Que inmenso orgullo bolivariano ante la fuerza del discurso
de nuestro canciller Yvan Gil en Naciones Unidas por Alirio Liscano
Desde La Habana
Que inmenso orgullo bolivariano ante la fuerza del discurso
de nuestro canciller Yvan Gil en Naciones Unidas por Alirio Liscano
Nosotros somos, repite con frecuencia el Presidente Pueblo Nicolás Maduro. Ahí estuvo Yvan Gil, ahí lo vimos, firme en el podio, con el Equipo Completo de la Cancillería de Venezuela, emulando la gallardía invencible de nuestro pueblo inteligente y batallador y coincidiendo con el Presidente Gustavo Petro, quien en la calle megáfono en mano, anunciaba la urgencia de nuevas "alianzas militares de luz que no sean para matar niños", en el mismo instante en que los contingentes populares se concentraban en Nueva York y abucheaban a ese "criminal incontrolable" de lesa humanidad Benjamin Netanyahu protegido del Nazi-Sionismo Internacional que lidera Donald Trump. Ha sido apoteósico el apoyo mundial a la política de soberanía, no intervención y autodeterminación vale decir de paz, brotada de pronto en América Latina y El Caribe. Y ahí estaba Cuba también con su experiencia y el brillante Bruno Rodriguez. El Imperialismo y el Colonialismo están heridos de muerte y los hijos e hijas del Libertador Caraqueño y del Apóstol Cubano siguen brillando en las pupilas del mundo. Este mundo ha dicho basta y ha echado a andar. Evoquemos ahora las Declaraciones de La Habana y las palabras de entonces lógicamente encendidas del Comandante en Jefe y del Comandante Guevara. Estas imágenes multitudinarias y ardientes sugieren que vamos hacia un levantamiento global de los pueblos combatientes, porque el factor activo de estos cambios súbitos pero formidables contra la crisis civilizatoria es precisamente el género humano. Necesitamos una humanidad que sea humana y sin la tiranía del capital, ruta de todas las guerras. Hasta la victoria siempre.