacemos, al prójimo, al Zulia, nuestra tierra, y amarse uno mismo. Sólo en el amor encontramos la plenitud", concluyó.
La celebración fue un llamado a la unidad, amor y esperanza, a vivir los valores cristianos de manera auténtica y profunda.
Con información de Versión Final