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Diario Frontera, Frontera Digital,  Opinión, ,Por Alí Enrique López Bohórquez,La Universidad de Los Andes en Noticias ULA (1967-1969) por Alí Enrique López Bohórquez (*)
Por Alí Enrique López Bohórquez

Nuevas Crónicas de Historia Universitaria (46)

La Universidad de Los Andes en Noticias ULA (1967-1969) por Alí Enrique López Bohórquez (*)



Nuevas Crónicas de Historia Universitaria (46)

La Universidad de Los Andes en Noticias ULA (1967-1969) por Alí Enrique López Bohórquez (*)

A la caída de la dictadura del General Marcos Pérez Jiménez, el 23 de enero de 1958, en la Universidad de Los Andes se dio inicio a un proceso de persecución contra autoridades y profesores que fueron considerados colabores del régimen militar y político que había regido los destinos de Venezuela entre 1950 y 1958. De igual manera, el desconocimiento de algunas realizaciones, independientemente de sus logros, por el sólo hecho de haberse puesto en práctica en esos años por docentes y empleados seguidores de los dictámenes gubernamentales para la ULA emanados, fundamentalmente, de los Ministros de Educación de aquel régimen dictatorial. Nada se dijo entonces sobre la importancia que tuvo, entre otros hechos, la creación de la Dirección de Deportes anexa a la Dirección de Cultura (11-10-1950); comienzo de la publicación de los Anuarios y Revistas de las Facultades (1950), la Escuela Politécnica de Laboratorista de la Facultad de Farmacia (7-10-1950), luego Escuela de Bioanálisis (9-3-1956); el Boletín de la Biblioteca Central (Bibliotheca, 1952-1954); el Instituto de Investigación Forestal (24-5-1952); la Revista Universitas Emeritensis (1954); los Edificios de las Facultades de Medicina e Ingeniería (1954); el Instituto de Investigación Química de la Facultad de Farmacia (17-10-1955); los Talleres Gráficos Universitarios  (1955); la Escuela de Humanidades (25-6-1955), adscrita a la Facultad de Derecho, después Facultad de Humanidades y Educación (1958-1959); el Instituto de Capacitación Forestal (3-5-1956); el periódico Universidad  (1956); la Sociedad de Egresados de la Universidad de Los Andes (24-7-1956); el Edificio Central o del Rectorado (16-12-1956); el Laboratorio de Tecnología en Maderas de la Escuela de Ciencias Forestales (16-2-1957).

En fin, un importante desarrollo institucional de la ULA que perfilaba y presagiaba una modernización académica de la Universidad de Los Andes, después de casi siglo y medio de vida universitaria, desde su fundación el 21 de septiembre de1810. Tiempo marcado en el siglo XIX por una enseñanza escolástica, notable influencia eclesiástica, limitaciones económicas para su funcionamiento y desarrollo curricular, escaso número de catedráticos, alumnos y empleados, edificio y biblioteca compartidos con el Colegio Seminario, con predominio de la enseñanza del derecho, la filosofía, la teología, tardíamente y con muchas limitaciones los estudios de medicina, con ausencia de las ciencias físicas y naturales. No será hasta la tercera década del siglo XX cuando veamos la formalización de las carreras de farmacia (1918), medicina (1928), físicas y matemáticas (1936), luego denominada Ingeniería en 1953, Odontología (1942) e Ingeniería Forestal llamada así como parte de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas. En la década siguiente se instauraron y desarrollaron los estudios de economía (1958), geografía (1964), arquitectura (1962) y ciencias (1969), aumento de Escuelas de algunas Facultades, además de un escaso número de Centros e Institutos de Investigaciones. Los Núcleos Universitarios de Trujillo y Táchira fueron formalmente establecidos en 1972 y 1975, con sus respectivos departamentos, centros e institutos de investigación.

Es decir, un lento crecimiento académico, por lo general siguiendo el modelo heredado de la primera mitad del siglo XX, con programas de enseñanza que en poco variaron de su inicial puesta en práctica, escasamente adaptados a la actualización del desarrollo de las distintas ciencias que se enseñan e investigan en la Universidad y del vertiginoso impulso de las redes sociales y de la era digital de las dos primeras décadas de la presente centuria. Probablemente, lo más resaltante, en las dos últimas décadas de esa centuria, fue la proliferación de Grupos, Centros, Institutos y Laboratorios de Investigación, Publicaciones Periódicas y Postgrados, lo que atribuimos a la creación tardía del Consejo de Desarrollo Científico, Humanístico y Tecnológico (1975), el Consejo de Estudios de Posgrado (1976) y el Consejo de Publicaciones (1976), dependencias que tenían como atribuciones específicas el apoyo a la investigación, los cursos de cuarto nivel y edición de libros y revistas. Las dos primeras como consecuencia del inicio de actividades del Vicerrectorado Académico en 1972, para dar cumplimiento a lo establecido en la Ley de Universidades de 1970. Las actividades culturales y deportivas, iniciadas durante la década de 1950-1960 tuvieron continuidad en los siguientes años, con intervalos de inactividad por situaciones internas de la universidad en materia política o falta de asignación presupuestaria. Este fue el caso, entre otros, del Orfen Universitario, la Estudiantina, Grupos de Danza y de Teatro, Centro Experimental de Arte, Departamento de Cine, Equipos de Baseball, Judo, Voleyball y Natación. Por lo general, debido a la existencia de grupos estables en cada caso, cuya membresía se fue renovando periódicamente, con participación mayormente de estudiantes, pero también de empleados y profesores en algunos de ellos.

Todas esas noticias no tienen la intención de rendir culto a la dictadura militar de Pérez Jiménez, como tampoco una exacerbada crítica a la Universidad de Los Andes, sino advertir la continuidad y la discontinuidad institucional, hechos que se expresan en una base de modernización académica durante esos años que se seguirá desarrollando muy lentamente en la primera década de la llamada era democrática a partir de 1959, pero también en la supresión de algunas realizaciones, sobre todo las de carácter informativo y de divulgación institucional. Esa perseverancia de la continuidad y la discontinuidad estará presente entre 1959 y 1969, lo que puede explicar el por qué en ese último año se dio inicio a la denominada Renovación Universitaria. Nuestro punto de vista al respecto será expuesto en otra Crónica que considerará lo que hemos calificado como “la década perdida de la transformación de la Universidad de Los Andes”. Ello no atribuible exclusivamente a esos diez años de gobierno universitario, sino también a la herencia académica e institucional heredada del siglo XIX y primera mitad del XX. Esta herencia es una historia que todavía no ha sido estudiada de manera exhaustiva y que cuando se haga develará posibles causas prolongadas en el tiempo que pueden explicar la actual crisis de la ULA. El presentismo no es la única manera de entender el devenir histórico, la búsqueda en el pasado pudiera ayudar a descubrir hechos que expliquen lo que viene aconteciendo, sobre todo en las dos primeras décadas del siglo XXI, donde se mezclan realidades internas prolongadas de la institución y realidades externas vinculadas a situaciones políticas y económicas del país.

Mencionamos la supresión de realizaciones de carácter informativo y divulgación institucional, como fue el caso de la revista Universitas Emeritensis (1954-1961) y el periódico Universidad (1956-1958), que dejaron de ser editados en esos últimos años, cuya calidad de sus contenidos para el conocimiento y comprensión del desarrollo de la institución tuvo reconocimiento dentro y fuera de la ULA. Algunas publicaciones periódicas de las Facultades fueron progresivamente suspendidas, total o parcialmente, bajo el argumento de falta de recursos económicos para su edición, a pesar de que la Universidad contaba desde 1955 con los Talleres Gráficos Universitarios, con excepción de la Revista Economía (1961) y de los periódicos Lid. Taller de la Democracia (1958-1960) y Universidad de Los Andes (1961-1962). Esta realidad fue advertida tardíamente por el Rector Pedro Rincón Gutiérrez cuando, con el asesoramiento correspondiente de otros universitarios, propusiera al Consejo Universitario la creación del Boletín Informativo Noticias ULA (1967-1969) y Actual. Revista de la Dirección de Cultura (1968-). Sobre la primera de ellas vamos a referirnos seguidamente, dejando para otra oportunidad lo concerniente a la segunda. Debemos señalar que aunque estas publicaciones periódicas fueron de carácter general, dada sus propósitos de dar noticias y divulgar artículos sobre cultura, literatura y arte, nunca superaron en información institucional a sus precedentes Anuario de la Universidad de la Universidad de Los Andes (1891-1900), Gaceta Universitaria (1904-1947) y Universitas Emeritensis (1954-1961).

De igual manera, no hubo continuidad en los periódicos universitarios, y algunas autoridades rectorales se propusieron llevar adelante esa tarea, pero sus ediciones y distribución culminaron con sus gestiones. Lo mismo ocurrió con periódicos de los Gremios de profesores, empleados y obreros. Siempre de corta duración. Nos referimos, entre otros, a Azul (propiamente revista), El Correo Universitario, Clarín Universitario, Actualidad Cultural Universitaria, Tribuna Universitaria, APULA Informa, Alcance, Nuevos Horizontes, Hoy Viernes. Semanario de la Universidad de Los Andes y ULA. Universidad. Lamentablemente, la mayoría de esos periódicos no se localizan, en su totalidad, en Hemerotecas de la ULA, como tampoco en la Biblioteca Febres Cordero de la Biblioteca Nacional. En ésta, por depósito legal, debieron ser consignados en su debida oportunidad. La realidad periodística ulandina contrasta con lo acontecido en la Universidad del Zulia, Universidad Central de Venezuela, Universidad de Oriente y Universidad de Carabobo, donde por varios años estuvieron en circulación sus periódicos desde finales del siglo XIX y en varios años del XX. De manera que la ULA, en razón de la carencia de un periódico de manera permanente, su Oficina de Prensa se satisfizo con dar noticias de sus actividades a través de la prensa local. Parte de la tradición periodística de la universidad andina se puede advertir en el Trabajo Especial de Grado, bajo nuestra tutoría, de Yasmira del Valle Carrasquero: Medio siglo de periodismo en la Universidad de Los Andes: Transición de lo impreso a lo digital 1958-2012 (Mérida, Maestría en Historia de Venezuela / Universidad de Los Andes, 2017. Trabajo de Grado presentado para optar al título de Magister Scientiae en Historia de Venezuela). De igual manera, remitimos a nuestro artículo: “La prensa como fuente para la historia contemporánea de la Universidad de Los Andes” en Crónicas de historia universitaria (Mérida, Universidad de Los Andes / Consejo de Publicaciones /CDCHT, 2008, pp. 53-56).

Noticias ULA fue un Boletín Informativo publicado entre noviembre de 1967 y abril de 1969, en un total de 8 números, por el Departamento de Publicaciones, Información y Relaciones Públicas, adscrito al Rectorado, durante la tercera gestión del Dr. Pedro Rincón Gutiérrez, bajo la diagramación e impresión de los Talleres Gráficos Universitarios. El propósito de esta publicación periódica fue dar a conocer a la comunidad universitaria y a la colectividad merideña en general una síntesis de las actividades que se realizaban en las distintas Facultades y demás dependencias académicas, culturales, recreativas y deportivas de la ULA. Sus contenidos constituyen una valiosa fuente de información para la reconstrucción de la historia de la Universidad de Los Andes de esos años, por los detalles cotidianos y datos que no eran recogidos por la prensa merideña. Se editó en forma de folleto pequeño. El tamaño se mantuvo uniforme de 16 x 10 centímetros, carátulas a color, por lo general, con imágenes alusivas a algún hecho que destacara en el mes anterior a la edición y con diversas ilustraciones alusivas a cada actividad reseñada. La estructura del contenido no fue uniforme, como se estila en una publicación periódica, probablemente en razón de que el interés era resaltar, además de las actividades de las dependencias universitarias, hechos ocasionales de relevancia para la institución, la ciudad, la región y el país. El número de páginas también fue variado, oscilando entre 31 el menor y 66 el mayor.

En el Editorial de su primera edición se indicó que se trataba de una publicación periódica orientada  a “…mantener un permanente contacto entre nuestra Institución y el público, estrechar lazos de amistad y cooperación con las Universidades Nacionales y otros Centros de Cultura y Educación y sostener un fraterno intercambio con publicaciones similares, prensa y otros medios de difusión del país y del exterior...” De igual manera que era “…un órgano informativo de carácter periódico y de amplia divulgación, que pueda ofrecer a la colectividad en general un balance sucinto de aquellas actividades universitarias que se cumplen cotidianamente en el seno de las Facultades y Dependencias y que inciden directamente sobre la vida cultural de la región y del país, tales como publicaciones, cursillos, conferencias, espectáculos y exposiciones de arte, etc.; así como las actividades de investigación en las diversas disciplinas científicas, estudios y trabajos realizados dentro del medio geográfico y humano; el deporte y los actos sociales y recreativos y el avance continuo de los planes en proceso de desarrollo para la creación del nuevo conjunto universitario, todo ello concebido a la manera de un panorama vivo y dinámico de la Universidad en sus múltiples manifestaciones.” (“Editorial”, Nº I. Mérida, noviembre de 1967, p. 1).

En el Editorial del Nº III se señaló que la edición era de 4.000 ejemplares y que se distribuían “…ampliamente, fuera de la región andina, en las Universidades hermanas del país y el exterior, Liceos, bibliotecas, casas de cultura de toda Venezuela; Embajadas, Instituciones oficiales y privadas, medios de información, etc., en un esfuerzo por llevar a todos los ámbitos de la cultura y la enseñanza la imagen y el acento creador de nuestra institución…” (“Editorial”. Mérida abril de 1968, p. 1). Noticias ULA no tuvo una periodicidad sostenida, pues aunque se suponía que apareciera mensualmente, hubo algunas interrupciones a lo largo de 1968, para solo imprimirse un número en 1969. Llama la atención que, a pesar de ese extenso número de ejemplares, en la Biblioteca Tulio Febres Cordero de la Universidad de Los Andes solamente existan dos colecciones de este Boletín y una en la ciudad, en la Biblioteca Febres Cordero de la Biblioteca Nacional, realidad que no es exclusiva de esta publicación universitaria, pues lo hemos advertido con respecto de otras, tanto del pasado como del presente, por la despreocupación de sus editores de colocar sus revistas, anuarios, boletines o periódicos donde corresponde: en bibliotecas y/o hemerotecas públicas de la ciudad, del país y de la Universidad a la que están adscritas.    

Estos señalamientos no desmerecen el valor histórico e historiográfico de Noticias ULA, en razón del importante número de testimonios sobre distintas actividades de la Universidad de Los Andes, de finales de 1967 y comienzos de 1969, como recurso informativo para investigaciones que se propongan historiar aspectos específicos de esta institución universitaria durante esos años. En tal sentido, debemos señalar que el volumen de información contenido en Noticias ULA, sobre las más diversas actividades desarrolladas en la Universidad entre 1967 y 1969, merece considerarse para su publicación en forma de libro, por parte de alguna dependencia universitaria, como fuente documental para la historia de la institución y para que su comunidad del presente conozca lo que era la Universidad de Los Andes durante esos años. Por cierto, tiempo precedente inmediato a la insurgencia de la llamada Renovación Universitaria, lo cual nos permite intuir que este noticiero universitario dejó de publicarse en razón  de la convulsa situación que vivió la ULA en 1969, a los enfrentamientos de algunos estudiantes, profesores y empleados con las fuerzas policiales y militares del gobierno del Presidente Rafael Caldera, lo cual dio origen a continuas manifestaciones de protestas, la violación de la autonomía universitaria con la intervención de recintos universitarios, el asesinato de tres estudiantes, así como la detención de distintos miembros de la comunidad universitaria. Situación que desarticuló la cotidianidad  institucional en lo que respecta a la enseñanza, la investigación y la extensión, y también en la normal continuidad editorial de libros, revistas, anuarios y boletines, como fue el caso de Noticias ULA, cuyo último número apareció en abril de 1969. Así, la información sobre la Universidad  de esos años solo se localiza de manera parcial en el diario católico El Vigilante, único periódico que circulaba en Mérida en ese año, como quedó registrado en la Memoria de Grado de Dulce Magali Montilla Maldonado y Nancy Yanet Montilla Maldonado: La Universidad de Los Andes en el diario El Vigilante, 1959-1979 (Mérida, Escuela de Historia / Universidad de Los Andes, 2006).

Finalmente, como estímulo a la pronta culminación de una investigación sobre Noticias ULA, con nuestro asesoramiento académico, debemos señalar que la misma está a cargo de la estudiante de la Escuela de Historia de la Universidad de Los Andes Marybell Araque Vielma, titulada Noticias ULA (1967-1969): una publicación periódica para la historia de la Universidad de Los Andes. Trabajo que tiene los siguientes objetivos: Estudiar, rescatar, divulgar y preservar la información aparecida en Noticias ULA (1967-1969) para reconstruir la historia de la Universidad de Los Andes de esos años. Dar a conocer una publicación periódica de la Universidad de Los Andes que divulgó ampliamente las principales actividades de la institución, prácticamente desconocidas en la actualidad por la comunidad universitaria. Estudiar las características del contenido de dicha publicación para considerar su aporte al conocimiento del proceso histórico universitario ulandino de esos años. Reconstruir la historia de Noticias ULA a través de los 8 números publicados, considerándose sus editoriales, estructura y contenido general. Y reproducir en su totalidad los números editados en razón de los escasos ejemplares que se conservan en la Biblioteca Tulio Febres Cordero de la Universidad de Los Andes, con la finalidad de preservarlos y para que sirvan también de fuente para otras investigaciones relacionadas con la institución y su proyección en Mérida. A fin de que el lector tenga una idea sobre las características de esta investigación, nos permitimos reproducir el esquema del contenido de dicha Memoria de Grado:

Noticias ULA (1967-1969): Una publicación periódica

para LA HISTORIA DE LA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES

Br. Marybell Araque Vielma

Introducción.

Estudio Preliminar.

1.       Las primeras publicaciones periódicas generales de la Universidad de Los Andes (1891-1961).

1.1 El Anuario de la Universidad de Los Andes (1891-1900).

1.2    La Gaceta Universitaria (1904-1944).

1.3    Bibliotheca. Boletín de las Bibliotecas de la ULA (1954-1956).

1.4    Universitas Emeritenses (1954-1961).

1.5  Universidad. Órgano Quincenal de la Dirección de Cultura de la Universidad de Los Andes  (1956-1958).

1.6    Lid. Taller de la Democracia (1958-1960).

1.7    Universidad de Los Andes (1959-1961).

 

2.   Noticias ULA (1967-1969): Una publicación periódica para la historia de la Universidad de Los Andes.

      2.1. De las publicaciones institucionales y académicas a las informativas.

      2.2. Razones de la publicación de Noticias ULA.

2.3. Dirección, edición y adscripción.

2.4. Estructura y contenido general.

2.5. Importancia para el conocimiento de la historia de la Universidad de Los Andes entre 1967  y 1969.

 

3.       Índice general acumulado de Noticias ULA.

4.       Reproducción facsimilar de Noticias ULA.

5.       Fuentes bibliográficas y hemerográficas.

 

Mérida, 27 de septiembre de 2025

(*) Coordinador de la Cátedra Libre de Historia de la Universidad de Los Andes. Doctor en Historia. Profesor Jubilado Activo de la Escuela de Historia de la Universidad de Los Andes. Premio Nacional de Historia “Francisco González Guinán” (1989). Premio Nacional de Historia (2019). Premio Nacional de Cultura (2024).